Aperitivo español en la Feria de Fráncfort
Un programa de actividades con 34 autores y ayudas a la traducción para editoriales extranjeras visibilizan la literatura de España, invitada de honor en 2021
Hay un poco de todo. Nombres consagrados (Antonio Gamoneda, Bernado Atxaga…) y los que están en ello si no lo son ya (Marta Sanz, Ricardo Menéndez Salmón…), promesas galopantes (Alicia Kopf, Eduard Escoffet…), vanguardistas (Remedios Zafra..), poetas, dramaturgos y gente del cine (Julieta Valero, José Sanchís Sinisterra, Antón Reixa…), filósofos (Alicia Puleo, José Luis Pardo) y hasta gente del cómic (Paco Roca y Laura Pérez Vernetti). Todos en milimétrica paridad y de todas las lenguas del territorio. Así de estudiado y variado es el programa que, bajo el epígrafe España, país plural, están mostrándose las letras españolas en la 71ª edición de la Feria del Libro de Fráncfort, un aperitivo para lo que vendrá en la convocatoria de 2021, cuando España sea el país invitado de honor, a los 30 años de que lo fuera por vez primera.
“El lema lo iremos cambiando cada año, a la vez que incrementaremos el número de autores que participarán; se trata de ir ofreciendo un gran muestrario de la riqueza y la potencia cultural que tenemos y que culminará en 2021”, apunta Elvira Marco, comisaria del programa español de 2021 y al frente de las iniciativas que coordina el Ministerio de Cultura con la empresa pública Acción Cultural Española (AC/E), el Instituto Cervantes y la Federación de Gremios de Editores de España.
Traductores (Carlos Fortea) o hispanistas germanos (Dieter Ingenschay) participan en charlas, conferencias y debates a partir de pretextos tan variopintos como el centenario de Joan Brossa, una conferencia de Ortega y Gasset en la Universidad Libre de Berlín en septiembre de 1949 o, como este viernes, los 80 años de la muerte de Antonio Machado. Una propuesta tan culturalmente abierta como práctica, ya que AC/E ha aprovechado para presentar su programa de ayudas a la traducción de obras literarias españolas para editoriales extranjeras. De nuevo, la oferta tiene de todo: está abierta a cualquier género y lengua del Estado. Serán 230.000 euros para verter títulos al alemán, inglés, francés, neerlandés e italiano. De aquellos, 30.000 euros van destinados a traducir fragmentos de obras para que editoriales y agencias literarias puedan difundirlos entre sus colegas extranjeros. Esos 230.000 euros se añaden a la partida que el Ministerio de Cultura tiene asignada a traducción, 430.000 euros que este año, a diferencia del anterior, que se quedó en la mitad, se han podido ejecutar en su totalidad.
La crisis en Cataluña
En el fondo, España ya está siendo noticia estos días en Fráncfort por la situación política derivada de la sentencia del procés y las revueltas callejeras de esta semana en Cataluña. Así afloró en la charla que la escritora Almudena Grandes realizó el jueves en una feria muy sensible a los temas de libertad de expresión y derechos humanos. Invitada desde hace unos meses a una charla bajo el lema ¿Están la libertad de expresión y el pluralismo amenazados en España?, a rebufo de la aplicación de la Ley Mordaza, que Amnistía Internacional asegura que provocó 84 condenas entre 2015 y 2017, los violentos incidentes callejeros, especialmente en Barcelona, llevaron a la autora de Las edades de Lulú a asegurar que “en Cataluña se está llegando a niveles de violencia que no se esperaba nadie, ni siquiera el Govern; es una kale borroka a lo grande y el gobierno catalán está asustado”.
Tras conceder que “España es ya de por sí un país difícil y con Cataluña, dificilísimo”, aseguró, en relación a los políticos independentistas encarcelados: "No me alegro de que nadie esté en la cárcel, pero esta situación no tiene nada que ver con la libertad de opinión y una prueba es que en Cataluña hay un gobierno independentista; los políticos han sido condenados porque el ordenamiento jurídico español considera delito proclamar unilateralmente la independencia de un territorio”. Y añadió que “el origen del independentismo catalán es un movimiento insolidario y egoísta, cuyo lema es ‘España nos roba’”.
Centrada en el motivo de la charla y bajo la premisa de que “no creo que la libertad de opinión esté amenazada en España, otra cosa es que haya leyes que cambiar”, la autora madrileña se declaró republicana “y no me pasa nada: no necesito quemar retratos del Rey, pero que los chavales que quemen uno vayan a la cárcel me parece absurdo”, calificativo que utilizó también para criticar que los jueces consideren el delito de ofensa a los sentimientos religiosos.
Mientras, en la feria, la situación de Cataluña ha aflorado a nivel individual, y no institucional, quizá bajo el el influjo de que “los libros han ganado más batallas que las armas”, frase de Lupercio Leonardo de Argensola que luce el estand español, este año más grande para acoger actividades de promoción. Así, algunos agentes literarios y editores, casi todos catalanes, han resucitado las chapas con el lema “Dialogue not violence”, que crearon en 2017 tras el referéndum ilegal del 1-O. El siempre espectacular estand catalán, promovido por el Institut Ramon Llull (IRL) de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona rinde homenaje al centenario del nacimiento de Joan Brossa, con una A gigante, la favorita del poeta visual. Sin signos externos visibles que hagan referencia a la tensión actual, no ha acogido, sin embargo, el tradicional cóctel de inaguración, suspendido porque “la situación sociopolítica no invita a brindis ni fiestas; hemos de continuar trabajando en la defensa de la literatura catalana, la cultura y el diálogo”, manifestó a este diario la directora del IRL, Iolanda Batallé.
Quienes sí hicieron un multitudinario brindis fueron las editoriales Anagrama, Tusquets y Quaderns Crema, que, ubicadas una al lado de otra en la misma callejuela del pabellón, celebraron juntas al acabar la jornada el medio siglo de vida de las dos primeras y las cuatro décadas de la tercera.
Babelia
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