Diez detenidos y 30.000 objetos incautados en una operación contra el expolio
La Guardia Civil estudia cuántas piezas son auténticas y cuántas falsificadas para determinar la cuantía del material arqueológico decomisado
Monedas antiguas, fíbulas, ánforas romanas y fenicias, bustos, objetos de metal y cerámica, lucernas y teselas de un mosaico de origen romano de gran tamaño son parte de las 30.000 piezas incautadas por la Guardia Civil en el marco de la Operación Norba contra el expolio y la falsificación de bienes arqueológicos. Los agentes han detenido a 10 personas dedicadas al robo, reproducción y venta de este tipo de objetos durante una investigación desarrollada en las provincias de Cáceres, Sevilla, Granada y Cádiz, coordinada por Grupo de Patrimonio Histórico de la UCO bajo la dirección del Juzgado de Instrucción Número 3 de Cáceres.
Los investigadores no pueden aventurar el valor concreto del total de los bienes incautados ya que primero deben proceder a la determinación de cuántos de ellos son auténticos y cuántos falsificados. La mayoría de las piezas eran vendidas a través de Internet, que se ha convertido en la mayor plataforma de adquisición de material arqueológico, a todo tipo de clientes: “Los que sabían que se trataba de objetos expoliados e incluso falsificados y los que eran compradores de buena fe”, explican fuentes de la investigación. A los implicados se les han imputado delitos contra el patrimonio histórico, receptación y blanqueo de capitales, apropiación indebida y estafa.
Los bienes solían venderse por lotes. Una de las detenciones se realizó justo cuando se estaba a punto de producir una entrega. “La caja con varias piezas estaba perfectamente empaquetada y embalada para evitar que los objetos sufrieran desperfectos”, señalan las mismas fuentes. Los detenidos, todos españoles, no actuaban de manera organizada, pero todos se conocían de coincidir en foros. “No había un acuerdo específico entre ellos por lo que no hemos podido acusarles de pertenencia a organización criminal”, puntualizan. Entre ellos hay alguno, residente en Sevilla, dedicado exclusivamente a la falsificación. En su domicilio se encontraron moldes con plomo para reproducir material arqueológico. “Obtenía grandes ingresos”, aseguran desde la investigación.
La mayoría de los detenidos, sin embargo, son particulares que buscaban piezas con detectores de metales en yacimientos de zonas rurales de difícil acceso, que son conocidos, sobre todo, por los vecinos de los municipios en los que se encuentran los poblados, pero que no tienen ningún tipo de vigilancia o control. A uno de los detenidos se le encontraron hasta 12 detectores de metales en su domicilio, explican fuentes de la investigación. Este tipo de delitos, confirma la Guardia Civil, se comenten con frecuencia en España ya que los beneficios económicos son abundantes a cambio de gastos muy reducidos.
A ello hay que sumar la dificultad de indagar sobre ellos, precisamente por producirse en zonas apartadas. La Operación Norba, que recibe su nombre de la denominación de la actual Cáceres: Norba Caesarina, tiene su origen en otra investigación de una compraventa ilegal de material arqueológico en Cáceres que llevó a los investigadores a fijarse en una actividad intensa de expoliación en la sierra Norte de Sevilla.
La Guardia Civil no quiere dar detalles sobre los yacimientos donde se extrajo parte del material incautado para evitar desatar la curiosidad de otros buscadores de antigüedades. “De lo que se trata de es de preservar las piezas. Si se empieza a excavar sin dirección técnica se descontextualizan las piezas, pierden su valor histórico-cultural y se pone en peligro el propio asentamiento”, advierten los investigadores.
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