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Misión diplomática: salvar el idioma español en Marruecos

Seis hispanistas marroquíes defienden en Rabat la necesidad de promover la enseñanza de la lengua española en la educación secundaria de su país

Francisco Peregil
El Teatro Cervantes de Tánger (Marruecos), abandonado, en una imagen de archivo.
El Teatro Cervantes de Tánger (Marruecos), abandonado, en una imagen de archivo. CARLOS ROSILLO
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Seis hispanistas marroquíes —todos hombres, a pesar de que en Marruecos hay mujeres como Fatiha Benlabbah que llevan décadas consagradas al estudio y enseñanza del español— dibujaron este miércoles en el Instituto Cervantes de Rabat el panorama de la lengua española en Marruecos. Casi todos coincidieron en señalar que el español está en claro retroceso en el país, pero advirtieron que el futuro puede ser ilusionante si se toman las medidas oportunas.

¿Qué medidas? Enfrente de la mesa redonda, sentado en primera fila, entre un público de unas cien personas, se encontraba el director general del Instituto Cervantes, Luis García Montero. Abderrahman El Fathi, poeta y profesor de literatura en la universidad de Tetuán, señaló que entre otras medidas, las autoridades españolas deberían ejercer una presión diplomática ante el Gobierno marroquí para que promuevan la enseñanza del español en la educación secundaria de Marruecos, en la escuela pública. “Formamos a profesores de español y esos profesores después se encuentran sin alumnos en las aulas. Conozco a un joven que siempre quiso ser profesor de español, consiguió el título. Pero ahora enseña árabe en un pueblo de Tetuán. Y esa persona aprovecha el recreo para recitar a Lorca a sus alumnos”.

Otro hispanista, Abdellatif Limami, de 66 años, que ha sido durante décadas profesor de literatura en las universidades de Fez y Rabat, insistió: “En la universidad de Marruecos tenemos a profesores de español que [al no contar con alumnos] que cobran y no dan clases. Algunos hacen labores administrativas y otros se quedan en sus casas”. Limami indicó que la dificultad que ponen las autoridades españolas para entregar visados a los alumnos no ayuda al desarrollo del español. “Cuando yo era estudiante nos daban un visado de un año en España. Ahora, los profesores de universidad tienen que sufrir un montón para que les den un visado de un mes o dos meses”, señaló. Limami cosechó los aplausos del público marroquí cuando dijo: “En Marruecos, además de la pesca [en referencia a los acuerdos de pesca con la Unión Europea] hay también una cultura española”.

Por su parte, Hossain Bouzineb, de 71 años, original de Alhucemas y doctor por la Universidad de Sevilla, quiso aclarar que el español en Marruecos no es un capricho “sino una necesidad”. “El estudio de la literatura árabe y de la historia marroquí necesita del español. La historia de los moriscos que llegaron a Marruecos está escrita en español. El 80% de la historia de este país está escrita en español. Si se conservan las cartas de nuestros reyes es porque ustedes los españoles las han conservado en sus archivos”.

Bouzineb indicó que aunque la independencia de Marruecos respecto a Francia se firmó en 1956, en realidad, los franceses siguieron imponiendo sus programas en el ministerio de Educación durante 15 ó 20 años más. “Esos llamados ‘bienhechores’ impidieron el desarrollo del español en Marruecos”, afirmó el hispanista.

Entre el público se encontraba Sahar Ouafqa, una doctoranda marroquí de español, de 27 años, quien recalcó el hecho de que la lengua extranjera que más se demanda en los colegios marroquíes es el inglés. “A partir de los 14 años los alumnos que tiene mejores notas consiguen estudiar inglés. Y los más mediocres van al español. Yo elegí el español en Fez porque me gustaba el acento del Telediario, pero el 90% de mis compañeros lo hicieron por obligación, porque no les dieron la posibilidad de estudiar inglés”, indicó Ouafqa a este diario. “Otro problema con el español es que los estudios no están enfocados hacia el mercado de trabajo. Si terminas tu licenciatura en la universidad solo te queda trabajar de profesor o de traductor. Y finalmente, la mayoría terminan como teleoperadores. Debería haber estudios de Turismo en español”.

Luis García Montero, el director del Cervantes, agradeció a todos los asistentes la libertad con la que se habían expresado. Después, indicó a este diario: “Desde el punto de vista egoísta, al Cervantes puede beneficiarse por el hecho de que el alumno marroquí no encuentre en sus colegios públicos lo que necesita y termine viniendo al Cervantes. Pero a la larga, lo que va a impulsar verdaderamente el español en Marruecos es que forme parte de su enseñanza reglada”.

Javier Galván, director del Cervantes en Rabat, indicó que como primera medida para impulsar el español, se ha creado en el último año un Observatorio para estudiar el desarrollo. “Ya está creado, y hemos tenido varias reuniones. Pero ahora hay que dotarlo de medios. En realidad nadie se dedica a investigar cuál es el estado del español en Marruecos. Lo hago yo solo en mis ratos libres”.

La mayoría de los participantes en la mesa redonda se conjuraron para trabajar con ilusión. El propio Galván indicó que, a pesar de todos los pesares, el Instituto Cervantes está recuperando los alumnos que perdió durante la crisis económica entre 2008 y 2016. “Ahora mismo nos encontramos al nivel que teníamos en 2012”, subrayó. Aunque el precio de las clases del Cervantes solo está al alcance de una élite en Marruecos, Galván indicó que el aumento de las matrículas puede ser un signo del mayor interés en la sociedad por el español.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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