“Siempre hemos sido invisibles, nadie sabía de nosotras”
La periodista y cineasta Georgina Cisquella presenta ‘Hotel Explotación: Las Kellys’, una película sobre las camareras de piso
Más de 200.000 mujeres trabajan en España como camareras de piso, es decir, que se encargan de la limpieza en el sector hostelero, en un país volcado en el turismo como gran motor de la economía. Y cada una de ellas tiene una historia. La periodista y cineasta Georgina Cisquella ha realizado un documental para visibilizar la realidad de todas ellas. Hotel Explotación: Las Kellys, que se estrenará en cines este viernes, muestra la lucha de estas mujeres, que víctimas de la externalización, trabajan sin protección, fuera de las plantillas de los hoteles, con el riesgo de ser despedidas en cuanto caen enfermas y cobrando una miseria.
"Yo no sabía ni que existía una categoría laboral que se llamaba camareras de piso", confiesa Cisquella. Hace dos años, en octubre de 2016, Las kellys, acrónimo libre de la expresión "Las que limpian", comenzaron, primero en Cataluña, a organizarse para exigir sus derechos. "Se reunían una vez a la semana en un pequeño local. Estaban conectadas con otras camareras de piso de Madrid, Benidorm, Palma de Mallorca, Lanzarote y Fuerteventura", ha explicado la cineasta. "Empezaron compartiendo sus problemas en Internet y eso les llevó a crear su asociación. Querían ser visibles, ¿quién piensa en las camareras de piso? Ni las vemos". Este martes, 27 de noviembre, más de 20 trabajadoras se han hecho visibles para el preestreno del documental en Madrid.
La cineasta define el proyecto como un documental artesano, realizado desde el activismo y "sin apenas presupuesto", ya que fue financiado a través de una campaña de micromecenazgo. Y centra el interés en dos puntos: "Primero, que ellas representan el paradigma de este trabajo precario feminizado, además de invisible. No son solo ellas, pero representan también a otras mujeres, de la limpieza, cuidadoras...; y segundo, la capacidad de organizarse, de una manera muy dispersa además, porque cada territorio tiene sus características". Esta película, "hecha a pie de obra", ha empleado "cámaras de todo tipo", incluso imágenes grabadas por las propias trabajadoras con sus móviles. "No es una película que destaque por su fotografía", ha señalado Cisquella. "Es muy real", apunta Miriam Barros, presidenta de la asociación nacional y camarera de piso en Lanzarote.
Distensión muscular, lumbalgia, luxación, migraña, neuralgia braquial, estrés... la lista de enfermedades que arrastran las kellys es larga. "Se nos contrata por ocho horas, pero efectivas de trabajo tenemos seis horas y media: una la dedicamos a la limpieza de zonas nobles, que son los restaurantes, por ejemplo, media hora la tenemos que descontar de la comida y en seis horas y medias tenemos que hacer 20, 25 o 30 habitaciones", ha resaltado Barros. "Siempre hemos sido invisibles, nadie sabía de nosotras, ni siquiera en qué condiciones estamos, con la cantidad de dinero que está entrando en España como consecuencia del turismo, y lo vemos como un escaparate tremendo". Antes incluso de ver la película, añade que están encantadas con el proyecto. Presentimiento que se ve confirmado durante la proyección, en la que la sala, prácticamente llena, prorrumpió en aplausos hasta en dos ocasiones.
¿Objetivo? "Generar debate, no es una película comercial, la idea es que tenga un recorrido y sea una herramienta para poner en cuestión muchas cosas que están pasando", ha expresado Cisquella. "Es una forma de mover conciencias también", comenta Barros, "para nosotras esto es una forma increíble de darnos más visibilidad y de poder mostrar a la gente lo duro que es nuestro trabajo y las condiciones en las que estamos".
Su fin es derogar el artículo 42.1 del Estatuto de los trabajadores para que se prohíba la externalización de su trabajo. "Eso es lo que nosotras quisiéramos, pero a lo que aspiramos al menos es a que se igualen las condiciones laborales de los trabajadores externalizados con los contratados por el hotel", expone Barros. Aunque el colectivo se muestra positivo. "Sí hemos conseguido algunas cosas. Se ha aumentado la lista de enfermedades profesionales, nos han incluido a nosotras en el cuadro de enfermedades profesionales de los camareros y los cocineros. Y ahora seguimos luchando para que se incluyan las dolencias musculoesqueléticas, que no están". Las trabajadoras apuntan a la reforma laboral realizada por el PP como la causante del empeoramiento de sus condiciones de trabajo, que ya no eran fáciles antes.
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