El hombre y la tierra, protagonistas del Mes de la Fotografía de Paraguay
Centros culturales, plazas y galerías acogen 15 exposiciones que retratan las consecuencias sociales de la desigualdad entre campesinos y terratenientes
El Costo Humano de los Agrotóxicos, del fotoperiodista Pablo Piovano, será la primera de las 15 exposiciones que dará forma al Mes de la Fotografía de Paraguay, un festival desplegado en centros culturales, galerías y plazas públicas durante septiembre. Paraguay es el país con el mayor nivel de desigualdad en el acceso a la tierra en todo el mundo, según el Banco Mundial. Menos de un 3% de la población de siete millones es dueña de del 85% de la superficie cultivable, según Oxfam. Por eso, todos los trabajos comparten de esta edición comparten un mismo hilo conductor: la Tierra.
La bienal de fotografía de Asunción, organizada por la asociación El Ojo Salvaje, celebra su sexta edición con las mejores imágenes documentales de la escena local e invitados internacionales como los argentinos Piovano y Walter Astrada, la ecuatoriana Isadora Romero, el catalán Jordi Ruiz Cirera y las estadounidenses Francene Keery y Daniella Zalcman, fundadora del colectivo Women Photograph.
Piovano describe en un doloroso camino de retratos y escenas en blanco y negro una de las consecuencias del cultivo industrial, la contaminación con químicos de los pobladores de las zonas lindantes en la mesopotamia argentina. “Abordan desde diversas miradas y perspectivas el uso, la propiedad y la distribución de la tierra en Paraguay y en el mundo. También la política del Estado y sus consecuencias, la explotación del trabajo contemporáneo, la vida de la mujer campesina y de las comunidades indígenas”, explica el presidente del El Ojo Salvaje, Marcelo David Sandoval.
El negocio del carbón vegetal y de la agricultura y la ganadería extensiva han convertido a Paraguay en el país con una de las tasas de deforestación más altas del mundo, según el Banco Mundial. El fotógrafo paraguayo Luis Vera lo demuestra en una serie de retratos de comunidades indígenas ayoreo y vistas aéreas del Gran Chaco, el segundo bosque continuo más extenso de América del Sur después de la Amazonía, compartido con Argentina, Bolivia y Brasil. En el Gran Chaco se concentra la mayor parte de la tala ilegal de Paraguay.
Vera constata con su trabajo de dos décadas el rápido y agresivo avance de la deforestación y cómo afecta a la vida de los pueblos ayoreo, el único que queda con familias en aislamiento voluntario en América fuera de la Amazonía. “Su caso es muy fuerte. Su forma de concebir el territorio es muy diferente a la nuestra, a la de las culturas cristianas, que separan el alma y el cuerpo. Para la cosmovisión ayoreo no hay esa división, ellos sienten esa violencia contra su entorno en el cuerpo y a nivel espiritual”, explica Vera.
Desde Ecuador, la fotógrafa Isadora Romero expone la intimidad de la comunidad Sarayuku de la selva amazónica de su país, donde las mujeres cumplen un rol fundamental en la defensa del medio. Y las estadounidenses Francene Keery y Daniella Zalcman muestran dos caras opuestas del conflicto por la tierra. Keery aborda los privilegios de las personas que se benefician de la explotación agroganadera con imágenes tomadas en los jardines de un club de golf de Paraguay, mientras que Zalcman denuncia los atropellos a la niñez indígena en Estados Unidos.
Walter Astrada participa impartiendo un taller para hacer ensayos fotográficos en Asunción. Mientras que el fotógrafo catalán Jordi Ruiz Cirera inaugura La República Unida de la Soja (The United Soya Republic), que incluye a Paraguay y a otros países del Cono Sur con una historia en común: la explotación masiva del campo para exportar granos de soja transgénica.
La autora francesa Celine Croze trae la vida de jóvenes campesinas que emigran a Asunción en busca de trabajo; los fotógrafos Alexandra Dos Santos, asuncena radicada en Barcelona, y el argentino Javier Medina diseccionan en sus imágenes el Chaco profundo con la propuesta de un viaje, o de muchos viajes sensoriales.
Además de otras exposiciones y talleres formativos, el festival fundado por Jorge Sáenz y Fredi Casco contará también con una gran actividad colectiva que va más allá de lo fotográfico: acompañará una feria agroecológica en el centro de Asunción con la exposición Los Desterrados, de once autores locales que muestran una compleja composición de miradas sobre el conflicto social, económico y cultural que vive Paraguay.
El Ojo Salvaje celebra con esta edición una década de trabajo. “Son diez años enriqueciendo el panorama cultural local con exposiciones de alta calidad estética y conceptual con lo mejor de la producción nacional e internacional”, destacó Sandoval, “cada imagen esconde una historia única que espera al público para ser revelada”.
Babelia
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