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Alberto Manguel renuncia a la dirección de la Biblioteca Nacional argentina

El escritor y traductor, uno de los grandes fichajes de Macri, aduce problemas de salud

Alberto Manguel en la Biblioteca Nacional de Argentina
Alberto Manguel en la Biblioteca Nacional de ArgentinaMarcelo Huici / Biblioteca Nacional Mariano Moreno
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Alberto Manguel (Buenos Aires, 1948) abandona la dirección de la Biblioteca Nacional de Argentina. Este respetado intelectual, escritor y traductor que hizo carrera fuera del país austral, regresó en 2016 como uno de los grandes fichajes de Mauricio Macri. Deja el puesto dos años después "por motivos de salud", vinculados a un cáncer que tuvo cinco años atrás. "La semana pasada mi oncólogo me dijo que tenía que parar", dijo Manguel este martes en un encuentro con la prensa junto al ministro de Cultura, Pablo Avelluto. Manguel negó que su renuncia esté vinculada a un plan de ajuste gubernamental para bajar el déficit. En lugar de Manguel asumirá a partir de agosto la actual subdirectora, Elsa Barber, la primera mujer que estará al frente de la Biblioteca desde su fundación.

A sus 68 años, Manguel aceptó el desafío de ocupar el puesto que antes ocuparon Jorge Luis Borges y Paul Groussac. "Decidí hacerlo porque tal vez sea esta mi última aventura", dijo a EL PAÍS días después de asumir. Sin experiencia previa en bibliotecas, Manguel confiaba en poner en práctica mucho de lo que había escrito sobre ellas. Pero no fue fácil. Llegó en medio de la polémica por el despido de 240 empleados, un cuarto de la plantilla de la institución. Y después tuvo que lidiar con un presupuesto inferior al que hubiese deseado.

Al oficializar su salida negó nuevos despidos entre las 870 personas que integran la plantilla. "No va a cambiar nada. Creo en la palabra de Pablo [Avelluto] y no habrá despidos", dijo el escritor. El ministro, a su lado, ratificó que "no hay intención por parte del Gobierno de despidos masivos en la Biblioteca Nacional". Los sindicatos, sin embargo, desconfían. Fue Barber quien firmó los ceses anteriores, durante la dirección provisional del centro, y argumentan que Manguel les dijo el año pasado que renunciaría en caso de que le pidiesen dejar en la calle a empleados.

Durante su gestión, Manguel hizo lo posible por retener en el país el legado de los grandes escritores argentinos y evitar, como ocurrió con numerosos manuscritos de Borges, que terminaran en manos de coleccionistas o instituciones extranjeras. Pedía la colaboración de mecenas, que fueron claves para la compra y donación de los 17.000 volúmenes de la biblioteca de Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo. Gran conocedor y admirador de Borges, el hombre que le enseñó cómo leer en su adolescencia, Manguel impulsó la creación del Centro de estudios y documentación borgeanos que funcionará en la antigua sede de la Biblioteca. Amplió la red internacional de la institución, aceleró la digitalización de su fondo documental y atrajo a Buenos Aires a destacados invitados extranjeros, como la novelista canadiense Margaret Atwood o la escritora y psicóloga francesa Élisabeth Roudinesco, entre otros.

En los últimos meses se hicieron públicas algunas diferencias entre Manguel y Avelluto, pero ambos niegan que haya influido en la decisión. "Iba a traerte granos de café para que no te quejes", bromeó el ministro con el director de la biblioteca al inicio del encuentro con la prensa, en referencia a la crítica de Manguel por su presupuesto limitado. "En la biblioteca no tenemos ni un mango [ni un peso] para comprar un grano de café. ¿A quién puede sorprenderle que en la Argentina una entidad cultural no tenga presupuesto?", se preguntó Manguel a principios de mayo, durante la presentación de su libro La biblioteca de noche (Siglo XXI) en la última Feria del Libro de Buenos Aires. "En la Biblioteca yo soy solo el administrador, hay decenas de personas que trabajan y mucho, y lo hacen con sueldos miserables", continuó el Premio Formentor 2017.

El mayor encontronazo tuvo que ver con el estadio de fútbol 5 recreado en el stand argentino de la Feria del Libro de Bogotá. "Pido disculpas en nombre de todos los argentinos por el vergonzoso escenario de un estadio de fútbol montado en una fiesta del libro; celebramos seguramente esos notables futbolistas Borges, Bioy Casares, Alejandra Pizarnik, Cortázar, desde el Martín Fierro en adelante... pero les pido de nuevo disculpas por ese gesto tan absurdo de populismo", dijo en la capital colombiana. El titular de la cartera de Cultura respondió que Manguel "tiene una concepción que deja afuera algunos fenómenos populares", que él evaluó como "equivocada", pero agregó que aún así, sentía una profunda admiración por él y tenían un excelente vínculo personal. Avelluto volvió a elogiarlo este martes ante los medios y anunció que Manguel continuará como asesor ad honorem.

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