Los claroscuros del sueño americano
La trilogía de EE UU del fotógrafo británico Paul Graham, por primera vez en España en Bombas Gens
La blancura de la ballena, trilogía de Estados Unidos en la que el gran fotógrafo británico Paul Graham retrata los claroscuros del sueño americano a través de las series American Night, a shimmer of possibility y The Present, se muestra por primera vez en España desde este mes de diciembre y hasta mayo en las salas de la antigua fábrica Bombas Gens Centre d'Art de Valencia
Heredero de Walker Evans y Robert Frank, fotógrafo del contenido especializado en señalar al elefante plantado en medio de la sala del que la mayoría prefiere no hablar, Graham (Londres, 1956) empezó su carrera en 1981 retratando una carretera en Reino Unido. De allí pasó a documentar el conflicto de Irlanda del Norte y la identidad europea antes de saltar a Estados Unidos, donde pese al "shock" que le produjo el país al aterrizar vive desde hace 15 años.
Fotógrafo de lo cotidiano, Graham ha dicho en Valencia que entiende que muchos espectadores puedan sentir frustración o incluso enfadarse al ver sus obras y exclamar: "En estas fotografías no hay nada". Pero esa nada —escenas anodinas de personas, calles, edificios y objetos desconocidos— constituye en su opinión "el tejido de la vida, la belleza de lo cotidiano, impregnado de tragedia, de tristeza, de maravilla, de elegancia". "Quiero ayudar a la gente a apreciar esos momentos que nos regala la vida. Lo que más me gusta de la fotografía es cómo baila con la vida conforme esta sucede".
Compuesta por 60 obras, cuatro de los cuales pertenecen a los fondos de Per Amor a l'Art, la fundación propietaria de Bombas Gens, la exposición, la tercera del fotógrafo en España, ha viajado a Valencia desde Estados Unidos, donde ha tenido como comisario a Cristopher McCall y ha sido organizada por Pier 24 Photography, museo ubicado en el puerto de San Francisco. Graham ha pasado una semana en Valencia diseñando la distribución de las instantáneas.
Como en trabajos anteriores del artista, La blancura de la ballena fue concebida como un libro. Su título, tomado de uno de los capítulos de Moby Dick, alude a cómo una búsqueda obsesiva puede acabar destruyendo al perseguidor, como ocurre con el capitán Ahab en la novela de Herman Melville.
"En el libro de Melville un hombre se encamina a la destrucción y arrastra a ese destino a su tripulación y a su barco. Y América... América persigue el dinero, el capitalismo, etcétera. No creo que haga falta añadir nada más. Es un título", ha afirmado Graham, poco partidario de dar explicaciones prolijas de su obra.
American night (1998-2002), la serie que abre la exposición y la más política de las que la integran, intercala residencias acomodadas, exhuberantes cromáticamente, con escenas de personas y entornos desfavorecidos que han sido blanqueados por la sobrexposición de la fotografía a la luz. "Fue el primer trabajo que hice al llegar a Estados Unidos, donde quedé impactado por la enorme división racial, social, cultural y económica. La serie trata de esa división y de cómo editamos nuestra conciencia —como si fuera un vídeo— para borrar a la gente pobre, haciéndolos invisibles para seguir adelante. Fue el trabajo más díficil. Era un país nuevo para mí y decidí que si iba a vivir allí tenía que empezar por la parte más dura y más fea".
Sin abandonar la denuncia social, a shimmer of possibility (2004-2006), insatisfactoriamente traducible como un destello de posibilidad, es también una road movie, ha señalado Vicent Todolí, director de arte de la Fundación Per Amor a l'Art. Secuencias de fotografías tomadas con una fracción de segundo o a veces minutos de diferencia que funcionan casi como cortos fílmicos, y que, según ha contado Graham, se le ocurrieron después de descubrir los cuentos de Chejov.
Si American night es un juego con la luz y a shimmer of possibility, con la velocidad, The Present (2009-2011), un retrato del flujo de la ciudad de Nueva York, lo es con el encuadre, la tercera de las teclas con que se toca la fotografía, ha afirmado Graham. Un artista, ha dicho Nuria Enguita, directora de Bombas Gens Centre d'Art, "que escucha la realidad, pero no le dice al espectador hacia donde ir. En la era de la avalancha de imágenes de Internet, su fotografía nos hace pararnos, dudar y volver a mirar".
La blancura de la ballena, abierta hasta el 27 de mayo, es la tercera exposición de Bombas Gens y la segunda fotográfica después de Geografía del tiempo, de Bleda y Rosa. Las obras de Graham, de las que en marzo se mostrarán cinco más pertenecientes a la colección del museo, se inscriben, ha explicado Susana Lloret, directora general de la fundación, en el objetivo de la entidad de "compartir y sensibilizar".
Babelia
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