La poesía, puente trasatlántico
Antonio Gamoneda, Hugo Mujica y Marco Antonio Campos charlan sobre poesía y Latinoamérica en el Festival Internacional de Literatura Madrid 2017
Tres cuerpos caminan por un salón antiguo y poco iluminado. Tres poetas. No hace frío ni calor: Marco Antonio Campos (Ciudad de México, 1949) no se quita su cazadora blanca. Hugo Mujica (Avellaneda, 1942), sacerdote además de poeta (quizá dos formas de encarar el mismo misterio) que vivió de los 19 a los 30 en la convulsa y artística Nueva York de los 60 junto a Allen Ginsberg antes de retirarse a un monasterio trapense y pasar siete años en silencio, se mueve con los brazos a la espalda.
Sentado, agarrado al bastón, espera Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931). El Premio Cervantes 2006 mantiene a sus 86 años una actividad literaria constante. Como muestra un botón: este agosto se desplazó a las montañas al norte de su León (casi) natal, a dar un recital en el minúsculo pueblo de Viñayo. El pueblo tiene 25 habitantes y al recital fueron 50 personas. Convengamos en que la poesía llega a lugares insospechados.
Gamoneda viste camisa y americana y Mujica, la cabeza afeitada, lleva una camiseta granate y una sencilla sudadera. Frente a ellos tres copas con agua que no tocan. A su alrededor, uno de los imponentes salones de Casa de América, donde los tres (español, mexicano y argentino) charlan de poesía, actualidad y futuro en el marco del Festival Internacional de Literatura Madrid 2017, que terminó ayer y donde doce poetas hispanoamericanos recitaron sus versos.
Pregunta. La convocatoria de este evento habla de poetas hispanoamericanos en Madrid. ¿Qué entienden por esta palabra, Hispanoamérica? ¿Existe Hispanoamérica?
“Vivimos una tierra de nadie maravillosa: la realidad nunca estuvo tan maleable”
Marco Antonio Campos. Yo prefiero llamarlo Latinoamérica. Y me siento profundamente latinoamericano.
Hugo Mujica. Yo no me siento tan latinoamericano, quizá por mis años en Estados Unidos. Pero lo que me interesa de lo latinoamericano con respecto a España es que nosotros nos conocemos más triangulados por España que entre nosotros.
Antonio Gamoneda. En el orden de la lengua, de la intercomunicación, sí, existe Hispanoamérica. Pero ese no debería ser su nombre, pues existe a pesar de España. De la obra descubridora de España, que no es para aplaudir mucho.
P. ¿Sienten que esta unión se fomenta más desde la cultura que desde la política?
M.A.C. Uno tiene una relación de amor y rechazo con España. Por ejemplo me preocupa y apasiona la situación de la independencia catalana. Los catalanes están cometiendo un gran error. Uno quiere una sola España, y desde Latinoamérica hay un diálogo con lo mejor de España.
A.G. Querido Marco Antonio, con independencia de los impulsos nacionalistas, al final se hará lo que mande el dinero. Si lo conveniente es la no secesión, no habrá, tranquilo (ambos ríen).
H.M. Más allá de este hecho puntual, lo que tiene la cultura es una continuidad. Lo que tiene la política es, precisamente, vivir en conflicto y contraste. La política ahora es la administración de la economía, no podemos esperar que la economía aglutine. La debilidad de la Unión Europea fue crear una moneda común, y no un pensamiento común. La cultura tiene que ver con la vida, la política, con el funcionamiento.
P. Queda claro que la poesía y la economía no van de la mano por el mismo camino. ¿Desgraciadamente?
H.M. Desgraciadamente o no. No ser absorbido por el mercado es una gracia.
P. Pero quizá no se potencie la poesía como debiera.
H.M. ¿Y por qué tiene que potenciarse? Tenemos la imagen de que cuanto más mejor. ¿Y si fuese una cuestión de calidad, de intensidad, y no de cantidad?
P. Como ven la salud de la poesía latinoamericana?
M.A.C. Es un buen momento, goza de buena salud, pero no es la época de los grande poetas. Muertos Vallejo, Neruda, Huidobro, Borges… creo que hay una muy buena poesía, pero ya se han dado los grandes poetas. El verso libre, quizá, ha llegado quizá a un límite. No soy profeta, no sé si en este momento se está escribiendo la gran obra. Hay muy buenos poetas. Aquí tenemos a dos.
H.M. Te sumamos, te sumamos (ríe).
M.A.C. Bueno (ríe). El caso es que esos poetas fundacionales se han ido.
A.G. Estoy de acuerdo. No toca. No es tiempo de grandes poetas. Habrá que esperar un par de siglos, pero empiezan a nacer. Por lo que concierne a la lengua española, viviente y funcional, creo que la poesía importante está en América, no en España. Sobre todo, la del porveni.
M.A.C. son 20 repúblicas hispanoamericanas. Mucha más gente…
A.G. Claro, hay que contar con eso, un continente entero…
M.A.C. Hay un mayor mestizace de las palabras, también.
H.M. Y no hay una carga histórica de las palabras.
A.G. Es cierto, es cierto.
H.M. En Latinoamérica la palabra es más joven, más fresca...
En cuanto a esto de la fecundidad, yo creo que hay una crisis que va más allá de los poetas. Que es de creatividad. Somos una cultura que estuvimos manejando la deconstrucción de una herencia, y aún no logramos la construcción de algo para ser transmitible. Se escribe mucho, pero no hemos logrado darle una forma par que irradie. Soy optimista.
“La lengua debe entenderse con los mecanismos del cambio tecnológico”
P. ¿Por dónde va a ir la poesía del futuro?
M.A.C. ¡No sabemos!.
H.M. Hay que tener en cuenta el salto que implicó Internet. No sabemos cómo influirá todavía. Estamos dando un salto muy grande. Creo que se agotó el homosapiens: eso de que íbamos a comprender la realidad desde la comprensión. Se agotó, como se agotó la comprensión desde el azar. Pero vivimos en una tierra de nadie maravillosa: la realidad nunca estuvo tan maleable.
P. Pero Internet marca una pauta: La sobreexplotación, la exposición. ¿No corren peligro formas de pensar y expresarse más herméticas? El hermetismo y el silencio es algo muy importante en su poesía, sobre todo de Hugo y Antonio.
H.M. Todo tiene riesgos…
A.G. Serían problemas menores. Individuales. La poesía ya ha sido sometida a transformaciones. De la no-escritura a la escritura, la imprenta… ahora la tecnología permite que la poesía (y todo lo demás) esté en una atmósfera universal, intocable pero existente. El problema de la poesía será entenderse con mecanismos tan poderosos.
M.A.C. Con o sin Internet, la única verdad es que nada le va a dar talento a quien no tiene.
H.M. Y que el que lo tiene, lo tendrá sin importar el soporte.
P. La poesía se abrirá camino.
“Muertos Vallejo, Huidobro, Neruda... este no es tiempo de grandes poetas”
H.M. Sí, porque es un componente humano. Siempre estuvo.
A.G. El acto de creación más importante es cuando un ser humano, poco más que un primate, cogió una fruta y pronunció una sílaba o dos. Y así permitió tener conocimiento del fruto en ausencia del fruto. Ya estaba la humanidad en marcha.
H.M. Y de esos ruiditos hacen dibujitos. Es el gran paso, porque ahí el hombre delega su cuerpo fuera de él; delega su memoria.
M.A.C. Y después, el hombre empieza a crear lenguaje: ahí nace la poesía, empieza a ver la oscuridad y el misterio. Eso es la poesía: la capacidad de sugerencia. Estar en una orilla y en la otra. La historia del alma. Paz decía que la verdadera biografía del poeta está en sus versos.
H.M. No decimos lo que tenemos adentro: lo somos al decirlo.
M.A.C. Las dos cosas.
H.M. Sí, hay un encuentro entre la palabra y lo que aspira en nosotros por ser.
A.G. El acto de creación: cuando eres y proyectas una realidad nueva en el mundo.
H.M. la idea de crear está en tocar ese misterio. Del no ser al ser. Por algo cuando imaginamos a Dios lo llamamos creador.
P. Gracias, porque con esto que han dicho hemos esquivado la pregunta de qué es la poesía.
H.M. Ahhh (ríe) ¡Pudimos evitar el cliché!
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