¿Qué diría Gurb si ve lo que pasa?
Joaquín Estefanía responde en un libro a los nietos que sufren la presente realidad
¿Qué diría Gurb si viene a la tierra y encuentra el desastre que los abuelos dejan a los nietos? Ese extraterrestre creado por Eduardo Mendoza en EL PAÍS en el verano de 1990, es referencia para algunas reflexiones que Joaquín Estefanía (exdirector de este periódico, economista) se hace en Abuelo, ¿cómo habéis consentido esto?
Él no es Gurb, el de Sin noticias de Gurb, pero sí puede imaginar lo que ese extraterrestre se encontraría aquí: “Un avance en las posiciones conservadoras en la política, en la economía, en la cultura…”.
“En este último medio siglo se han producido retrocesos muy importantes en lo que creíamos que habíamos conquistado tras las dos guerras mundiales”. La generación más joven, a la que ahora se une la generación de sus dos nietas, “no ha vivido más que la crisis, no ha disfrutado del bienestar que hemos vivido nosotros”.
“Gurb se preguntaría qué hace, cómo va a vivir en este entorno, cómo va a participar en política”. La representación política ha saltado por los aires, las nuevas generaciones no se sienten representadas y esto ha generado una revolución en los valores. “Y una contrarrevolución. Nosotros querríamos que nuestros nietos recuperaran los valores que tuvimos. No las formas de representación: los ideales”.
El libro parte de lo que ya le han dicho quienes podrían ser sus hijos. “¡Pero cómo habéis consentido esto! ¡La culpa es vuestra!”. “Ahora estudian muchos chavales pero después no saben qué hacer con su vida. Y me preocupan esos niños que ya han nacido con la crisis, que no podrán estudiar porque hay pocas becas y son caras las matrículas. No sienten que tengan futuro”.
“Nosotros nos hicimos mayores muy pronto y mejoramos en la vida. Los jóvenes de ahora son mucho tiempo jóvenes. Pero no tienen la sensación de que van a mejorar “. El peligro es que “tiremos gente a la basura como si fueran flores marchitas” siendo aún jóvenes. Estefanía habla de la dramática “grieta generacional” que se ha abierto. Por lo menos quedará la flor del afecto. “Me preocupa que se cree una guerra generacional, que llegue un momento en que la gente de las nuevas generaciones pregunte por qué discutimos todo el día de la sostenibilidad de las pensiones y no hablamos de un plan de choque juvenil, de eliminar la precarización estructural… Pueden decirnos un día: ¿en qué momento de la vida van a preguntar por nosotros”.
Una figura literaria, entre otras muchas, que le sirve a Estefanía para hacer un recorrido por esa pregunta de los nietos (“¿Cómo habéis consentido esto”), es Stefan Zweig, que huyó hasta el suicidio de los males del siglo XX. ¿De qué huirían hoy Gurb y Zweig? “Del desafecto de lo público, que genera desafecto en las relaciones personales y familiares. Desafiarían este enfrentamiento al que parece que vamos: somos una generación que creyó que iba a conocer siempre la paz, y ahora es verosímil que haya una guerra. Huirían de ese enfrentamiento”.
El odio aparece en el libro relacionado con lo que Donald Trump inaugura ahora en la potencia más grande del mundo. ¿Qué antídoto habría para el odio hoy? “El odio es una consecuencia del miedo y en estos momentos el miedo está impregnado en todas las facetas de la sociedad”.
--Dice que los nietos van a vivir peor seguramente. ¿Qué es hoy vivir peor?
--Están viviendo peor, que es más grave. Los datos, sobre el cambio climático están ahí, y nos dicen que ya estamos viviendo peor. Vivir peor es no tener ninguna expectativa de futuro, tener trabajos que no te gustan, estudiar sólo lo que marca el mercado… Eso es vivir peor, y en eso están los nietos, viviendo peor.
--¿Es un tiempo triste?
--Es un tiempo triste, sí.
Gurb se iría veloz a las afueras de este mundo.
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