Selva Almada: “Mi sueño es el aborto legal en Argentina”

Selva Almada —“Selva es un nombre más común de lo que se cree en mi generación”— nació en Entre Ríos en 1973, pero fue la vida en Buenos Aires la que le dio la distancia necesaria para bucear en sus paisajes natales y contar historias de provincia.

La escritora que fue finalista del premio Rodolfo Walshs en la Semana Negra de Gijón y se confiesa tímida por naturaleza y anárquica a la hora de escribir, salta sin red de la poesía a la novela y de ahí a los cuentos o a los guiones de cine pues, confiesa, no siente la “urgencia de otros compañeros, que en cuanto terminan un libro ya ponen en marcha el siguiente”.

Tras El viento que arrasa (2012) y Ladrilleros (2013) llegó su consagración literaria con Chicas muertas, publicado en 2014 y que narraba la historia de tres mujeres asesinadas, lo que contribuyó a situar el feminicidio en el centro del debate en Argentina. Hoy, mientras cientos de mujeres se manifiestan desnudas de cintura para arriba alrededor del Obelisco de Buenos Aires por su derecho a hacer topless, la violencia contra la mujer es un tema central en el debate público de su país.

De pequeña quería ser…

Periodista.

¿Qué cambiaría de usted misma?

Soy muy desordenada.

¿Cuál es el mejor consejo que le dio alguno de sus padres?

Mi madre: que siguiera mis deseos.

¿Con qué personaje le gustaría quedar atrapada en un ascensor?

Con McGyver, que seguro que nos saca de allí con un pedazo de alambre y con todo su ingenio.

¿Algún sitio que le inspira?

El río Paraná.

¿Cuál ha sido el mejor regalo que ha recibido?

Que mi maestro Alberto Laiseca me dedicara uno de sus últimos libros.

¿Para qué sirven los premios?

Los únicos premios que sirven son los que dan dinero. Para invitar a comer y beber a los amigos.

“Siento vergüenza cada vez que veo mi foto en los periódicos”

¿Qué significa ser una escritora?

Una bella tarea.

¿Cuál es su lugar favorito en el mundo?

Mi casa.

¿Cuál es el último libro que le hizo reír a carcajadas?

Uno que estoy leyendo ahora mismo: Malicia, de Leandro Ávalos Blacha.

¿Qué personaje literario se asemeja a usted?

No sé, pero de niña quería ser o parecerme a Jo, de Mujercitas.

¿Quién sería su lector perfecto?

La verdad es que yo soy mi lectora perfecta.

¿Qué la hace suspirar?

Los domingos.

¿Cuál ha sido su gran experiencia?

Escribir Chicas muertas.

¿Qué música le sirve para trabajar?

No escucho música.

En una fiesta de disfraces, ¿de qué se disfrazaría?

De sauce llorón.

¿Dónde no querría vivir?

En EE UU.

¿Tiene algún sueño recurrente?

Ninguno.

¿Qué libro tiene en su mesa de dormir?

Muchos. Los que estoy leyendo o los que voy dejando para más adelante.

¿Junto a quién le gustaría sentarse en una fiesta?

Junto a Truman Capote.

“De niña quería ser o parecerme a Jo, de ‘Mujercitas”

¿Cuál es su ciudad favorita?

Montevideo.

¿Qué siente cuando ve una foto suya en los diarios?

Vergüenza.

¿Cuál es la noticia que siempre ha esperado leer?

Que el aborto es legal en Argentina.

¿Qué libro le hubiera gustado escribir?

El corazón es un cazador solitario, escrito por Carson McCullers.

¿Cómo ve el futuro de la literatura?

Lo veo muy bien. En Argentina tenemos muy buenos escritores.