Lo malo se enfrenta a lo peor
'Escuadrón Suicida' mete a estrellas como Will Smith o Jared Leto en la piel de villanos para relanzar el universo fílmico de DC
En Hollywood abundan las películas donde el bien triunfa contra el mal. Por eso David Ayer convenció a Will Smith y a los estudios Warner para que le respaldaran a la hora de llevar a las pantallas Escuadrón suicida sin tener un guión pero con una idea clara: es la historia de lo malo contra lo peor. “Es un concepto muy actual, que aunque suene extraño refleja el mundo en el que vivimos. El de curar un mal con otro. Los cómics siempre han estado muy por delante en la cultura popular”, reconoce el realizador a El PAÍS en referencia a esta nueva exploración del mundo de los superhéroes. La gran diferencia es que no solo se trata del universo de la DC, que todavía no ha conseguido ganarse la popularidad de Los Vengadores y el resto de los héroes del sello Marvel, sino que en el Escuadrón Suicida los buenos son también malos. “Son malos pero no son retorcidos”, se ríe Ayer con amor de padre.
Difícil de creer cuando hablamos de una familia disfuncional formada por convictos que aceptan trabajar para el Gobierno ante un enemigo común. Un grupo que incluye entre otros a un asesino como Deadshot (Will Smith), un mutante como Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje) y por supuesto la psiquiatra Harley Quinn (Margot Robbie), más conocida como la compinche del Joker (Jared Leto). “Con esta película me di cuenta por qué nunca había interpretado a un malvado. Porque no era capaz de entender como uno puede matar porque sí. Eso hasta que David me enseñó un libro llamado The Anatomy of Motive que explica cómo el ser humano hace cosas porque se siente mejor que si no lo hace”, explica Smith como si fuera un experto en la materia.
El libro no fue el único consejo de Ayer. El director tuvo su reparto a su disposición durante seis semanas, tiempo poco habitual para nombres como Smith, Robbie o el oscarizado Leto. Un ensayo que, como describe Cara Delevingne (Enchantress), fue más una sesión de psicoterapia donde el realizador les dio libros, pistas o fue su confesor, preguntándoles cosas sobre su infancia que luego les cuchicheaba al oído para conseguir la mejor toma. “Su deseo era conseguir el mayor realismo interpretativo en un mundo hiperrealista”, describe Smith. “Yo que suelo responder al enfrentamiento con el humor me pidió que sacara lo peor de mi. Al final utilicé las gamberradas de mi sobrino como inspiración”, recuerda Robbie.
Escuadrón Suicida además presenta el reparto más diverso de los últimos estrenos de superhéroes. De los 11 protagónicos solo tres (Joel Kinnaman, Jai Courtney y Leto) son hombres y blancos; cuatro son mujeres (Delevingne, Robbie, Viola Davis y Karen Fukuhara) y tres (Davis, Smith y Akinnuoye-Agbaje), negros. Además de un hispano como Jay Hernández o un nativo indígena del Canadá como Adam Beach. Por comparación, entre los siete Vengadores que arrancaron esta saga en cine solo hay un negro y una mujer. “No sé ni por qué da que hablar. Es el mundo en el que vivo”, asegura un director casado con una mexicana mientras se cuadra su gorra preferida donde se lee devuelve a México su grandeza.
El mundo en el que vive Ayer puede no ser lo que el público y los estudios Warner esperan de una cinta cuyo presupuesto se cifra en los 156 millones de euros. Los primeros quieren la irreverencia que se les ha prometido a bombo y platillo y los segundos una franquicia como la que los estudios Marvel supieron crear. Especialmente tras el pinchazo que tuvo el estudio con Batman v. Superman. “Esta película no es solo diferente. Es mi película. Es el cómic visto a través de mis ojos. Una historia más fluida, visual y colorida, nada rígida como otras películas de este universo”, añade Ayer tirándolas con bala contra las anteriores adaptaciones de los cómics de la DC.
Hay grandes esperanzas que hablan del mayor taquillazo del verano pero también malos augurios. Como los numerosos rumores que provocaron los retakes de último minuto (algo normal en una gran producción) que hablan de un remontaje con más humor exigido por los estudios tras el éxito de Deadpool y las críticas contra Batman v. Superman por ser muy escabrosa. “No puedes permitir que los personajes se tomen las cosas muy en serio si quieres lograr el equilibrio”, dijo Ayer sobre el humor antes de insistir en que no hubo intromisión alguna. “Les gustó mi visión y me dejaron hacer”, comenta.
Su equipo de actores también disfrutó de manga ancha. Joel, Jai, Cara, Karen y Margo formaron tal piña que acabaron formando su propio escuadrón, ese que tatuaron en sus carnes. “Yo no. Eso lo dejo para los veinteañeros. Tengo 47 y no voy a llegar a casa diciendo eso de cariño, mira lo que me he hecho”, remata Smith. “Eso sí, mi hijo vio la película hace unos días y me ha dicho que más vale que me retire porque nunca haré nada mejor”.
Cualquier cosa con carmín
Robbie le tenía miedo. "Pensaba que en cualquier momento me iba a pegar de verdad", dice ahora con una sonrisa para quitar hierro a la verdad. Smith no conoció al verdadero Jared Leto en todo el rodaje pero recibió de él un cerdo muerto lleno de gusanos. Y el director le echó de comer aparte porque el Joker no es miembro del Escuadrón Suicida que da título a la cinta. Todas anécdotas creíbles de un actor como este estadounidense de 44 años que recibió un Oscar por ser Rayon (en lugar de hacer de Rayon) en Dallas Buyers Club. En esta ocasión Leto aceptó el nuevo reto afeitándose las cejas y cambiando la forma de su cuerpo además de entrevistarse con psicóticos y narcotraficantes. Un personaje que mantuvo a diario. Todo porque Jokers hay más que uno. "Y tenía que honrarlos", confirma el actor en referencia al trabajo de Jack Nicholson y sobre todo al de Heath Ledger.
El Oscar le dio seguridad. Y los estudios confían en él, dice. Bueno, no está tan seguro de esto último y no calla el descontento que le produce un papel mucho menor que el prometido en Escuadrón Suicida. "Rodamos mucho pero han cortado más. No sé por qué. Así lo quisieron. ¿Quizá esta película es solo una introducción al Joker?", aventura sin creérselo. ¿Volverá a la siguiente? "Ni ellos saben si me querrán. Pero yo hago cualquier cosa con carmín", asegura malicioso.
Babelia
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