Muere el escritor Miguel Gutiérrez, emblema del realismo peruano
A sus casi 76 años, el autor de la consagrada novela ‘La violencia del tiempo’ preparaba una nueva obra
El escritor Miguel Gutiérrez Correa, nacido en Piura (noroeste de Perú) a fines de julio de 1940, falleció el miércoles por la tarde en un hospital de Lima a causa de un infarto. La muerte del fundador del Grupo Narración, representante de la novela realista y autor de La violencia del tiempo y Una pasión latina, sorprendió en los círculos literarios: tenía reuniones pendientes con colegas y una obra en proceso. La editorial que publica su obra, Penguin Random House, confirmó el deceso a la agencia oficial de noticias Andina.
En 1999, la revista Debate preguntó a más de 50 críticos literarios cuáles eran los 10 principales libros de narrativa de la década y La violencia del tiempo ocupó el segundo lugar. El texto es descrito por los críticos como una novela total, “síntesis de modelos y superación de sus predecesoras”, según el académico Alexis Iparraguirre; una crónica de un linaje de una familia de su región y, por extensión, de todo el país. En las más de 600 páginas de su novela más reciente, Kymper(Alfaguara, 2014), Gutiérrez Correa relataba la historia de un personaje perseguido por miembros del grupo terrorista de inspiración maoísta Sendero Luminoso, quienes lo acusan de una supuesta delación.
Entre 1966 y 1976, el escritor peruano fue el ideólogo y fundador del Grupo Narración al que pertenecieron destacados novelistas como Augusto Higa, Oswaldo Reynoso —fallecido en mayo último— y Antonio Gálvez Ronceros, entre otros. Librosperuanos.com, un portal web que lleva más de una década promoviendo la lectura de autores del país latinoamericano, subraya que dicho núcleo “concentró el clima revolucionario de fines de los años sesenta y comienzo de los setenta del pasado siglo”. Su propósito era una literatura, a la vez, “espléndida técnicamente y decisiva ideológicamente”.
Higa, compañero del autor de La destrucción del reino y de El viejo sauriose retira en esa generación de escritores peruanos de renombre, destaca las primeras obras de Gutiérrez trataban sobre “la búsqueda de la libertad de las relaciones humanas mediante el rechazo a todo lo que oprime, reprime o margine”.
Por su parte, la narradora cusqueña Karina Pacheco —una de las literatas con quien Gutiérrez tenía una conversación pendiente— lo sitúa en una suerte de olimpo de los mejores escritores internacionales del último medio siglo. “Su obra ha marcado a muchos que escribimos desde el estilo realista de la novela. También destacaría su conocimiento enciclopédico, como Mario Vargas Llosa, de la literatura y la filosofía que muy pocos autores y las nuevas generaciones tenemos”, subraya en declaraciones a EL PAÍS. “Se había comprometido fuertemente desde el punto de vida político [con la izquierda radical]: hacía lecturas de esa experiencia sin negarlas, ni exaltarlas. Fue de esos intelectuales de los que hoy hay muy pocos, que abordan tantos temas”. La novelista remarca, además, la generosidad de Gutiérrez con otros autores no residentes en la capital: “Prestaba mucha atención a las voces que estábamos casi en los márgenes, en otras regiones, en un país tan centralista como Perú. Tenía amplitud de miras”.
“[Fiódor] Dostoievski está en todas mis obras”, explicó Gutiérrez el año pasado en un diálogo público con el crítico Gabriel Ruiz. En esa conversación relató que tuvo una infancia difícil hasta que cumplió los 10 años. “Viví en un barrio pobre de Piura, y eso ha dejado una huella en mí. Mi infancia no fue todo lo alegre que yo hubiera querido, pero cambió la situación económica de mi padre y la adolescencia fue como una explosión de vida, de vitalidad, alegría y de rebeldía también”, subrayó entonces.
Babelia
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