El cine ecuatoriano sufre el mayor recorte de su historia
La inversión destinada a la industria audiovisual se reduce en un 60%
El recorte del presupuesto cultural en Ecuador ha afectado sobre todo a su cine. Los tres millones de dólares con los que usualmente disponía el fondo de fomento cinematográfico se han reducido un 60%. Esto ha hecho, que tras cumplir compromisos previamente pactados, el fondo disponga tan solo de 229.000 dólares para financiar proyectos en 2016. El monto más bajo de la historia del país para este fin era de 700.000 dólares. Por eso la convocatoria anual de los fondos concursables, que solía hacerse en enero, está suspendida.
El gremio de cineastas expresó su rechazo el pasado 10 de febrero. Un día después, el director del Consejo Nacional de Cine, Juan Martín Cueva, renunció a su cargo, en el que llevaba desde 2013. “Recortar de ese modo una institución que maneja entre 3 y 4 millones anuales es castigar los buenos resultados que la institución ha dado durante 10 años, desde que se creó la Ley de Fomento al Cine”, protestó Cueva.
Las consecuencias del recorte también amenazan la realización del festival internacional de cine documental Encuentros del Otro Cine (EDOC), que este año celebra su 15ª edición. “El Ministerio de Cultura y Patrimonio, y el Consejo Nacional de Cinematografía han sufrido recortes que les impiden contribuir al financiamiento del festival como lo han hecho en años anteriores”, afirmó Manolo Sarmiento, el director del festival, en un comunicado. Sarmiento criticó además que los recortes sufridos por otras entidades habían sido menos drásticos.
El festival de documentales cuesta 200.000 dólares, de los cuales 50.000 venían del Consejo Nacional del Cine. Esto ha hecho imposible contratar al personal —redactores y productores— que otros años por estas fechas ya preparaban la programación para mayo. “Es un gran error político del Gobierno haber reducido los fondos del Consejo Nacional de Cine tan drásticamente. Es un presupuesto pequeño en comparación con el del Estado”.
Ley de Cultura
Los cineastas y gestores culturales centran sus esperanzas en que la Ley de Cultura —que se discute este año en la Asamblea Nacional, donde lleva estancada desde 2009— establezca un mecanismo permanente de financiamiento de la cultura para evitar que todo dependa de los cálculos políticos, como hasta ahora. Este año preelectoral, muchos ven un claro ejemplo de esta política cultural en la realización del primer festival internacional de teatro en Loja (al sur del país), que es un compromiso presidencial de Rafael Correa y que inicialmente tendría un costo de 3,4 millones.
Correa empezó a hablar de este proyecto a finales de 2014, cuando asistía a las fiestas de independencia de esa ciudad —cuyo alcalde es afín al oficialismo— y tras su acercamiento al célebre evento de artes escénicas en Aviñón, de la mano de una de sus hijas. El presidente refrendó su compromiso en enero de 2015 ante los medios de comunicación de esa ciudad al afirmar: “Hemos avanzado poco en el sector cultural, pero estamos tratando de progresar algo con el festival de teatro que se realizará en Loja en 2016”.
Babelia
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