Mariano Ozores: “Yo haría una película sobre Podemos”
El Goya de Honor de este año repasa su carrera de 96 películas en un encuentro con la prensa
Ha sido una decisión discutida. El próximo 6 de febrero el director y guionista Mariano Ozores recibirá a sus 89 años el Goya de Honor de la Academia de Cine. Antonio Resines, presidente de la institución, asegura, defendiendo su elección: “Su nombre ha estado muchos años presente en la votaciones de la Junta Directiva para este premio, y siempre obtuvo votos”. Si el criterio es el cariño del público, el taquillazo, el mediano de los tres hermanos Ozores nunca ha tenido rival: 96 películas, como bien ha recordado esta mañana ante la prensa, y casi todas en los primeros lugares de la taquilla en sus estrenos: al final sumaron 87 millones de espectadores. “El tiempo ha tratado muy bien, demasiado bien a mis películas”, dice su autor. “Se pasan en canales de televisión constantemente y aún funcionan. La masa de público sigue siendo mía. Vi hace poco Señora doctor. Me resultó bien llevada, creo que estuve bien ahí”. Ozores ha llegado al premio bien de salud y algo sordo. “Perdonen si dudo… y sobre todo, háblenme fuerte”.
Ozores ha sido un estajanovista del cine. Con rachas brutales, como las 24 películas que dirigió entre 1981 y 1985, y con taquillas muy respetables. “¿Por qué conecté con el público? Porque mis películas tienen siempre una sorpresa: situaciones inesperadas, frases atrevidas… Mis largometrajes no eran una radiografía de la sociedad, sino una parodia. Tomábamos de arranque una sorpresa y luego la adaptábamos al momento, a la situación. Y sin olvidarme lo principal: respetar al público, que es todo lo que fui y lo que soy, y a él le debo todo lo que tengo”. Así que por eso nunca le ha gustado el término españolada: “Ha sido usado como etiqueta despreciativa, como si fuera cine de flamenco, de traje de cola”. Él filma una comedia en cuatro semanas, y en el mismo rodaje o por las noches (“Mu mujer siempre ha estado ahí, llevando cafés de madrugada a mi despacho”) escribía el guion de la siguiente.
Películas de Ozores: Yo hice a Roque III (“Aún funciona muy bien la secuencia de la báscula”), ¡Qué gozada de divorcio!, Es peligroso casarse a los 60, ¡Que vienen los socialistas!, La Lola nos lleva al huerto, El soplagaitas, El cura ya tiene hijo, Dormir y ligar: todo es empezar; Cristóbal Colón, de oficio… descubridor, Jenaro el de los 14, Manolo, la nuit, Nosotros, los decentes, Objetivo: bi-ki-ni, En un lugar de la Manga… Pero hubo un momento en que, a inicios de los sesenta, el cineasta se arriesgó con una película de autor: “Si, fue un desastre en taquilla. Las críticas nunca han sido muy buenas, nunca me trataron bien, excepto en esa ocasión, con La hora incógnita. El título no fue mío, que yo le puse Dios eligió sus viajeros. Pero el distribuidor me dijo que Dios no era rentable. Su título tampoco fue muy lejos”. Así que se volcó en el cine popular, barato (“No hace falta meter mucho dinero en una película, lo que hace falta es ser ingenioso. Me parece muy bien que el cine español quiera parecerse a Hollywood. La razón es el público, se hace cine para el público”). Y no reniega: “Siempre hice la película que quise, no tengo ningún recuerdo malo de ninguna de ellas. Nos los pasábamos muy bien. Antes de empezar un rodaje solía decirle al equipo: ‘Señores, vamos a hacer una película y de paso a divertirnos”. Y así deben de ser en la actualidad. “¿Qué me parecen los Torrente? Una exageración de las mías. ¿Los Ocho apellidos? El cine que hay que hacer ahora. Le gusta al público, que es lo importante”.
Aquellas parodias marca Ozores estaban muy pegadas a la actualidad, sobre todo a la política y social. Así que hoy, el cineasta rodaría un filme sobre… “Yo haría una película sobre Podemos, un grupo de gente que se reúne y monta un partido político. ¿Actores para la comedia de Podemos?”. Se echa a reír. “Si viviera, José Luis López Vázquez sería estupendo haciendo del jefe de Podemos. Sería un acierto. Pero en fin, nadie me va a pedir esa película. La actualidad política, con casos como Ciudadanos o Podemos, muestra que el pueblo se ha lanzado a la política. Y eso es gracioso, para morirse de risa”. Ya se rio en su momento del PSOE. Y hubo mosqueos “Es natural que los partidos políticos se enfaden cuando se les haga una parodia, no pasa nada. Con Franco no me metí porque no tuve valor. Yo no me sentía franquista, pero no lo digo de forma tajante. Franco fue una necesidad que tenía la sociedad en su momento. Tampoco me atreví a meterme con la Iglesia. Saqué a sacerdotes y monjas pero con mucho humor”.
El Goya de Honor ha hecho que Ozores haga resumen de su vida: “Este reconocimiento me llega tarde, pero llega al fin, gracias a Antonio [Resines]. No me hice rico, pero he vivido bien, he manejado a mi familia bien. Estoy satisfecho en lo económico. En el discurso de la gala hablaré de los actores que han salido en mis películas, a los que recuerdo con cariño: desde López Vázquez y Gracita Morales hasta Pajares y Esteso. Es una colección de actores que me recuerda ratos muy agradables y resultados muy fructíferos”.
Al final ha hablado de los suyos, la saga Ozores. “A mi familia la admiro, es un puño y estamos todos dentro de él”. Y se ha detenido en su hermano mayor José Luis, momento en que se ha emocionado tanto que no ha podido homenajear al pequeño, Antonio, fallecido en 2010. “José Luis fue un gran actor en cualquier registro, lo que demostró en el Teatro Guerrero encarnando a cuatro personajes dramáticos en un reto que solo Peter Ustinov, autor de la obra [se refiere a El amor de los cuatro coroneles], fue capaz de igualar”. Y llegó la lágrima.
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