El cine ecuatoriano, entre la memoria y las óperas primas
El documental 'Alfaro Vive Carajo' se estrena el 22 de enero y en él aparecen varios exmiembros del grupo que cuentan cómo vivieron su aventura
La historia de la incipiente guerrilla que existió en Ecuador durante los años 80 inaugura el ciclo de cine ecuatoriano en 2016. El documental Alfaro Vive Carajo (nombre del grupo subversivo que hacía alusión al líder de la revolución liberal, Eloy Alfaro) se estrena el 22 de enero y en él aparecen varios exmiembros del grupo que cuentan cómo vivieron su aventura y lo hacen ante la cámara de uno de ellos, Mauricio Samaniego, director del documental.
La cinta, que llega a la cartelera comercial con un premio del Festival de Cine de La Habana, reúne las anécdotas de sus protagonistas y algunas confesiones dolorosas, como la tortura y agresión sexual que soportaron las mujeres en los calabozos de la Policía. Samaniego además se sumerge en los archivos históricos del país para explicar la coyuntura que provocó el surgimiento del grupo armado. “No fue el típico grupo guerrillero de Latinoamérica, hubo particularidades complejas, interesantes, algunas graciosas, otras muy trágicas”, explica el cineasta.
Otras 11 películas ecuatorianas, la mayoría óperas primas, llegarán a las salas de cine este año. Así lo estima Juan Martín Cueva, director del Consejo Nacional de Cine, tras repasar las cintas que han solicitado apoyo económico para la posproducción. La temática de la producción cinematográfica que se estrenará es diversa y aborda desde la problemática LGBT hasta la búsqueda del mítico tesoro que escondió Rumiñahui, el guerrero más leal del último Rey Inca.
Los filmes Alba y UIO sácame a pasear -dirigidos por dos jóvenes cineastas- son los que más ruido mediático han hecho, sobre todo, porque estuvieron en la sección Works in Progress del Marché du Film de Cannes, el año pasado. El primero cuenta la historia de una niña de 11 años que por la enfermedad de su madre debe convivir con su padre, un hombre obsesivo y solitario; la segunda se centra en una adolescente de 17 años que se siente atraída por una alumna nueva en su clase.
El 2016 también marca también el retorno de Sebastián Cordero, el cineasta con más alcance internacional que tiene Ecuador, con la película Sin muertos no hay carnaval, que ha ganado fondos de Eficine, Ibermedia, entre otros. Esta ficción está inspirada en una historia real: un conflicto de tierras en una zona deprimida de Guayaquil. “Es una historia bien contada, con personajes complejos, que va a enganchar al espectador, pero nada es certero hasta el estreno”, señala Cordero.
Cabe señalar que esta película ecuatoriana ha sido coproducida por México (Salamandra Producciones) y Alemania (Aktis Film Production), algo que empieza a ser habitual en el país. De allí que en el elenco Sin muertos no hay carnaval se incluyan a los actores mexicanos: Erando González, Maya Zapata y Diego Cataño, y en el equipo técnico el fotógrafo mexicano Tonatiuh Martínez, que ha sido ampliamente elogiado por su desempeño durante el rodaje.
La pregunta ahora es saber si toda esta oferta será suficiente para atraer al público a las salas de cine. Cordero considera que el cine ecuatoriano vive “una época complicada” ya que a pesar del apoyo que ha recibido, no han habido películas memorables en los últimos dos años. “El público ecuatoriano, que siempre respondía bien, le está perdiendo fe a su propio cine”, opina el cineasta. A esto se añade la indiferencia de la crítica internacional hacia el cine ecuatoriano: la última participación del país en un festival importante fue con Feriado de Diego Araujo, en Berlín hace dos años. En 2015 ni siquiera hubo una película preseleccionada para los Oscars por parte de Ecuador.
Las pelis en rodaje
En este enero temprano también se ajusta el calendario de los rodajes. Una de las grabaciones que más atrae en este primer semestre del año es de la película Cero, que ganó el mayor premio del Consejo Nacional de Cine (180.000 dólares). Su director Miguel Salazar explica que el 80% del rodaje se hará en un octavo piso que su equipo va a recrear en un galpón, y que la trama se sostiene en la actuación de una mujer que fue cuidadosamente elegida tras varios castings en Colombia, México, España y Argentina. La ganadora es la argentina Alexia Moyano, que tiene amplia experiencia en cine, televisión y teatro.
La historia empieza con la caída del sistema informático del mundo y las comunicaciones, cuando de pronto desaparece la información personal, bancaria… y se va sumando una cadena de eventos. “Es una película apocalíptica, pero no es algo masivo, lo vivimos a través de una mujer, ella enfrenta el caos”, explica Salazar.
Otra de las películas que corre contra el tiempo para sumar más apoyos es La mala noche (título provisional). Este proyecto obtuvo la beca Cannes Attendance Support del Mercado de Cine del Festival de Cannes 2013 y es una coproducción mexicano- ecuatoriana en la que participan el productor mexicano Geminiano Pineda y la cineasta ecuatoriana Gabriela Calvache. El rodaje está previsto para el segundo semestre de 2016 y es una historia de ficción alrededor del tráfico de mujeres.
Babelia
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