La escritora colombiana que se ríe del desamor
Amalia Andrade convierte ‘Uno siempre cambia el amor de su vida’ en un ‘bestseller’
Amalia Andrade (Cali, 1986) supo sacarle provecho al desamor. Escribió el libro Uno siempre cambia el amor de su vida (por otro amor o por otra vida), Editorial Planeta, como terapia para sanar su corazón y ahora es uno de los títulos más vendidos en Colombia, que ya va camino de la tercera edición. Se convirtió en una especie de manual para sobrevivir al mal de amor. Andrade, que estudió literatura, pero se ha dejado tentar por el periodismo, encontró su lenguaje en la relación entre dibujos y letras. Su texto, hecho a mano por ella misma, incluye playlists para el despecho, recetas de cocina para mejorar el ánimo y hasta pruebas para saber si se va por buen camino en la meta de superar ese amor que no pudo ser. No es un libro convencional.
“La idea de la literatura como juego, la relación entre lo que algunos llaman ‘alta cultura’ y cultura popular, el humor o la manera en la que nos relacionamos con los libros como objetos me apasiona. Siempre quise hacer un libro que hablara de una nueva manera de leer donde el lector es también escritor y protagonista”, dice. No niega que la red social Instagram (donde más de 17.000 personas la siguen) le sirvió para medir si funcionaría en el papel lo que daba vueltas en su cabeza. “Me gustan las nuevas maneras de aproximarse a la lectura que ofrecen las redes sociales. En mi caso me gusta saber que puedo ponerle una cara y construir una imagen de la vida de mis lectores”.
Andrade es uno de los nombres jóvenes de la literatura colombiana y su propuesta parece desafiar la forma tradicional de contar historias
Un desafío a la tradición
Andrade es uno de los nombres jóvenes de la literatura colombiana y su propuesta parece desafiar la forma tradicional de contar historias. Cada página de su libro revela no solo su intimidad como una mujer que se ha enamorado de otra y a la que le han partido el corazón, sino que además, a través de lo que puede parecer un juego de palabras, música y dibujos, termina haciendo que quien lo lee se ría de su propia tragedia sentimental.
“Es bonito que el amor o el desamor sean un punto de encuentro entre personas que pueden ser completamente diferentes. No he conocido a una sola persona que no sienta empatía por otra cuando dice: tengo el corazón roto. La mayoría hemos estado ahí, sabemos lo que se siente, somos iguales en ese dolor o en esa alegría”, dice la escritora caleña, que todavía no cree que una idea que surgió en medio de dibujos, para algunos mal hechos, ahora esté como uno de los libros más vendidos del país. “Es una sensación muy extraña. Algo parecido a tratar de entender la muerte, una cosa que uno sabe que existe pero que no logra comprender bien. Cuando me llaman y me dan noticias buenas sobre el libro [como que es el más vendido en Colombia] me muero de la felicidad, pero en el fondo es algo que no logro descifrar”, afirma.
En su libro explora las etapas del duelo. El llanto, la autodestrucción, la rabia, la depresión, la aceptación y la reinvención. Andrade se ríe cuando le preguntan si su texto se puede catalogar como de autoayuda. “¿Y qué libro no es de autoayuda? Todos los libros —hablo de literatura universal y también de cómics o novela gráfica— son de autoayuda en el sentido en que un buen libro tiene el poder de cambiarte la vida. Ese es el poder de la literatura”.
Y tampoco se considera una escritora de temas del corazón. “Nunca me he sentido bien con las etiquetas. Creo que no encajo bien en ellas. Un ejemplo claro es el libro. No es un libro de literatura pero tiene narrativa, tiene una historia de ficción en su corazón. No es un libro de actividades pero se puede intervenir. No es una novela gráfica, ni un cómic, ni un cuento ilustrado pero está repleto de dibujos. No es un libro de autoayuda pero da consejos. El libro es lo que es. Lo mismo me pasa a mí”.
Para el desamor no solo buena comida, música o refugiarse en las series de televisión funcionan, según Andrade. Para ella la mejor forma para curarse es no hacer resistencia. “Saber que está bien estar mal”, lo dice de forma práctica, casi de la misma forma que está construido su libro, que demuestra, como ella misma lo dice, “que en el amor y en el desamor nunca estamos solos”.
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