En San Sebastián se habla español
La 63ª edición del certamen, uno de los cuatro 'grandes' europeos, apuesta de forma prioritaria por las nuevas producciones latinoamericanas y españolas
Tras un Gran Premio del Jurado, varios premios en Cannes y el León de Oro en Venecia, el cine latinoamericano cierra su enorme éxito en la temporada festivalera anual en San Sebastián, donde pueden verse todos los títulos que han logrado que este año se hable español en los mejores certámenes de cine. Además, José Luis Rebordinos sigue con su férrea de apuesta de que el Zinemaldia sea el escaparate de las grandes tendencias del cine español, así que este año, en el que no hay grandes estrellas internacionales, los hispanos son los reyes.
HORIZONTES LATINOS. Una de las secciones pequeñas que en esta edición se ha convertido en el pulmón del Zinemaldia. El listado de sus títulos asusta por la cantidad de premios. Allí están, por ejemplo, la colombiana La tierra y la sombra, de César Augusto Acevedo -Cámara de Oro de Cannes, que premia la mejor primera película de ese certamen-; la ganadora del Art Cinema de la Quincena de los Realizadores de Cannes, la también colombiana El abrazo de la serpiente, de Ciro Guerra; la argentina Paulina (La patota), de Santiago Mitre, ganadora de la Semana de la Crítica del certamen francés; la mexicana Chronic, de Michel Franco, premio al mejor guion en Cannes; la venezolana Desde allá, de Lorenzo Vigas, León de Oro hace pocos días en Venecia; la argentina El clan, de Pablo Trapero, premio a la mejor dirección en Venecia y taquillazo en su país; la chilena El botón de nácar, del veterano Patricio Guzmán, que prosigue con su uso de la naturaleza para contar la historia más triste de su país; la guatemalteca Ixcanul, de Jayro Bustamante, Premio Alfred Bauer de la Berlinale; la mexicana 600 millas, de Gabriel Ripstein, Premio Primera Película de la sección Panorama del certamen alemán; la chilena El club, de Pablo Larraín, Gran Premio del Jurado en Berlín… Y no están mencionadas todas.
TRUMAN. Llamada a convertirse una de las películas importantes españolas de este año. Al igual que ocurrió el año pasado con La isla mínima, de Alberto Rodríguez, Truman, de Cesc Gay, comienza su andadura festivalera y comercial en Donostia con el marchamo de largometraje importante del año. El duelo Ricardo Darín –que está pidiendo a gritos un premio Donostia- / Javier Cámara refulge en pantalla con su interpretación de dos amigos que se reencuentran cuando uno de ellos encara el tramo final de su fracasada lucha contra el cáncer. Sutil, elegante, y con un director tan bueno como poco conocido: Cesc Gay.
EMILY WATSON. A falta de estrellas de renombre (como mucho Sienna Miller y Ellen Page), el Premio Donostia será uno de los rostros más conocidos por el público. Como asegura José Luis Rebordinos, el presupuesto de San Sebastián –algo más de siete millones de euros, 200.000 de ellos dedicados a las visitas internacionales- no da mucho más de sí. Y hay años en que se tantea a muchas estrellas, y todas vienen en giras de promoción europeas de sus estrenos, y otros, como en esta edición, que hay sequía. En cualquier caso Watson tiene un puñado de trabajos fascinantes desde que empezó con Lars Von Trier en 1996 en Rompiendo las olas.
HITCHCOCK FRENTE A TRUFFAUT. Uno de los encuentros cinematográficos de los que más se ha hablado en la historia de este arte, y que dio lugar a un libro fascinante, sigue todavía provocando terremotos medio siglo después. El historiador de cine y guionista Kent Jones ha preguntado a los grandes de hoy en día sobre Alfred Hitchcock y esas respuestas de Scorsese, Fincher, Linklater o Gray se mezclan con las famosas conservaciones con uno de los padres de la Nouvelle Vague. Uno de los documentales más potentes del Zinemaldia.
LOS CLÁSICOS ASIÁTICOS. En la sección Perlas, lo mejor del año, retornan el chino Jia Zhang-ke y el japonés Hirokazu Koreeda, dos visitas habituales en San Sebastián. Ambos estarán presentando sus películas. El primero sigue describiendo la cara oculta de la china actual en Mountains may depart; El segundo indaga otra vez en las relaciones familiares con Nuestra hermana pequeña. A ellos se suma el taiwanés Hou Hsiao-hsien con sus películas de artes marciales, un wuxia muy especial, La asesina, premio a la mejor dirección en Cannes. Por cierto, también se proyectará el documental que sobre Jia Zhang-ke ha dirigido el brasileño Walter Salles.
VIEJOS GUERREROS. Fernando Colomo se ha desmelenado en Isla bonita, una divertida película, con aire de cine anecdótico y cómico, protagonizada por él mismo, que encarna a un realizador publicitario que pasa unos días en Menorca para rodar un documental. Otra veterana, la estadounidense Laurie Anderson, vuelve a su cine ensayo con Heart of a dog. Cantante, escritora, artista multimedia… esta es la primera obra de Anderson tras la muerte de su pareja, Lou Reed.
LOS PADRES DE KING KONG. Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack protagonizan la retrospectiva clásica del festival. La mayor parte del público les recuerda como los directores de King Kong, pero los cinéfilos saben que dirigieron muchas más películas: Los últimos días de Pompeya, El poderoso Joe Young, Las cuatro plumas… Ambiciosos en su estética y abiertos a cualquier historia como buenos documentalistas (se puede ver esa faceta en Grass; a nation’s battle for life), este ciclo es la joya oculta del Zinemaldia.
RAPHAEL. El domingo será el día de gloria de un cantante inimitable, Raphael, uno de los actores protagonistas de otra alocada comedia de Álex de la Iglesia, Mi gran noche, sobre la desastrosa grabación de un especial de Nochevieja de una gran cadena de televisión. Cantante y cineasta han nacido tal para cual.
LOS BRITÁNICOS ECLÉCTICOS. Dos de los títulos a concurso proceden de sendos eclécticos realizadores británicos. Ben Wheatley, realizador de las soberbias Turistas y A field in England, presenta una disección sobre sexo y poder en High-rise, con Tom Hiddleston (uno de los actores de moda), Sienna Miller y Jeremy Irons. Por su parte, el veterano Terence Davies adapta en Sunset Song una novela de Lewis Grassic Gibbon ambientada en la Escocia de inicios del siglo XX.
A COMER. Otro ciclo devenido en clásico, el Culinary Zinema. Documentales que hablan de comida, desde los grandes cocineros actuales hasta el día a día de una campesina en el Japón más inhóspito. Desde el viaje anual en búsqueda de nuevas inspiraciones de los hermanos Roca (El Celler de Can Roca) en Cooking up a tribute, hasta una reflexión sobre la filosofía de Mugaritz, el restaurante de Andoni Luis Aduriz, en Campo a través, de Pep Gatell, uno de los directores artísticos de La Fura dels Baus. Entre medias, historias de sake, de ceviche, de brasas…
Babelia
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