Muere Alejandro Romay, ‘El Zar de la Televisión’ argentina
El ejecutivo dio fama al candidato presidencial kirchnerista Scioli
Alejandro Romay, el empresario argentino que durante tres décadas fue considerado El Zar de la Televisión, murió este jueves en Buenos Aires a los 88 años. Allá por los años 80 se ocupó de hacer famoso al hijo de un amigo, Daniel Scioli, entonces un joven corredor de lanchas que ahora, a los 58 años, es el candidato presidencial kirchnerista para las próximas elecciones de agosto. La motonáutica no era ni es un deporte popular que suela aparecer en televisión en Argentina. Scioli fue subcampeón mundial de la clase 6 litros y Romay ordenaba que su Canal 9 Libertad cubriera cada una de sus regatas. El padre del entonces deportista devenido político en los 90 era dueño de una famosa casa de electrodomésticos.
Romay había nacido bajo el nombre de Alejandro Argentino Saúl en 1927 en Tucumán, en el noroeste de Argentina. Allí comenzó su carrera como locutor radial. Al igual que muchos otros judíos que iniciaban carreras en el mundo del espectáculo y los medios de comunicación a mediados del siglo XX, optó por cambiar su apellido para evitar la discriminación y eligió el de Romay, el mismo de un jugador del Independiente al que idolatraba. En Tucumán llegó a dirigir una emisora, pero después optó por conquistar Buenos Aires. En la capital argentina recorrió el mismo camino en la radio: de locutor a director.
En 1963 asumió al frente de Canal 9 y se quedó con su mayoría accionaria. Allí creó grandes éxitos de la televisión argentina, como ‘Almorzando con Mirtha Legrand’, ‘Feliz domingo’, ‘Alta Comedia’, el programa de lucha libre ‘Titanes en el ring’, los culebrones ‘Amor y señor’ o ‘La extraña dama’ y el telediario sensacionalista ‘Nuevediario’. Siempre apostó por una programación popular, muchas veces criticada por poco refinada y hasta chabacana.
Romay fue dueño de Canal 9, emisoras de radio y hasta el teatro Nuevo Alcalá, de Madrid
En 1974, cuando venció la concesión del Canal 9, el Gobierno de Isabel Perón (1974-1976) lo estatalizó. Funcionarios fueron armados a desalojar a Romay de la sede de la emisora. Un año antes uno de los teatros en los que había invertido, El Nacional, fue destruido por una bomba porque allí iba a presentarse el musical ‘Jesucristo Superstar’. Eran tiempos violentos en Argentina y Romay acabó emigrando a Puerto Rico. También fue dueño de los teatros Argentino, de Buenos Aires, y Nuevo Alcalá, de Madrid.
En 1983, la última dictadura militar de Argentina (1976-1983) le adjudicó otra vez Canal 9, aunque terminó recibiéndolo al año siguiente, cuando la democracia ya había regresado al país. La emisora volvió entonces a liderar en audiencia. Romay solía aparecer de vez cuando en la pantalla con un estilo formal pero sonriente. Por ejemplo, para conducir las emisiones de las jornadas electorales. En los 90, tiempos de privatizaciones y apertura economica de Argentina, se hizo con estaciones de radio, una operadora de televisión por cable y el Canal 41 de Miami, dirigido al público hispano.
En 1997, a sus 70 años, Romay optó por vender el canal a la australiana Prime. También era una época de extranjerización y concentración de la economía argentina. El empresario vendió además sus radios y su operadora de televisión por cable. Aquel mismo año, el entonces presidente del país, el peronista neoliberal Carlos Menem (1989-1999), convocó a Scioli para sumarse a la política como candidato a diputado. Menem solía apostar por famosos en lugar de políticos profesionales. Después Scioli acabó adhiriendo al peronismo kirchnerista que gobierna Argentina desde hace 12 años.
Casado con Leonor Rosio, Romay tuvo cuatro hijos: Omar, su sucesor en los negocios que le quedaron, Mirta, Viviana y Diego. Su muerte repercutió con fuerza en todo el mundo del espectáculo de Argentina.
Babelia
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