Los premios Fénix
Se celebraron por fin los premios Fénix del cine iberoamericano, y por fin fue premiada como mejor película la mexicana La jaula de oro, del español Diego Quemada-Díez, que se había ido de vacío en los otros premios similares, los Platino, celebrados el pasado abril. Desde estas páginas se ha venido recomendando repetidamente esta excelente película que habla de la emigración clandestina con rigurosa crudeza aunque también con la ternura que despiertan sus jóvenes protagonistas.
A la hora de los discursos de agradecimiento por los premios recibidos pocos fueron los ganadores que no denunciaran la desaparición hace más de un mes de 43 estudiantes en el estado mexicano de Guerrero tras un ataque de la policía. “Vivos se los llevaron, vivos los queremos” fue el lema general. Maribel Verdú y Daniel Giménez Cacho leyeron en el escenario la relación de todos los desaparecidos, convirtiendo el acto en un grito de protesta.
Hubo notable presencia española, y su cine obtuvo algunos premios. Los de la música (Joan Valent) y la dirección artística (Arturo García y José Arrizabalaga) fueron para Las brujas de Zugarramurdi, y el de largometraje documental para el catalán Sobre la marxa (El inventor de la selva), de Jordi Morató, ya estrenado discretamente en algunas ciudades españolas y aún pendiente de ser presentado en otras. Hay que perseguirlo.
Las dificultades de exhibición son comunes a muchos otros documentales, como el que se estrena hoy, 50 años de vergüenza, altamente recomendable, sobre el escándalo de la talidomida. Y como el de Icíar Bollaín, En tierra extraña, sobre los jóvenes emigrantes de ahora, esos de la “movilidad exterior” según la ministra Fátima Báñez. Existe un cine social de denuncia en todos los formatos que se va abriendo paso con no pocos obstáculos. Sus películas pueden verse en algunos festivales y poco más. Como el que ha dirigido el hijo del fallecido Angelino Fons, autor, entre otras, de La busca, inspirada en la novela de Pío Baroja, película de 1967 que hoy tendría plena actualidad si pudiera verse en algún canal de televisión o fuera editada. Pues bien, su hijo David ha dirigido un modesto corto, Misterio de la Constitución, sobre la tragedia de los desahucios. Este sí puede verse en http://vimeo.com/102351297. El productor de La jaula de oro dijo al recoger el premio Fénix que “tenemos en el cine lo mejor de Iberoamérica para contar lo peor de Iberoamérica”. Y contarlo bien, como es el caso.
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