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CÁMARA OCULTA
Columna
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Un congreso de cine

La situación de “penuria permanente” del actual cine español está agitando la conciencia de todos

En el festival de San Sebastián, que comienza mañana, se va a presentar una iniciativa para que se celebre en 2015 ese ansiado Congreso del cine español que intentaría poner orden y concierto en el desosegado panorama actual. Ya se habló aquí la pasada semana de unas propuestas aisladas que pretendían estimular a los cineastas para que se reunieran a debatir sus problemas. La convocatoria de San Sebastián va más allá, al estar auspiciada por asociaciones profesionales de todos los gremios del sector e instituciones privadas o cuasi privadas, ya que entre ellas figuran escuelas de cine y hasta universidades. Aseguran, y con razón, que hay que tratar de los nuevos tiempos que viven la producción, distribución, exhibición y promoción de las películas españolas, tan agitadas en los últimos años, y no solo por las renovaciones tecnológicas. Hay mucho de qué hablar y más que resolver. En todo caso se trata sólo del principio. La cuestión es dar un paso adelante aunando fuerzas y sin contar con los gobernantes de hoy en día, que no están por la labor de apoyar la cultura del espectáculo, sino más bien de castigarla.

En 1978 se organizó el primer Congreso del cine español, que se calificó de democrático no solo porque en realidad así lo fue, sino porque en aquel entonces la palabra democracia sonaba rompedora y como símbolo de esperanza. Fue convocado por los partidos de la oposición (PSOE, PCE y Alianza Popular), con la natural ausencia del partido de Adolfo Suárez, entonces gobernante. Hubo comisiones, intervenciones de todo tipo y multitud de debates, que acabaron dando pie a un proyecto de ley para el cine español, parte de cuyos enunciados fueron luego recogidos por el PSOE cuando llegó al Gobierno, a través de la llamada “ley Miró”. A pesar de algunas críticas, fue un éxito.

Ahora, es evidente que late la sombra de aquel Congreso al intentar convocar otro nuevo. Pero sobre todo es la situación de “penuria permanente”, como algunos califican la del actual cine español, la que está agitando por fin la conciencia de todos. La primera cita será, pues, en San Sebastián. Luego, ya iremos viendo.

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