‘En sus sueños siempre la envolvía el mar’, de David Palacín
Cuando este autor descubrió la isla de Gorée, sintió "la necesidad" de retratar a sus gentes
Esta mujer es la hija del imam de la pequeña isla de Gorée que, con unos 1.200 habitantes y a solo cuatro kilómetros de la costa de Senegal, es conocida por haber sido durante siglos punto estratégico en el mercado de los esclavos enviados a Estados Unidos. El fotógrafo David Palacín descubrió este lugar y sus gentes gracias a su participación en la Bienal de Arte contemporáneo de Dakar de 2010. Desde entonces tuvo claro que debía regresar a ese sitio. Lo hizo en mayo del año siguiente para retratar "con una gran belleza", como dice el músico senegalés, Youssou N’Dour, a los descendientes de aquellos esclavos, personas muy humildes dedicadas sobre todo al turismo y la pesca. Palacín, que se considera burgalés aunque nació en León en 1975, enfiló el camino de la fotografía con solo 11 años, cuando murió su padre en un accidente de tráfico y heredó una Minolta réflex que le enseñó a manejar un amigo de su progenitor.
Palacín no llegó a acabar sus estudios de Imagen, por lo que su formación es "casi autodidacta". "Yo era el que siempre hacía las fotos en las acampadas con los amigos", bromea. Hasta que le llegó su primer encargo importante: acompañar en una furgoneta a un grupo heavy en sus bolos por Andalucía. En aquel viaje se enamoró del sur de España, así que más adelante decidió instalarse en el barrio sevillano de Triana. "La fotografía es una necesidad para mí, a veces hago otros trabajos, en publicidad, para ganar un dinero, pero no se te meten en las entrañas". Él sintió esa necesidad de fotografiar cuando se embarcó en la serie Gorée el retorno —a la que pertenece esta imagen—, incluida en la programación de PhotoEspaña 2014, en la galería Rafael Pérez Hernando de Madrid.
Fotógrafo con predilección por los retratos, porque le "interesan las personas, y que sean de verdad, no que estén posando", destaca Palacín, que en ocasiones ha descartado a algunos de sus retratados "porque no eran naturales". Para las imágenes de Gorée el retorno eligió como fondo una tela marrón. "Son imágenes de una textura rugosa, con las que he querido transmitir la sensación de que son historias de seres humanos dejados en el olvido". La joven de esta foto titulada En sus sueños siempre la envolvía el mar "llegó como en una aparición". "Había hecho antes otro retrato y preparaba la cámara cuando me giré y ahí estaba ella, casi perfectamente colocada, como si ya supiera dónde ponerse. Solo tuve que disparar cuatro veces".
Babelia
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