Cultura impulsa el gran centro de la memoria del siglo XX español
Los archivos históricos del PCE y del Movimiento Nacional se depositarán en Salamanca
El Centro Documental de la Memoria Histórica (CDMH), creado en Salamanca bajo la batuta del anterior Gobierno socialista, saldrá reforzado con el impulso del actual Gobierno del PP. Una singular isla de coherencia política en el océano de bandazos que unos y otros propinan cuando se sustituyen en el poder.
Ante el patronato del CDMH, José María Lassalle, secretario de Estado de Cultura, anunció ayer el refuerzo del centro para convertirlo en un un espacio de referencia histórica para investigar la evolución política y social en España desde la Segunda República hasta la Transición con nuevas inversiones en espacios y la llegada de archivos de gran trascendencia histórica. Entre ellos figuran el del PCE, cedido en comodato al centro y que actualmente se encuentra en la Universidad Complutense, así como los fondos del Movimiento Nacional y del Sindicato Vertical, que se custodian en el Archivo Histórico Nacional, o los archivos de políticos de la Transición como Antonio Fontán o Joaquín Garrigues Walker. “Tratamos de ver un periodo histórico que es una unidad en sí, desde la República a la democracia, y ayudar a reflexionar sobre lo que pasó”, señaló Jesús Prieto, director general de Bellas Artes, Bienes Culturales, Archivos y Bibliotecas.
Para reforzar el centro de Salamanca, se retoma un proyecto paralizado en los últimos años por los drásticos recortes en los presupuestos culturales, como la construcción de una sede de depósito en Tejares en un solar cedido por el Ayuntamiento de Salamanca en 2010, que permitirá quintuplicar la capacidad de absorción de fondos (se pasará de 6,2 kilómetros lineales a 30) y evitar, como estaba ocurriendo en la actualidad, que algunas colecciones se derivasen a otras instituciones por la saturación del CDMH.
El nuevo depósito también asumirá la custodia de los vestigios franquistas retirados de instituciones públicas para cumplir la Ley de la Memoria Histórica. Una comisión de expertos analizó los símbolos que permanecían en edificios del Estado y decretó en 2011 la retirada de 600. Entre ellos figuran placas en honor de caídos y mártires, saludos falangistas, escudos con yugo y flechas, bustos y estatuas de Franco e incluso cuberterías y vajillas de embajadas con iconos de la dictadura.
La inversión prevista en este edificio es de 7,7 millones de euros. Según Cultura, la redacción del proyecto se realizará el próximo año y la culminación de la obra en 2020. Mucho antes, en septiembre próximo, se abrirá en la plaza de los Bandos otra sede del CDMH tras finalizar la rehabilitación de un edificio que había pertenecido a la Seguridad Social en el que se han invertido 9,5 millones.
Jesús Prieto explicó que este edificio tendrá una triple función: administrativa, expositiva y de consulta para investigadores. La sala dedicada a muestras llevará el nombre de Centelles, en honor del fotógrafo cuyo archivo fue comprado por el Ministerio de Cultura en 2009 por 700.000 euros, en una operación que irritó notablemente a la Generalitat catalana.
Además de los nuevos espacios, el CDMH mantendrá la actividad en los actuales espacios del Colegio de San Ambrosio y un depósito de documentos construido en los noventa, que se ha quedado pequeño con sus 4,5 kilómetros de estanterías. Porque desde la creación del CDMH en 2005, sobre el esqueleto del Archivo de la Guerra Civil, la entrada de fondos ha sido constante. Además del archivo Centelles, la colección fotográfica se ha reforzado con obras singulares como las de Kati Horna, una anarquista húngara que documentó la vida cotidiana en las zonas controladas por los anarquistas durante la Guerra Civil o las de Vicente Nieto, un maestro de la fotografía realista de los cincuenta y sesenta.
Las colecciones de documentos, por su parte, se han ampliado con entregas internacionales (la copia de todos los fondos de la Guerra Civil del Archivo del Comité Internacional de la Cruz Roja, la copia del archivo de Juan Negrín procedente de Francia, las entrevistas de historia oral a los exiliados españoles en México o el archivo de la Federación de Deportados e Internados Políticos) y nacionales, como los archivos personales de Dionisio Ridruejo, el ministro republicano Carlos Esplá, o el falangista Carlos Pinilla. Además, de los fondos de la Causa General y del Tribunal Nacional de Responsabilidades Políticas, así como una copia del archivo de la Fundación Francisco Franco.
Babelia
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