Regreso al tiempo del teatro
Dos celebradas películas españolas, ‘Amantes’, de Vicente Aranda, y ‘El viaje a ninguna parte’, de Fernando Fernán Gómez, suben a escena en el Centro Dramático Nacional
Como en los cantes flamencos de ida y vuelta el teatro toma del cine y el cine del teatro hasta olvidar dónde empieza uno y dónde termina el otro. El Centro Dramático Nacional (CDN) propone para los próximos meses un ejercicio de espacio, tiempo y referencias a través de dos películas míticas, Amates, de Vicente Aranda, y El viaje a ninguna parte,de Fernando Fernán Gómez, cuyas versiones teatrales subirán a escena este viernes y el próximo 14 de febrero, respectivamente.
La historia del crimen de la calle Tetuán se convirtió en 1991 en una de las películas más celebradas del cine español. Un thriller de fuerte carga emocional y erótica interpretado por Victoria Abril, Maribel Verdú y Jorge Sanz que ocurría en un nevado Madrid de los años cincuenta, donde el frío y el hambre, lejos de aplacar el apasionado triángulo amoroso, lo avivaba. El drama entre una mujer madura, otra joven y su novio, preso de una indecisión que acaba en sangre, regresa ahora dirigida y escrita por Álvaro del Amo, autor junto a Carlos Pérez Merinero del guion original.
Del Amo recibió el encargo del propio Aranda, que hasta hace pocos meses iba a codirigir la versión teatral pero que, a sus 87 años, prefirió no someterse a la intensidad de los ensayos. Marta Belaustegui, Natalia Sánchez y Marc Clotet interpretan este “triángulo clásico”, en palabras de Del Amo. “La historia de un hombre entre dos mujeres es de dos catetos y una hipotenusa. Un solo campo de batalla en el que ellas, Luisa y Trini, intentan llevarse a Paco a su terreno”, añade Del Amo, para quien la contaminación entre los lenguajes del cine y el teatro bebe de “muchos tópicos” que hoy ya no responden a la realidad. “Al final es un problema de tiempo, y el tiempo del teatro no tiene nada que ver con el cinematográfico”.
En ese tránsito entre cine y teatro, Amantes vuelve a su esencia dramática hasta desembocar en tragedia. Ocurre en un mismo escenario y un mismo decorado y todo lo que ocurre lo hace entre los tres personajes. Una mujer en una cocina, la otra en una alcoba, y en el centro un banco de madera que representa la calle y la cruz, el lugar de la pasión. “Paco necesita cada día más de las dos, pero no puede elegir porque elegir es perder y él no sabe perder”, dice Marc Clotet sobre su personaje, ese chico que regresa de la mili a una ciudad sumida en la economía del estraperlo y la represión social. “Espero hacer una Luisa a corazón abierto”, afirma Marta Belaustegui, “tendrá mi piel y mi sonrisa, pero también su propia mirada”. “Creo que los espectadores olvidarán la película. Ese es el objetivo”, añade Natalia Sánchez. Para borrar esa memoria quizá sirva la implicación de los tres intérpretes con sus personajes. Una inmersión que les ha llevado a tres meses de intensivo trabajo cuerpo a cuerpo: “Ellos aman al límite, odian al límite y viven al límite. Así que no nos ha quedado otro remedio que ensayar al límite”, asegura Belaustegui.
Y de la crónica de una pasión a la crónica de un mundo que agoniza, el de los turbadores cómicos de la obra maestra de 1986 de Fernando Fernán Gómez. Homenaje de un actor a los suyos. Retrato descarnado del final de una forma de vida: ese viejo teatro ambulante de repertorio que murió a manos de los entonces novedosos cine y radio y que ahora revive de la mano de Ignacio del Moral (autor de la versión teatral) y Carol López (directora). Miguel Rellán, Amparo Fernández, Antonio Gil, Andrés Herrera, Olivia Molina, José Ángel Navarro, Tamar Novas y Camila Viyuela retoman el camino perdido en la piel de aquellos pícaros que cruzan La Mancha luchando contra el hambre, el frío, el aburrimiento y el penoso paso del tiempo.
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