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Éxito de taquilla para una película sobre el Perú más crudo e informal

El filme ‘El evangelio de la carne’ retrata los márgenes de Lima: falsificación, piratería, violencia en el fútbol y, también, fe

Cartel de la película El evangelio de la carne
Cartel de la película El evangelio de la carne

Félix, el personaje que encarna el actor peruano Ismael Contreras en El Evangelio de la carne, parece salido de un viejo microbús, de esas rutas interminables que atraviesan Lima. Un hombre doliente que busca redención, un exchofer de transporte interprovincial que fue a prisión por conducir borracho y causar la muerte de pasajeros. Ahora solo ha conseguido empleo en un taller de falsificación de dólares y aspira a que la hermandad del Señor de los Milagros, la devoción más importante en la capital peruana, lo admita para cargar el anda en la procesión. Es uno de los tres hilos del quinto largometraje del director Eduardo Mendoza de Echave (1974) que obtuvo el Premio del Público en el Festival de Cine de Lima en agosto y llegó a la cartelera comercial el 17 de octubre.

La película, que presenta la falsificación de dólares, las barras bravas de los dos principales clubes de fútbol, el mercado pirata de productos informáticos, el transporte informal, las apuestas, y las dificultades de acceso a la salud para un ciudadano promedio, no podría corresponder más con la realidad de la capital.

En Perú, un 68,8% se dedica a actividades económicas de manera informal, es decir, los trabajadores no tienen, ni en la ley ni en la práctica, acuerdos formales. El subempleo alcanza al 12% de la población. En Lima viven más de 8 millones de habitantes –un tercio del país–, y Perú es el primer país productor de dólares falsos, según los servicios secretos de Estados Unidos.

Las películas peruanas tienen dificultades para permanecer en los cines comerciales debido a los parámetros de las exhibidoras que dan prioridad al cine estadounidense. Sin embargo, El Evangelio de la carne ocupó el sexto puesto en la cartelera comercial durante su primera semana, y el octavo en la segunda. Varios líderes de opinión -incluida la alcaldesa de Lima, Susana Villarán- hicieron un llamado a las exhibidoras a que no la sacaran de cartelera, y así ha entrado a su tercera semana. Mientras el blockbuster Carrie recaudó más de 265.000 dólares del 24 al 27 de octubre, el filme de Mendoza obtuvo más de 35.000.

Las otras dos historias no son menos trágicas: un líder de una barra brava intenta sacar de un reformatorio a su hermano menor, acusado de dejar en coma a un muchacho que se atravesó en una persecución entre miembros de las barras de los equipos de fútbol más populares en el país: Universitario de Deportes y Alianza Lima. Además, un policía de inteligencia –sin seguro médico– atraviesa dificultades para juntar dinero y operar a su esposa de una enfermedad que los médicos tardan en detectar.

El elenco del filme es atractivo para el público masivo de la series y telenovelas y para el que va al teatro en Lima: son los actores más reconocidos. Giovanni Ciccia es el personaje central, el policía apellidado Gamarra; Jimena Lindo, la esposa enferma, ambos surgieron como actores de teatro. Ciccia, al igual que Lucho Cáceres, con un rol secundario de policía, han trabajado en más producciones de televisión de señal abierta. Otros actores de teatro más experimentados, Norma Martínez, Gianfranco Brero, Aristóteles Picho y Víctor Prada, interpretan también papeles secundarios. Sebastián Monteghirfo y Carlos Montalvo se desempeñan convincentemente como los líderes antagonistas de una de las barras bravas, atrapados en la escasez, la violencia y la necesidad de encontrar reconocimiento entre chicos tan carentes –y sujetos a la incertidumbre– como ellos. Cindy Díaz juega a la Lolita de una galería comercial, y pone al policía Gamarra en complicaciones. Emanuel Soriano (de Mi amor el wachiman) y Ebelyn Ortiz completan el elenco.

Una de las escenas iniciales del filme se asemeja a las producciones brasileñas que muestran persecuciones en favelas. Lima, pese a estar al nivel del mar, tiene miles de habitantes que viven en cerros polvorientos; se trata de una vista inusual en las películas filmadas en esta ciudad.

El Evangelio de la carne transmite la puja por salir adelante en una proporción importante de ciudadanos de Lima, que solo han encontrado un lugar en el mundo de la informalidad, o en el borde de lo ilegal. En este contexto, no sobran el fervor y la fe para afrontar las adversidades, visibles en este caso en la masiva devoción del Cristo Moreno, el Señor de los Milagros. Se trata de un filme que acumula un sinnúmero de adversidades, tan comunes para las mayorías en Perú.

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