Francia amaga con bloquear las negociaciones de los GATT si no se excluye el sector audiovisual
El primer ministro galo, Jean-Marc Ayrault, y su ministra de Cultura, Aurélie Filippetti, aseguran que vetarían el proceso si se sigue ese camino
Francia ha amenazado con bloquear el inicio de las negociaciones comerciales entre Unión Europea y Estados Unidos si no se atiende a su reivindicación de dejar fuera de la discusión al sector audiovisual, para el que reclama mantener la "excepción cultural" con la que proteger el cine europeo de la potencia de Hollywood y de gigantes como Google que controlan su difusión en Internet.
A solo dos días de que los ministros de Comercio de la Unión Europea se den cita en Luxemburgo para pactar la posición negociadora frente a Estados Unidos, una "mayoría" de países estarían dispuestos a aceptar un mandato que incluye el área audiovisual, pero fija "líneas rojas" con las que se garantiza que "la excepción cultural no está en entredicho", según distintas fuentes europeas.
Las quejas de Francia son una "preocupación compartida" por otras delegaciones, según explican desde la presidencia irlandesa de la UE
Sin embargo, la propuesta de compromiso no convence ni a Francia ni a la industria, que en las últimas horas han elevado la presión sobre la Comisión Europea, responsable del polémico mandato y de negociar con los americanos en nombre de los 27. Los cineastas europeos se mostraron este martes "decepcionados" por el jefe del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durão Barroso, de quién dicen que trata de "engañar" al sector y a la opinión pública.
También el primer ministro galo, Jean-Marc Ayrault, y su ministra de Cultura, Aurélie Filippetti, han hecho declaraciones este miércoles afirmando que Francia no dudará en ejercer su derecho de veto si no se atiende a las demandas para proteger el interés cultural europeo. Fuentes diplomáticas galas, sin embargo, se muestran más cautas al afirmar su "interés" por lograr un "consenso", aunque no a costa de la excepción cultural y recalcan que la decisión ha de tomarse "por unanimidad" de los Estados miembros. Los mandatos negociadores no se someten a un voto formal, por lo que la Comisión afirma que no requiere esa unanimidad y que bastaría con un consenso mayoritario, mientras que los servicios jurídicos del Consejo defienden lo contrario y consideran necesaria la unanimidad, en tanto en cuanto afectaría a la identidad cultural europea, protegida por el Tratado de la UE.
Las quejas de Francia son una "preocupación compartida" por otras delegaciones, según explican desde la presidencia irlandesa de la UE, pero es posible "levantar" sus reservas con ajustes al texto en discusión. Hasta catorce países firmaron el mes pasado una carta llamando la atención sobre la necesidad de proteger la cultura europea, entre ellos Alemania e Italia, que siguen pidiendo esa protección pero no necesariamente la exclusión del sector.
La Comisión, por su parte, teme provocar una "reacción en cadena" de Washington si excluyen el cine y que decidan sacar del acuerdo otras áreas de interés para la Unión Europea. Además presenta tres salvaguardas con las que da por segura la "excepción cultural": preservar las normas europeas y nacionales actuales, mantener las cuotas y ayudas a la industria y prever un "margen" de maniobra para que la UE pueda adaptarla en el futuro."Lo que lo complica todo es cómo controlar esa excepción en el futuro", explican fuentes europeas, porque deberá adaptarse a un mercado digital en constante evolución y dominado por empresas norteamericanas.
"No se trata de lo que podremos ver en el cine del barrio, sino lo que podremos descargar en nuestro iPad o en nuestro ordenador", recalcan, tras conceder que se en otros acuerdos comerciales que la UE ha negociado con terceros países ha habido "excepciones", pero nunca ante un mercado "tan importante".
Cuando anunciaron el próximo inicio de las negociaciones, Barroso y el presidente norteamericano, Barack Obama, confiaron en poder dar el pistoletazo de salida este mismo junio, algo que no será posible sin un mandato europeo. Por ello no se descarta que el asunto llegue a los líderes europeos en la Cumbre que celebrarán en Bruselas los días 27 y 28 de junio si no hay un acuerdo el viernes.
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