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Verdades, secretos y rumores de la Casa Blanca

El periodista Carlos de Vega narra las aventuras, personajes, anécdotas e historias que rodean el Despacho Oval El autor, que fue corresponsal en Washington, pudo publicar su obra gracias a la plataforma de crowdfunding Libros.com

El periodista Carlos de Vega.
El periodista Carlos de Vega. Ilia Beckmann

“Puede que me equivoque pero creo que Carlos de Vega es un hombre feliz, o tiende a serlo, y elude como sin esfuerzo las trampas del escepticismo y la pesadumbre, dos viejos compañeros del oficio sin cuya compañía un periodista no acostumbra a sentirse miembro del gremio”. Las palabras que Iñaki Gabilondo regala al autor en el prólogo de Se alquila Casa Blanca (Libros.com, 2013) definen el tono desenfadado, alegre y apasionado que corre por las páginas de esta obra en la que Carlos de Vega, ex corresponsal de Cuatro y CNN+ en Estados Unidos hasta 2011, cuenta sus andanzas en Washington, desde los últimos años del Gobierno de George W. Bush hasta el ascenso de Barak Obama.

“Solo soy un periodista que busca contar historias y que casualmente suele encontrarlas en lugares lejanos”, cuenta el autor en conversación telefónica desde su actual residencia de Berlín, donde trabaja de corresponsal para distintos medios. Su libro narra historias y anécdotas con las que el periodista pretende trasladar al lector a la Casa Blanca y “que sienta la misma fascinación que yo tuve la primera vez que me planté allí”.

Trazos de la Casa Blanca

Sobre Clinton

“Nunca he dudado de las dotes de Bill Clinton como líder político, ni de su habilidad para hipnotizar a los enemigos hasta lograr su apoyo. Mucho más interesante me ha parecido siempre su lado doméstico, el del tipo que se hinchaba a comer hamburguesas y al que le encantaba sacarse la pilila en el despacho Oval para que las becarias jugasen con ella. Se lo pasaba en grande y lo llevaba todo con una naturalidad asombrosa, propia de alguien que sabe que siempre va a caer de pie”.

Sobre la población negra

“De los seiscientos cincuenta mil habitantes de Washington más de la mitad son negros (…). La ciudad real es de ellos. También es el territorio más mediterráneo. Los negros comparten con nosotros una naturalidad frente a la vida que les permite hacer cosas prohibidas para el resto de los americanos, como dar un cachete a un niño, montar fiestas en la calle, mear en un árbol, vibrar con la música, hacer pausas eternas en el trabajo o hablar a gritos”.

Sobre el ambiente en las calles

“Una de las claves para disfrutar Washington es acostumbrarse a ver a Donald Rumsfeld en una librería, cruzarse con John Kerry en la calle o entrar en un restaurante en el que está cenando Obama con su mujer”.

Sobre Edgar Hoover

"El sheriff compartía valores con los bandoleros que le podían ayudar. Hoover viajaba con frecuencia a Manhattan para reunirse con Frank Costello, uno de los capos de la mafia. El contenido de esas reuniones nunca se hizo público".

Sobre las ciudades

“Uno puede viajar durante meses por Estados Unidos sin tener la sensación de cambiar de sitio. Hay muy pocas ciudades en el país con personalidad propia, el resto son réplicas unas de otras”.

En Se alquila Casa Blanca el lector encontrará un texto fluido y desenfadado que permite entrever los detalles del ambiente del despacho oval, conocer la personalidad vivaracha de Bill Clinton, revivir el ambiente de las calles el día que Obama ganó las elecciones  en 2008 y profundizar en algunos de los personajes más determinantes de la historia de los Estados Unidos, como el todopoderoso jefe del FBI J. Edgar Hoover. Esta combinación de periodismo, anécdotas, documentación y reflexión recuerda a las elogiadas crónicas de Enric González, Historias de Nueva York (RBA 2006), en las que el veterano periodista narra sus vivencias como corresponsal en la Gran Manzana. “La comparación es injusta para él”, opina De Vega, “Enric son palabras mayores. Para mí es un maestro de contar historias y tiene un talento inmenso. Pero reconozco que varias personas me han dicho que el estilo de mi libro les recuerda a Historias de Nueva York”.

El proyecto surgió cuando Roberto Pérez, uno de los fundadores de la plataforma de crowdfunding Libros.com, propuso al periodista trasladar las historias de su blog homónimo al papel. “El mecenazgo colectivo fue lo más apasionante del proyecto”, cuenta De Vega, “pedimos 200 apoyos y logramos 231. Me gustó comprobar que a la gente le interesaba mi proyecto pero también me hizo sentir mucha responsabilidad al respecto. Creo que los mecenas son coautores de este libro”.

Carlos De Vega estudió en la Escuela de Periodismo de EL PAÍS-UAM en 1997 y desde entonces ha optado por trabajar fuera de las redacciones: “Puntuemos como magnífico que su trabajo se desarrolla lejos de los jefes, lo cual le ahorra un montón de sinsabores y le otorga un simulacro de libertad de maniobra”, afirma Gabilondo en el prólogo. “Iñaki tiene toda la razón”, añade De Vega al respecto, “aunque trabajar con él fue un privilegio, siempre me he sentido más cómodo lejos de la presión de los jefes y más aún en un país como Estados Unidos donde todo interesa y es muy fácil vender los temas”. De Vega se muestra esperanzado ante el futuro del periodismo: “Creo que, pese a todo, es un buen momento en cuanto a las oportunidades que se van abriendo camino vía Internet. Empieza a vislumbrarse una luz”.

Aunque su libro ha sido concebido en Berlín, el autor se declara un apasionado de la cultura estadounidense “tan peliculera y espectacular”. Se muestra optimista –una vez más- con respecto al devenir político de la gran potencia: “Obama ha modernizado la idea que se tiene de Estados Unidos, ha moderado la imagen de ogro imbatible y ha conseguido, pese a todo, un mundo multipolar. Quedará en la historia como el mito que ya es para tantos estadounidenses”, asegura convencido. “El futuro político de Estados Unidos hablará español”, añade, “y quien mejor hable español más convencerá”.

El mecenazgo 'online'

Actualmente, según la web Crowdfunding.org, hay más de 450 plataformas de micromezenazgo. En 1997 la web británica Marilion fue una de las primeras en poner en práctica la financiación en masa. Lograron financiar giras musicales por Estados Unidos con costos de 60.000 dólares. En España, ocho años antes, el grupo de rock Extremoduro puso en práctica una estrategia similar, pero mucho más rudimentaria. Vendieron bonos de 1.000 pesetas para poder pagar la grabación de su primer disco, Rock Transgresivo. La banda extremeña consiguió 250.000 pesetas y se trasladó a Madrid para comenzar su carrera.

El auge de las redes sociales impulsó varias campañas de donaciones por internet a partir de la experiencia de la película francesa Demain la Veille (2004), que en tan solo tres semanas consiguió 60.000 euros de financiación. Y en 2009, la creación de la web estadounidense Kickstarter comenzó una senda que la ha llevado actualmente a convertirse en la mayor plataforma de micromezenazgo. Ante la debacle del sector cultural, las españolas Verkami y Lanzanos, adaptaron un año más tarde el modelo estadounidense para buscar alternativas ante la crisis. Según la web Verkami, líder de crowdfunding en España, el 73% de las campañas finalizan con éxito, pero el 96% de estos son pequeños proyectos que no superan los 10.000 euros.

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