Una mesa con ‘tecnoemociones’
Chefs como Paco Roncero y los hermanos Roca experimentan con la cocina del futuro
Si el año pasado brotaban bajo el plato aceitunas o briznas de hierba, resbalaba aceite o la mojaban gotas de lluvia, ahora se inunda de arena de playa, nadan peces o saltan liebres… Hisia es una mesa inteligente, una pantalla con sensores y efectos especiales, el lienzo sobre el que Paco Roncero (Madrid, 1969) da rienda suelta a la creatividad de su taller culinario. El chef de la Terraza del Casino ha intensificado el menú de tecnobocados en su “taller sensorial” (escondido en un edificio madrileño del siglo XIX) y cuenta para ello con Pep Torres, autodefinido como “hombre renacentista”, creador de uno de los mejores inventos de 2009 según Time (una máquina de vending accionada a pedales) y fundador del Museo de los Inventos de Barcelona.
“Hay que romper el miedo que produce la creatividad”, anima Roncero, que ha mimado la experiencia gastronómica. “Los platos están por encima de la tecnología”, advierte sobre su taller experimental. Unos platos que también presenta esta temporada en el restaurante del Casino de Madrid. “Clientes que probaron las mismas cosas aquí y luego en una de las cenas del taller decían que no eran los mismos, y sí lo eran, pero la atmósfera les hacía sentir que eran diferentes”.
Además de catar en diferentes texturas aceite de oliva (ingrediente fetiche de Roncero, que tiene 216 probetas como un tapiz amarillo en el taller), los asistentes prueban un cóctel (agitado como por un pequeño tifón) y platos trampantojo como una paella con granos de aceite en vez de arroz, un chocolate-sangre de liebre o unos ramen cuyos fideos salen de un tubo o un postre pintado con jugo de almendra de colores. Los manteles son virtuales. La cubertería, casi siempre los dedos.
“Esto es un lienzo en blanco”, afirma contemplando los 45 metros de la sorprendente Hisia PepTorres, que ha diseñado un hilo musical para incentivar la trama gustativa. Brian Eno, Henry Mancini, Bacharach, Debussy, Yma Sumac o Nick Lowe (The beast in me acompaña el intenso momento del plato de liebre) están en la ecléctica banda sonora). Luz, movimiento, sonidos, aromas, temperatura ambiental… son acicates de humor (“¿a qué olería un traje espacial?”), placer, reflexión, nostalgia o simple gula. Los cocineros trabajan al lado y los camareros y la sumiller (María José Huertas) son como acomodadores de un teatro. El público interactúa, incluso se fabrica el plato con los ingredientes que Roncero —siempre presente como maestro de ceremonias— propone en cada comida para ocho invitados que son convocados como para un encuentro clandestino. Se trata, además de un campo de investigación del cocinero, de una experiencia exclusiva para clientela de las empresas patrocinadoras, con Guía Repsol al frente. Es una pantalla de ciencia ficción para hacer presente la cocina del futuro.
Y esa misma realidad magnificada busca El Celler de Can Roca con El somni (El sueño), proyecto de Joan, Josep y Jordi Roca con el videocreador Franc Aleu y el ilustrador Peret, que ejecutarán el próximo 6 de mayo en el claustro del Centre d'Arts Santa Mónica de Barcelona: “Es una ópera gastronómica en doce actos para reflexionar cómo desde la emoción también podemos comer”. El somni, nacido como un formato de escenario viajero y exportable, cuenta con un menú para 12 comensales (personalidades mundiales, anuncian los artífices). En esta experiencia audiovisual, la mesa también será una pantalla, rodeada de músicos robots. Cada propuesta comestible armonizará con un vino, una imagen, un sonido, un recipiente... Es un festín multidisciplinar en artes (música, poesía, vídeo, pintura…) que se fusionan con la cocina.
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