Los dineros públicos del cine, en el aire
El anuncio de nuevos cambios en el sistema de ayudas y otro tijeretazo previsto al Fondo de Protección de la Cinematografía aumentan la zozobra del sector
Siguen cayendo como una gota malaya, una detrás de otra, sin prisa pero sin ningún género de pausa, las noticias inquietantes sobre el mundo de la cultura y sus dineros, sus imparablemente decrecientes dineros. En esta ocasión, la inquietud ha llamado —una vez más— a la puerta de la industria del cine. Lo ha hecho en San Sebastián, quizá el lugar más emblemático para que las noticias del mundo del cine, las buenas y las malas, encuentren su eco. Y la de ayer lo ha encontrado, vaya que sí.
Cuando todavía no se ha terminado de asimilar la brutal subida del IVA cultural (de un 8% a un 21% desde el pasado día 1), los actuales responsables del Gobierno en esta materia estudian la posibilidad de modificar el sistema de ayudas al cine. Se trataría, en un principio, de eliminar las subvenciones a la amortización, es decir, aquellas que surgen de lo recaudado en taquilla, y apostar por ayudas de carácter automático que se cobrarían a priori, o sea, antes del rodaje de las películas. El anuncio, hecho por la directora general del Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales (ICAA), Susana de la Sierra, hizo cundir ayer en el sector del cine una sensación de incredulidad y también de agobio ante la posibilidad de un cambio radical de modelo. ¿De dónde va a salir el dinero? ¿Va a haber suficiente presupuesto el año que viene para pagar las deudas contraídas con las películas estrenadas en 2011 y además ayudar a priori a los proyectos que se presenten?
Todo apunta a que la respuesta es negativa, teniendo en cuenta que, según algunas fuentes consultadas por este diario, la dotación del Fondo Nacional de la Cinematografía, del que salen todas las ayudas a la producción, va a sufrir un descenso de alrededor de un 20% en los presupuestos de 2013 con respecto a este año, en el que ya sufrió otro recorte severo.
El primer borrador del presupuesto del Ministerio de Cultura, procedente del departamento de Hacienda que dirige Cristóbal Montoro, ya está en su sede central en la madrileña Plaza del Rey. Hay que recordar que de 76 millones en 2011, el Fondo pasó a 49 en 2012, lo que supuso un descenso de un 35%. Esos 49 millones se están dedicando a dar las ayudas a las películas estrenadas en el segundo semestre de 2010. Según la Memoria Económica que acompañaba a la Ley del Cine aprobada en el Congreso de los Diputados, ese Fondo debería disponer en 2013 de 100 millones de euros.
En un comunicado de la Secretaría de Estado de Cultura, en el que se daba cuenta de la reunión mantenida en San Sebastián por la directora general del ICAA con autoridades del cine europeo e iberoamericano, se aseguraba que, teniendo en cuenta los problemas que presentan ahora las ayudas a la amortización, dado el contexto económico actual y el hecho de que su cuantificación resulta “imposible de realizar a priori”, se estaba estudiando la posibilidad de configurar un sistema de ayudas automático que doten de liquidez a la producción a priori y no a posteriori.
Las dudas surgen cuando se teme que con el presupuesto previsto para 2013 difícilmente se podrán pagar las deudas contraídas por Cultura con las películas estrenadas en 2011 (las ayudas automáticas se pagan en un plazo de dos años con respecto al estreno de los filmes). Si no va a haber casi dinero para el pago de la deuda, ¿cómo se lanza ahora la idea de que las ayudas se van a dar a priori?, se preguntan en el mundo de la producción.
En San Sebastián, donde estos días la industria se concentra en torno al Festival, Fernando Bovaira, coproductor de la película de Sergio Castellito Volver a nacer, con Penélope Cruz, aseguraba que no se puede abrir un debate antes de pagar las deudas contraídas. “No ha habido una indicación clara sobre el cambio de modelo ni ninguna interlocución con el sector”, añadió Bovaira, mientras el presidente de los productores, Pedro Pérez, se remitió a la comparecencia que ofrecerá aquí mañana. Jaime Rosales, director de Sueño y silencio, aseguró: “El problema de este país es que no hay administración, sino políticos, y todos los cambios son siempre a peor; para esto, mejor no tocar nada”.
Susana de la Sierra, en declaraciones a este periódico, aseguró ayer que lo único que se ha anunciado es el estudio de una línea de trabajo en común con el sector para juntos superar el difícil contexto económico y que llegue dinero a la industria cinematográfica. “Toda nuestra política está dirigida a buscar los mecanismos para conseguir dinero para el sector”, explicó, “las ayudas públicas son imprescindibles, lo que está claro es que sin ellas el cine europeo y la diversidad desaparecerían y el panorama que se nos presentaría sería el de una homogeneidad narrativa impuesta por Estados Unidos. Pero no podemos olvidar el contexto económico complicado en el que nos encontramos”.
Ante la avalancha de reacciones ante su anuncio, Susana de la Sierra insistió en tranquilizar al sector, asegurando que “de ninguna manera es algo que se vaya a implantar de inmediato, y en todo caso será consensuado con la industria”. La directora del ICAA también dijo que todo dependería de los presupuestos de 2013, pero aseguró que la prioridad de esa partida sería pagar las deudas contraídas, o sea, las destinadas a todas aquellas películas estrenadas en 2011. “Debemos de conseguir como sea dar liquidez al sector y una manera de ayudarles sería con las ayudas a priori, para lo que ya estamos en conversaciones con el ICO para ver cómo le podemos dar salida”, añadió De la Sierra. Sin embargo, los productores aducen que el mecanismo de crédito del ICO ya está a pleno rendimiento.
Para rematar la jugada, el Gobierno sigue sin concretar el porcentaje de desgravación fiscal que anunció para la industria cinematográfica. El 18% vigente que, según la Administración y los productores no termina de funcionar, se ha prorrogado, sin embargo, hasta finales de 2013. Lo que parecía la gran medida salvadora del cine, según el PP, no ha llegado. De la Sierra defendió ayer la prórroga de ese 18% para “dar seguridad al sector” hasta que el nuevo modelo de incentivos se ponga de verdad en marcha.
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