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Cultura insta a que se revise el controvertido 'Diccionario Biográfico'

González-Sinde critica la "escasísima presencia de mujeres" y afirma que la obra "no se ajusta a la realidad".- La publicación, financiada con dinero público, evita calificar a Franco de dictador

La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, confía en que la Real Academia de la Historia revise las entradas de los primeros 25 tomos del Diccionario Biográfico Español que "no se ajustan a la realidad", según ha manifestado este lunes en declaraciones a los medios. Varios historiadores de prestigio, y que no han contribuido a la redacción de esta obra, consideran que la visión que ofrece de algunos personajes históricos es sesgada. Por ejemplo, a Franco, siempre se le cita como "Generalísimo o Jefe de Estado", no se le califica como dictador y se omite su perfil represor. González-Sinde ha afirmado que "hay un campo importante en el que se va a poder mejorar" y cree que la siguiente tanda de 25 tomos y la edición online se modificarán.

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A su juicio, en estos volúmenes destaca la "escasísima presencia de mujeres" (solo un 8% de biografías), por lo espera que se revisen "esos conceptos que no parecen muy contemporáneos", ha indicado. Asimismo, la ministra ha explicado que las academias son "independientes" del Estado, que solo las financia y contribuye económicamente. "Tanto el Real Diccionario de la Academia como este son absolutamente independientes y no tienen ninguna interferencia ni del Estado ni de la Administración en ningún caso", ha recalcado. Esta obra ha recibido 6,4 millones de euros de subvenciones del Gobierno desde 1999.

El diccionario reúne más de 40.000 biografías de personajes de todos los ámbitos y todas las épocas, que han sido realizadas por más de 5.000 especialistas. González-Sinde ha destacado que la Academia, siendo una institución "exigente y rigurosa", hará una "buena revisión", porque si no, "dejará de ser atractivo para los lectores y como herramienta de consulta". "Estas obras enciclopédicas están revisándose continuamente y seguro que habrá posibilidades de mejorarlo, y más cuando la edición más consultada será la edición online", ha añadido.

El Ministerio de Educación, por su parte, apuesta por "mejorar y en su caso rectificar aquellas biografías cuyo contenido no responda a la necesaria objetividad de los trabajos académicos". "Desde el máximo respeto a la libertad académica y a la labor realizada por más de 5.000 investigadores y al rigor y solvencia de los miembros de la Academia, consideramos que los debates, las críticas y en su caso rectificaciones son habituales en la comunidad científica y tanto los académicos como toda la sociedad procederán a los mismos si así se dedujera del estudio cuidado de lo publicado", señalan desde el Ministerio de Educación.

"Quizá los jóvenes no sepan bien qué es una dictadura"

El director de la Academia, Gonzalo Anes, ha asegurado que los responsables de las biografías que contiene el diccionario son los autores de las mismas, y ha afirmado que "es muy difícil conseguir la objetividad absoluta" en los personajes más próximos en el tiempo. "La Academia no actúa de censor ni es responsable del contenido de cada biografía", ha dicho Anes al referirse a la polémica que han suscitado algunas de las afirmaciones que se hacen en las biografías de Francisco Franco, escrita por Luis Suárez, y en la de Manuel Azaña, realizada por Carlos Seco, según revelaba este fin de semana el diario Público. En la biografía sobre Franco se escribe que el general "montó un régimen autoritario pero no totalitario", en tanto que en la de Azaña se sostiene que el Gobierno del socialista Negrín fue "prácticamente dictatorial". Anes le ha restado importancia al término "autoritario" con que Suárez define el régimen franquista y ha asegurado que viene a significar lo mismo que "totalitario". Según el director de la Academia de la Historia, para "la gente joven" que no vivió la época franquista "les dice más el término autoritario que dictatorial, porque quizá no sepan bien lo que es una dictadura". Pero "todo el mundo sabe lo que es una persona autoritaria".

Protestas en el Parlamento

Esquerra Republicana e IU-ICV, que comparten grupo parlamentario en el Congreso, han exigido la retirada del tomo del diccionario al considerar que ofrecen una imagen desvirtuada de la realidad. Al mismo tiempo, exigen explicaciones al Ministerio de Educación y cuestionan las subvenciones otorgadas a la realización de esa enciclopedia. Para Esquerra Republicana, este asunto debe ser explicado en el Congreso por el ministro de Educación, Angel Gabilondo, habida cuenta de las subveniones del Gobierno que ha recibido el proyecto. En una batería de escritos registrados en la Cámara Baja, ERC aboga por promover la rectificación del perfil de Franco al ser "una hagiografía preconstitucional del dictador". El senador Joan Saura también ha pedido la comparecencia del Ministerio de Educación en la Cámara Alta, así como una "rectificación pública" de la Real Academia de la Historia al considerar que el Diccionario Bibliográfico es "una recopilación de ideas del pensamiento fascista español". ICV ha pedido la retirada de los 25 primeros tomos y la paralización del curso editorial de los 25 restantes, recordando que ya ha provocado numerosas críticas por parte de prestigiosos historiadores, "que denuncian una manipulación y tergiversación de la historia".

El exdirigente comunista Santiago Carrillo, del que en el diccionario se dice que "aplicó una política de terror revolucionario y nunca asumió sus responsabilidades", ha declarado en la Cadena SER que "hay que identificar a la Real [Academia de la Historia] con los grupos falangistas y fanáticos que quedan en este país". Carrillo ha descartado presentar una queja formal: "He aprendido que llevar este tipo de críticas a los juzgados solo sirve para engordarlas. A lo mejor algún día escribo sobre ese periodo un libro más amplio de los que ya he escrito, y seguramente habría algunas sorpresas".

Ángeles González-Sinde y el Rey, en la Real Academia de la Historia.
Ángeles González-Sinde y el Rey, en la Real Academia de la Historia.EFE
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