El enigma de la multitudinaria cumbre mundial en Barcelona de la que nadie sabe nada
Una asociación difundió la celebración a comienzos de julio de un evento con 1.300 líderes globales, incluidos ministros, ganadores del Nobel y una princesa, pero que nunca tuvo lugar
Un llamativo comunicado llegó el 10 de julio a los medios de comunicación, con detalles de un acontecimiento histórico. “Más de 1.300 líderes globales, incluyendo ministros de ciencia, secretarios de Estado, premios Nobel, directivos de empresas tecnológicas y farmacéuticas, y embajadores de cerca de 100 países se han reunido en Barcelona para la Cumbre Mundial de la Diplomacia Científica”, aseguraba la nota de prensa, enviada desde una cuenta de correo electrónico de SciTech DiploHub, una pequeña asociación barcelonesa dedicada a la diplomacia científica (establecer vínculos científicos entre países y organismos). El texto celebraba que la mismísima directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Audrey Azoulay, había anunciado en el evento que la ciudad catalana sería la sede de este trascendental congreso anual hasta 2028. La noticia apareció rápidamente en algunos periódicos, como La Razón y El Español. El único problema es que esta multitudinaria cumbre mundial jamás existió.
Un portavoz oficial de la UNESCO muestra su estupefacción desde su cuartel general en París. “Esta cumbre, sencillamente, no tuvo lugar. Por lo tanto, la UNESCO no participó de ninguna manera y nuestra directora general nunca asistió ni hizo ninguna declaración allí”, afirma con sorpresa. “Estamos tratando de entender cómo surgió y se difundió esta información falsa”, añade.
La gran cumbre mundial supuestamente tuvo lugar entre el 5 y el 10 de julio. La nota de prensa incluía declaraciones de Alexis Roig, el director ejecutivo de SciTech DiploHub. “Que Barcelona sea la ciudad donde se debaten las implicaciones sociales, éticas y diplomáticas de la gestión y gobernanza de la ciencia y las nuevas tecnologías sitúa nuestro ecosistema de investigación e innovación en primera línea. No es casualidad que esta semana todo el mundo se refiriera a Barcelona y esta cumbre como el Davos de la ciencia y tecnología”, proclamaba Roig en el comunicado. La nota aseguraba que habían participado “47 academias científicas, más de 50 universidades y 20 empresas líderes en tecnología y ciencias de la vida”.
Pese a sus presuntas dimensiones colosales, ninguna institución consultada por EL PAÍS sabe nada de esa cumbre mundial. Una portavoz de la oficina de la Comisión Europea en Barcelona explica que su institución “no ha participado, ni organizado, ni estaba al tanto” de este supuesto evento, pese a que el logo de la UE aparecía entre los coorganizadores. Al Ministerio de Ciencia tampoco le consta que haya habido un congreso masivo con nobeles y ministros, según confirma un portavoz oficial.
Las explicaciones del director ejecutivo de la asociación SciTech DiploHub son confusas. Preguntado por teléfono, Alexis Roig aseguró el 23 de julio a este periódico que la nota de prensa era falsa y que alguien la envió desde un correo electrónico oficial, quizá por venganza. “Nosotros pensamos que es alguien que ha trabajado con nosotros y es una vendetta, pero eso es muy fácil de decir. ¿Quién fue? ¿Cómo? ¿Por qué?”, afirmó.
El propio Roig, sin embargo, envió el 14 de junio invitaciones firmadas por él mismo a multitud de embajadores y figuras relevantes de la ciencia española, para asistir a la denominada “Sesión Plenaria de Clausura de Alto Nivel de la Cumbre Mundial de Diplomacia Científica”, que se celebraría el 5 de julio por la mañana en el auditorio de Barcelona Activa, la agencia de desarrollo económico del Ayuntamiento de Barcelona. En aquellas invitaciones, Roig ya anunciaba que ese futuro evento acogería “a más de 1,300 líderes mundiales”, incluyendo “reconocidos investigadores y científicos, líderes empresariales de las industrias tecnológicas y de las ciencias de la vida, ganadores del Premio Nobel, representantes políticos, ministros y secretarios de Estado de más de 90 países diferentes”.
Preguntado por esa contradicción —asegurar que la nota de prensa posterior a la cumbre es falsa cuando la invitación de un mes antes ya ofrecía datos similares—, Roig sostuvo entonces que el congreso multitudinario sí tuvo lugar. “Los 1.300 participantes no eran presenciales, en persona habría unos 400″, aseguró. Según su versión, asistieron dos ganadores del Nobel y una ministra, pero no fue capaz de decir sus nombres por teléfono. Roig se comprometió a facilitar sus identidades por escrito el 23 de julio, pero todavía no lo ha hecho, pese a la insistencia de este periódico.
Dos días después de la conversación telefónica con EL PAÍS, el 25 de julio, SciTech DiploHub envió un nuevo comunicado a los medios, en el que pedía “rectificación y enmienda” a los periódicos que habían publicado la información sobre la cumbre mundial. En esa nota de prensa ya no se hablaba de 1.300 líderes mundiales ni de 400, sino de “un centenar de personalidades” con “un amplio seguimiento online”. Tampoco aparecían ya ni la directora general de la UNESCO ni la princesa de Jordania, Sumaya bint Hassan, que sí figuraban como asistentes en la nota del 10 de julio, con declaraciones incluidas.
Esta cumbre, sencillamente, no tuvo lugar. Por lo tanto, la UNESCO no participó de ninguna maneraPortavoz oficial de la UNESCO
Tras la conversación telefónica con Alexis Roig, este periódico le envió 11 preguntas por escrito el 23 de julio, pidiéndole fotografías de la supuesta cumbre mundial, nombres de los líderes mundiales asistentes y detalles sobre su financiación. Después de casi una semana de silencio pese a tres recordatorios, la asociación de Roig se ha limitado a responder este lunes: “Ya se tomaron las medidas hacia las personas que actuaron de manera equivocada o maliciosa, ninguna de las cuales tiene ya vínculo alguno con nuestra entidad”.
Roig afirmó por teléfono que una de las sedes de la cumbre mundial había sido la Universidad Pompeu Fabra. Una portavoz oficial lo niega. “La única actividad relacionada con SciTech DiploHub que ha acogido la Universidad Pompeu Fabra son algunas de las actividades de la Escuela de Verano del Instituto Barcelona de Estudios Internacionales (IBEI), que tuvo lugar del 30 de junio al 5 de julio, con un total de 23 inscritos”, señala la portavoz. “Más allá de este acontecimiento, en la Pompeu Fabra no ha tenido lugar durante el mes de julio ningún otro acto relevante ni ninguna visita de altos cargos”, subraya.
Una de las 23 personas inscritas en ese curso de diplomacia científica —coorganizado por SciTech DiploHub y el IBEI— explica que pagó 1.600 euros para escuchar charlas del propio Alexis Roig y de una quincena de ponentes, entre los que las figuras internacionales más destacadas eran Amna Baloch, embajadora de Pakistán en Bruselas; y Archana Sharma, una física india que trabaja en la Organización Europea para la Investigación Nuclear. No había ministros, ni nobeles, ni princesas. Esas mismas conferenciantes protagonizaron la llamada “Sesión Plenaria de Clausura de Alto Nivel de la Cumbre Mundial de Diplomacia Científica” del 5 de julio, a la que acudieron los alumnos de la escuela de verano y otras decenas de asistentes, en el auditorio de Barcelona Activa. La persona inscrita cuenta que se preguntó: “¿Ha habido una cumbre mundial aquí y no nos hemos enterado?”.
Alexis Roig fundó la asociación SciTech DiploHub en 2018. En sus redes sociales se presenta como “enviado jefe de Ciencia y Tecnología de Barcelona”. Una portavoz oficial del Ayuntamiento de Barcelona, sin embargo, recalca que Roig no es enviado jefe de la ciudad “en ningún caso”. El consistorio concedió una ayuda de 10.500 euros en 2023 al SciTech DiploHub para organizar una “Cumbre Mundial de Diplomacia Científica”, pero posteriormente la subvención se revocó porque la asociación no presentó los justificantes requeridos. “En estos momentos, el Ayuntamiento no tiene ninguna relación con la entidad ni con el promotor del evento”, informa la portavoz.
La misma fuente municipal reconoce que el consistorio sí permitió el uso del auditorio de Barcelona Activa para la llamada “Sesión Plenaria de Clausura de Alto Nivel de la Cumbre Mundial de Diplomacia Científica” del 5 de julio. “Como Ayuntamiento recibimos una petición de cesión de espacio y así lo hicimos, como con muchas otras entidades que celebran actos en la ciudad. Igualmente, se nos pidió la participación en la clausura y participó en ella un directivo [Jaume Baró, director ejecutivo de Empresa y Emprendimiento de Barcelona Activa], no un cargo electo”, añade la portavoz.
Cinco expertos del sector consultados por EL PAÍS cuentan que Alexis Roig tiene fama de exagerar sus resultados de manera hiperbólica. Uno de ellos es Yoran Beldengrün, un consultor suizo residente en Barcelona que está especializado en diplomacia científica en el conflicto palestino-israelí. “SciTech DiploHub no deja de sorprenderme con las iniciativas increíbles que se saca de su chistera mágica, pero esta vez el truco ha sido claramente una ilusión. La pregunta que hay que hacerle al mago no es cómo lo ha hecho, sino por qué lo ha hecho tan mal”, afirma Beldengrün. “Como suizo viviendo en Barcelona, yo sería el primero en dar la bienvenida a un Davos de la ciencia y la tecnología en la ciudad condal, pero antes hay que asegurarse de que existan las condiciones y las necesidades para organizar un evento de ese calibre. El Foro Económico Mundial de Davos emplea a 800 personas, tiene ingresos de más de 400 millones de euros y existe desde hace más de 50 años”, explica.
¿Tienes más información sobre este caso u otros similares? Puedes escribirnos a mansede@elpais.es. Sigue a MATERIA en Facebook, X, Instagram o suscríbete aquí a nuestro boletín.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.