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Eclipse de sol: un rayo de sombra atraviesa América

La interposición de la Luna entre la Tierra y el Sol se convierte en un espectáculo de masas seguido por millones de personas en toda Norteamérica

La Luna oculta el Sol en el eclipse total de este lunes, desde Torreón (Estado mexicano de Coahuila).Foto: MÓNICA GONZÁLEZ | Vídeo: REUTERS
Miguel Jiménez
Little Rock (Arkansas) -

Los eclipses, antes venerados o temidos, se han convertido en la actualidad en un espectáculo de masas. Un espectáculo cósmico en que la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol. Aunque la Luna es 400 veces más pequeña que el Sol, está 400 veces más cerca, así que la superposición de ambos es casi perfecta. Este lunes, el satélite ha tapado los rayos de luz del astro, proyectando una sombra que ha cruzado en diagonal toda Norteamérica, desde Mazatlán (México) hasta Terranova (Canadá). En Little Rock (Arkansas, Estados Unidos), un punto intermedio en la senda del eclipse total, miles de personas se han reunido para ver apagarse y encender al Sol de forma mágica.

Como en tantos lugares a lo largo de la senda del eclipse total, el oscurecimiento ha sido progresivo en el campus de la Universidad de Arkansas en Little Rock. Muy lento al principio, cuando empezaba el fenómeno y los nervios se alteraban. La penumbra se imponía y la temperatura empezaba a bajar mientras se acercaba el eclipse total. De repente, los pájaros han empezado a cantar desconcertados.

A las 13.51, hora local (siete horas más en la España peninsular), la Luna ha tapado por completo el Sol, trayendo consigo un momento de desconcertante oscuridad que ha durado unos tres minutos. Los suspiros de asombro y los gritos de euforia se han apoderado de parte de los miles de personas reunidas en el campus mientras el Sol se apagaba. Luego, en ese momento indescriptible en que el Sol está tapado por completo y solo se ve un anillo de luz alrededor de la Luna, se ha ido imponiendo el silencio ante lo majestuoso del espectáculo celestial.

Después, ha amanecido de nuevo a toda velocidad, para despiste de los animales, especialmente las aves, tan dependientes de la luz solar para ajustar el reloj de sus hábitos. La gente seguía impresionada por lo que acababa de ver.

“Hemos viajado siete horas desde Misisipi, merecía la pena”, decía Jonathan, de 47 años, que ha conducido hasta Little Rock desde Hattiesburg, pues había visto que las previsiones del tiempo eran buenas en Arkansas. Llegó el domingo, ha observado el eclipse con su mujer y sus tres hijos y al acabar vuelve a la carretera. El parte meteorológico era la gran preocupación de los cazadores de eclipses de Estados Unidos este lunes, pues las nubes amenazaban con arruinar el espectáculo en buena parte del país.

Preparativos para seguir el eclipse en el Jack Stephens Center de la Universidad de Arkansas, en Little Rock.
Preparativos para seguir el eclipse en el Jack Stephens Center de la Universidad de Arkansas, en Little Rock.Miguel Jiménez Cabeza

“Es algo increíble, la oscuridad al mediodía”, señalaba Miles Blanton, profesor de Física de la Universidad de Arkansas. “Es tan predecible que casi parece que hacemos que suceda, como si tuviéramos el control. Tan puntual que nos da esa falsa sensación de control”, añadía. “Es alucinante, nunca he visto algo así”, decía Gavin, de Little Rock, en el momento del eclipse total.

Toda Norteamérica ha amanecido pendiente del fenómeno astronómico. En Estados Unidos, los canales de televisión casi no hablaban de otra cosa. En la cadena ABC entrevistaban a la intérprete del himno extraoficial de cualquier eclipse. “Todavía me emociono cuando oigo la canción en la radio”, decía Bonnie Tyler. “Cada vez que llega el eclipse, en todo el mundo ponen Total Eclipse of the Heart y nunca me canso de cantarla”, añadía, mientras se arrancaba con unas notas en directo en el programa Good morning America. Todos los grandes canales iban conectando con los diferentes lugares a lo largo de la senda de totalidad del eclipse, donde se habían preparado actos multitudinarios en parte lúdicos y en parte de divulgación científica.

“Es un gran acontecimiento turístico”, explica Michael Pakko, profesor de Economía de la Universidad de Arkansas en Little Rock. “Así es como va a tener su mayor impacto en la economía. Esperamos a muchos visitantes de fuera del Estado para ver el eclipse y, mientras están aquí, se alojan en hoteles, restaurantes, compran comestibles, cosas así. Mis estimaciones son que 460.000 personas estarían visitando hoy Arkansas. Es un evento solo comparable a una Super Bowl o a una convención de los grandes partidos”, añade.

Impacto económico

Perryman Group calculó los posibles beneficios económicos asociados al eclipse y estimó que es probable que Estados Unidos experimente un aumento del gasto directo de los visitantes de casi 1.600 millones de dólares. “Si se tienen en cuenta los efectos multiplicadores en la economía, el impacto económico previsto se eleva a 6.000 millones de dólares, con un aumento de 3.000 millones en producto bruto y 1.800 millones en ingresos personales para los residentes en Estados Unidos. El gasto total por Estado (incluidos los efectos multiplicadores) oscilará entre los 2,1 millones de dólares de New Hampshire y los 1.400 millones de Texas”, explicó en un informe. Para quienes tendrá un impacto negativo será para los generadores de energía solar. Se pueden dejar de producir hasta 60 Gw. En todo caso, las tormentas y las nubes ya alteran la producción cada día, con lo cual es algo perfectamente gestionable por la red.

Se han organizado actividades de todo tipo a lo largo de la senda del eclipse total, pero también en muchas otras zonas. En Nueva York ha habido multitud de eventos y la gente se ha lanzado a Central Park con sus telescopios o con sus gafas de eclipse, pero también había eventos para seguir el eclipse en lo alto de rascacielos, en barcos o en parques públicos. Los que han podido, han salido de la ciudad hacia lugares de oscurecimiento completo, provocando fuertes atascos tanto a la ida como a la vuelta.

La senda del eclipse total ha tocado tierra en Mazatlán (México), en la costa del Pacífico, a las 11.07 hora local. Tras dejar su sombra en Durango, Torreón y Monclova, ha cruzado a Estados Unidos por el agitado paso fronterizo de Eagle Pass a las 13.27, hora local. En Texas ha cubierto también San Antonio, Austin y Dallas pasado el mediodía. En su camino hacia el norte, ha oscurecido Little Rock (Arkansas) antes de continuar hacia Indianápolis (Indiana), Cleveland (Ohio) y Búfalo (Nueva York). En la frontera con Canadá, la senda de totalidad ha cubierto de lleno las cataratas del Niágara, rozando Toronto y tapando el Sol por completo en parte de Montreal antes de dirigirse al Atlántico Norte por Terranova. Las localidades de Cape Girardeau (Misuri) y Carbondale (Illinois), que ya estuvieron en la senda del eclipse en 2017, han repetido en 2024.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, observa el eclipse en Mazatlan, México.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, observa el eclipse en Mazatlan, México.Mexico Presidency (via REUTERS)

Aproximadamente 44 millones de personas viven a lo largo de la ruta del eclipse total, y otros 200 millones en una franja de unos 300 kilómetros de ancho de oscurecimiento significativo, lo que lleva a calcular que ha sido el eclipse del continente más visto en la historia. En grandes urbes de la costa Este como Nueva York, Washington, Boston y Filadelfia se ha apreciado el fenómeno también, pese a no estar en el trazo de totalidad.

El próximo eclipse solar total en Estados Unidos no será hasta 2033 y se limitará a Alaska. En 2044, la sombra de la Luna oscurecerá el oeste de Canadá, Montana y Dakota del Norte. En 2045, un eclipse solar total atravesará el país desde California hasta Florida. Donde no habrá que esperar tanto es en España. Los dos próximos eclipses solares pasan por la península Ibérica. El del 12 de agosto de 2026 atravesará de lleno la mitad norte de la Península. El del 2 de agosto de 2027 cubrirá la zona más meridional de Andalucía.

En la Universidad de Arkansas, en Little Rock, por megafonía se ha escuchado a todo volumen Total eclipse of the heart en cuanto el Sol ha vuelto a asomar. Algunos se han animado a corearlo.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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