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Las zonas ‘terminator’ de los exoplanetas: nuevas formas de buscar vida extraterrestre

Un estudio propone estudiar candidatos muy diferentes a la Tierra, con una cara ardiente y otra oscura, para identificar un nuevo tipo de regiones que puedan ser habitables

Recreación de la superficie del exoplaneta Trappist-1f, localizado en la constelación de Acuario.
Recreación de la superficie del exoplaneta Trappist-1f, localizado en la constelación de Acuario.NASA/JPL-Caltech/T. Pyle (IPAC)
Victoria Toro

Hace ya mucho tiempo que la búsqueda de vida fuera de la Tierra dejó de ser una ocurrencia pseudocientífica extravagante para convertirse en una aventura científica fascinante. Pero esa aventura avanza muy lentamente. Primero, comenzaron a detectarse planetas extrasolares, de los que ya se han localizado más de cinco mil. Y después hubo que detallar cuáles de ellos tenían posibilidades de albergar vida. Y aquí apareció uno de los mayores escollos. “El problema —asegura Ester Lázaro, investigadora del Centro de Astrobiología—, es que le hemos echado poca imaginación y lo que se ha considerado hasta ahora han sido solo planetas similares a la Tierra”.

Pero un estudio publicado recientemente en la revista The Astrophysical Journal, propone nuevos candidatos, planetas muy diferentes a nuestra Tierra pero que “debemos estudiar, para aumentar nuestras posibilidades de identificar planetas habitables”, según Ana Lobo, de la Universidad de California en Irvine (Estados Unidos) y primera firmante del artículo. Los planetas que ha investigado Lobo son muy peculiares y orbitan alrededor de las llamadas enanas M o enanas rojas. “Estas estrellas son las más comunes y suponen el 70% de todas las de la galaxia”, explica la investigadora principal.

Comparadas con nuestro sol, las enanas M son “estrellas poco masivas, con una masa de entre una décima parte y un 60% de la masa del Sol. Son pequeñas y más frías, pero son muy abundantes, tanto en nuestro vecindario como en el resto de la galaxia”, dice Cristina Rodríguez López, investigadora del Instituto de Astrofísica de Andalucía. La abundancia y las características de estas estrellas que hace que sea más sencillo localizar planetas a su alrededor, ha hecho que se convirtieran en los soles más investigados para la búsqueda de planetas extrasolares capaces de albergar vida. Sin embargo, no es muy frecuente encontrar planetas similares a la Tierra en torno a estas estrellas.

Como son más tenues (es decir, con temperaturas mucho más bajas que nuestro sol), su llamada zona de habitabilidad (en la que se supone que están los planetas cuya temperatura permite la existencia de agua líquida) está mucho más cercana a la estrella que en nuestro sistema solar. Por eso, en una gran parte de esa zona de habitabilidad, la proximidad de la estrella provoca la rotación síncrona de los planetas con su estrella, algo similar a lo que ocurre entre la Tierra y la Luna. Y como pasa con nuestro satélite, el resultado es que esos planetas tienen siempre una cara iluminada y otra en oscuridad.

“Cuando piensas en planetas con una cara ardiente, a más de mil grados, y otra helada, con menos de cien bajo cero, inmediatamente se descartan como posibles para albergar vida”, asegura Esther Lázaro. Y ahonda en ello la astrobióloga: “Lo interesante de esta nueva investigación es que propone una posibilidad que podría hacer posible la existencia de vida en ellos. No demuestra que sea así, pero abre muchas posibilidades para el futuro”.

La clave en la investigación del equipo de Lobo son las llamadas zonas terminator (o terminador, en castellano), como detalla el trabajo: “Igual que el ecuador es una franja entre los hemisferios norte y sur de la Tierra, terminator es la franja que separa el permanente lado diurno y el también permanente lado nocturno en estos planetas”. La nueva investigación ha analizado cómo es esa franja en los planetas que tienen una cantidad limitada de agua, es decir, que no son planetas totalmente cubiertos de océanos que eran los que se consideraban hasta ahora. “Si esos planetas tienen cantidades limitadas de agua la zona terminator puede permanecer a temperaturas moderadas favorables para la habitabilidad”, afirma Lobo.

La investigación abre nuevas posibilidades; le dice al telescopio espacial ‘Webb’: oye, otros mundos también pueden ser interesantes. Una llamada de atención sobre lo que se estaba descartando
Cristina Rodríguez López, investigadora del Instituto de Astrofísica de Andalucía

Este trabajo introduce una variable que puede ser determinante a la hora de programar futuras investigaciones para la búsqueda de vida extraterrestre, como explica la propia Lobo: “Con mucha frecuencia afirmamos la habitabilidad de un determinado exoplaneta como una respuesta de solo sí o no. Pero la Tierra tiene una amplia gama de climas y los planetas extrasolares pueden tener una diversidad todavía mayor. Es posible que los mundos habitables no sean necesariamente habitables en toda su superficie, sino que podrían tener regiones que sí lo sean y otras que no”.

La científica Cristina Rodríguez López, que no ha participado en la investigación, explica así la importancia de este trabajo: “Lo que hace es abrir nuevas posibilidades y, además, lo hace en un momento muy importante porque, a partir de ahora, se va a comenzar a caracterizar los exoplanetas descubiertos, y ese trabajo lo va a hacer el telescopio espacial James Webb. Por eso, grupos de todo el mundo están proponiendo planetas favorables para que el telescopio los observe. Lo que hace el trabajo publicado en The Astrophysical Journal es decir: oye, que estos otros mundos también pueden ser interesantes. Es una llamada de atención sobre lo que se estaba descartando”.

Eso sí, que nadie piense en hombrecillos o mujercillas verdes con antenas, matiza Lázaro: “De haber vida en esas zonas terminator lo más probable es que se trate de vida microscópica porque parece muy difícil que en un espacio limitado, como deben ser esas regiones, pueda desarrollarse vida más compleja. Pero aunque estuviéramos hablando de vida microscópica, sería vida”.

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Sobre la firma

Victoria Toro
Es periodista de ciencia. Ha sido corresponsal científica y jefa de Sociedad de Diario16 y corresponsal en Nueva York de La Voz de Galicia. Es autora de dos libros, las biografías de Severo Ochoa, "De la bioquímica a la biología molecular", y de "Marie Curie". También ha creado y dirigido exposiciones de divulgación científica.

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