Por qué los trombos tras las vacunas de AstraZeneca y de Janssen afectan más a las mujeres
Varios factores pueden explicar por qué la mayoría de casos de coágulos sanguíneos se dan entre mujeres de menos de 60 años
La aparición de coágulos de sangre en el cerebro y otros órganos tras recibir las vacunas de AstraZeneca y de Janssen parece afectar mucho más a mujeres de menos de 60 años. Hoy por hoy los expertos no saben exactamente por qué sucede esto, aunque hay varios factores que podrían explicar parte del fenómeno.
Los seis pacientes con trombos tras recibir la vacuna de Janssen en EE UU son mujeres. Tras conocer estos casos, las autoridades farmacológicas de EE UU han recomendado parar la vacunación con esta inyección . La compañía que fabrica la vacuna —Johnson & Johnson— ha suspendido la distribución en Europa.
Con la vacuna de AstraZeneca, hasta el pasado 4 de marzo la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha detectado 222 casos de trombos entre 35 millones de vacunados, más o menos un caso cada 175.000 inmunizados, una incidencia muy baja. También en este caso la mayoría de las afectadas son mujeres relativamente jóvenes. En España se están estudiando 12 casos entre más de 2,5 millones de vacunados con AstraZeneca, según datos del viernes pasado. A estos hay que sumar el de un hombre de Castilla-La Mancha cuya muerte tras vacunarse está en estudio.
Este tipo de trombosis se caracteriza por un descenso brusco de las plaquetas
Dos equipos médicos de Alemania y Austria acaban de aclarar cómo suceden los trombos en los vacunados con AstraZeneca. En todos los casos se trata de una reacción en la que el sistema inmune se vuelve contra el propio paciente y genera unos anticuerpos que se unen selectivamente a una proteína que hay en la superficie de las plaquetas. Estas células sanguíneas son las responsables de la coagulación de la sangre. Cuando los anticuerpos se unen a esa proteína —conocida como factor plaquetario 4 (FP4)— las plaquetas se activan y empiezan a unirse unas a otras produciendo coágulos de sangre. Nueve de los 11 pacientes analizados en Alemania y Austria eran mujeres. La mayoría presentaba coágulos en vasos sanguíneos del cerebro o del abdomen. Tanto en Alemania como en Austria, los dos primeros casos se dieron en dos trabajadoras sanitarias de 49 y de 37 años, respectivamente.
El tipo de trombosis detectada tras la vacunación se caracteriza no solo por los coágulos, sino también por un descenso brusco de las plaquetas —trombocitopenia—. Es un tipo de trombo muy poco frecuente que ya se había observado en el pasado en algunos pacientes tratados con heparina, un anticoagulante.
Por ahora no se sabe qué causa esta reacción autoinmune tras la vacunación. Se especula con que puede deberse al tipo de vehículo que usan las vacunas de AstraZeneca y Janssen: dos tipos de adenovirus. La primera emplea un adenovirus del chimpancé desactivado y la segunda uno humano también deshabilitado.
Hay al menos otras dos vacunas aprobadas que también usan adenovirus, la rusa Sputnik y la china Cansino. Por ahora no hay avisos de que causen trombosis, pero se trata también de dos inyecciones de países sin transparencia sobre los datos de vacunación. “Hoy por hoy no tenemos acceso a la información sobre efectos adversos de estas dos vacunas”, explica Federico Martinón-Torres jefe de pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela y miembro del comité asesor de vacunas de la OMS.
Todavía no se sabe por qué los trombos afectan más a las mujeres jóvenes, pero hay factores que pueden ayudar a explicarlo. En primer lugar, las mujeres sufren más enfermedades autoinmunes que los hombres y cuanto más jóvenes son, más activos son sus sistemas inmunes y más susceptibles pueden ser a una complicación como esta, explica Rodrigo Rial, portavoz de la Sociedad Española de Cirugía Vascular. Este médico añade otro factor de riesgo que solo afecta a algunas mujeres jóvenes: la píldora anticonceptiva aumenta ligeramente el riesgo de sufrir trombos. El riesgo asociado a la píldora es muchísimo mayor que el de la vacunación. Aproximadamente una de cada 1.000 mujeres que toman el anticonceptivo sufren algún tipo de trombo, mientras el riesgo entre vacunados de sufrir el trombo específico con bajada de plaquetas es de uno entre 175.000, según los últimos datos de la Agencia Europea del Medicamento.
Existe un tratamiento posible que ya se usa para los enfermos que reaccionan mal con la heparina: dejar de administrar este anticoagulante y suministrar gammaglobulinas
En condiciones normales, la trombosis de senos cerebrales, el tipo más común observado en los vacunados con AstraZeneca y de Janssen, es mucho más frecuente en mujeres de unos 30 años, entre las que se registran tres de cada cuatro casos, explica Martinón-Torres.
A estos factores se suma el sesgo de quiénes están recibiendo la vacuna de AstraZeneca, por lo general gente de menos de 60 años, por eso puede que se estén observando más casos entre mujeres.
Uno de los problemas es que no hay ningún marcador conocido que pueda advertir de quién sufrirá este efecto adverso muy raro. Lo que sí existe es un tratamiento posible que ya se usa para los enfermos que reaccionan mal con la heparina: dejar de administrar este anticoagulante y suministrar gammaglobulinas, un tipo de proteína sanguínea.
Todos los expertos consultados coinciden que la aparición muy poco frecuente de estos trombos no debe afectar al proceso de vacunación. Los riesgos de sufrir estas complicaciones son mucho menores que los beneficios de vacunarse.
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