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Ni paz, ni piedad, ni perdón

El Memorial de la Guerra Civil en La Almudena que impulsa Almeida omite parte del dictamen de los expertos, como hizo el de Carmena

El memorial histórico inacabado en el cementerio de la Almudena, el 25  de noviembre.
El memorial histórico inacabado en el cementerio de la Almudena, el 25 de noviembre.VICTOR SAINZ

Tras conocer que el nuevo alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida (PP), ha retirado del Memorial de La Almudena los nombres de los republicanos fusilados por el franquismo entre 1939 y 1944, los siete integrantes del Comisionado de Memoria Histórica que impulsó Manuela Carmena recuerdan que su propuesta de 2018 fue, precisamente, un monumento sin nombres. Solo un código QR, plantearon entonces, remitiría hasta el listado de asesinados. Los expertos también apostaron por homenajear por separado tanto a las víctimas del Madrid republicano en la Guerra Civil (1936-1939) como a las del Madrid franquista en la posguerra (1939-1944, y las únicas recordadas en el proyecto del anterior Gobierno). Esa es la razón que ahora separa a alguno de ellos del proyecto de Martínez Almeida.

¿El motivo? En lugar de dos placas, una por época, el nuevo alcalde propone un único hito —sin nombres— unido por la misma frase: "El pueblo de Madrid a todos los madrileños que del 36 al 44 sufrieron la violencia por razones políticas, ideológicas y religiosas. Paz, piedad y perdón".

"En vista de la desproporción del gasto de la construcción de ese memorial, y de que se había cursado la invitación al escultor elegido dos días antes de la toma de posesión del nuevo alcalde, se decide mantener ese mismo memorial comenzado en la legislatura anterior y no hacer otro, con una única frase escrita en el mismo", explican desde el Ayuntamiento, que cifra la inversión ejecutada por el anterior Ejecutivo en más de 500.000 euros.

Lejos de cerrar heridas, la polémica las vuelve a abrir. Estas son las opiniones de los miembros del comisionado, ya disuelto, y cuyas decisiones no eran vinculantes.

Francisca Sauquillo. “No es lo mismo un muerto en época de guerra que de paz”. “Nosotros juzgábamos hechos objetivos, no podíamos jugar a ser Dios, a decidir si uno había sido bueno y otro había sido malo”, argumenta la presidenta del comisionado sobre la imposibilidad de distinguir entre fusilados por el franquismo, expurgando a aquellos que habían sido chequistas en el Madrid republicano durante la guerra. “Acordamos que lo mejor era poner una placa y un código QR para que los familiares o las personas que quisieran conocer los nombres lo pudieran conocer”, recuerda la abogada y política. “Luego había miembros del comisionado que decían que también hubo violencia y muertos entre el 36 y el 39”, añade. “Acordamos que se hicieran dos murales o placas diferenciando las dos épocas, porque no es lo mismo un muerto en época de guerra que en época de paz”. Y remata: “Lo que quiere hacer ahora el Ayuntamiento es bonito como monumento por la reconciliación y la paz, pero no tiene nada que ver con el cometido que nosotros hicimos, que era velar por el cumplimiento de la ley de memoria histórica. El monumento que ahora quieren hacer es un gasto absurdo”.

Octavio Ruiz Manjón. “Los nombres no contribuyen a la pacificación”. “Lo tuvimos muy claro”, afirma este catedrático de Historia Contemporánea. “Uno de los últimos acuerdos tomado por unanimidad es que recomendábamos un memorial en la Almudena, pero pensábamos que no debería hacerse una referencia expresa a los nombres porque eso no contribuiría a la pacificación de los espíritus”, argumenta. “Se lo expusimos al Ayuntamiento y ellos nos dijeron que respetaban nuestra opinión, pero que no la compartían. Y es verdad que nuestra decisión no era vinculante”, recuerda. E insiste: “Pero pensábamos que poner los nombres no contribuiría a la pacificación, porque además entre esos fusilados había víctimas y victimarios”.

Teresa Arenillas. “Lo que quiere hacer Almeida no está en la línea de nuestra propuesta”. “Nosotros propusimos dos memoriales y que no se pusieran los nombres para no crear conflicto”, recuerda esta arquitecta. Pero advierte: “No creo que lo que quiere hacer Almeida esté en la línea de lo que nosotros propusimos, para nada. El comisionado no dijo que se hiciera un solo memorial desvirtuando la historia. Esa es mi opinión. Es un tema muy importante y desde luego ahora no es el momento”.

Amelia Valcárcel. “Prudencia”. “Sería bueno que se usaran con prudencia nuestras recomendaciones. Nuestro criterio fue que en el memorial no debían figurar nombres, porque en algunos casos podíamos tener serias dudas”, dice la filósofa sobre la posibilidad de que cientos de los fusilados por el franquismo en la posguerra hubieran sido, a su vez, chequistas durante la guerra. Valcárcel razona que el comisionado propuso dos hitos distintos porque sus integrantes valoraron que la sociedad no estaba lista para ver a las víctimas unidas en uno solo, como pretende ahora el Consistorio (“No nos atrevimos a llegar hasta allí”). Y sobre la inscripción que ha propuesto el equipo de Martínez Almeida, analiza: “Es una inscripción que pretende, supongo, incluir el aspecto reconciliatorio”.

José Álvarez Junco. “Si se homenajea a los fusilados por la derecha, hay que homenajear a los fusilados por la izquierda”. “La decisión está en consonancia con lo que dijimos, porque dijimos que no debían figurar esos nombres, porque podían ser chequistas y creíamos que se podía poner una lápida sin los nombres”, resume el historiador y escritor. “Creíamos que había que añadir otro monumento de similar importancia y el mismo tamaño a los fusilados durante la guerra, por la izquierda, digamos: Si se hace un homenaje a los fusilados por la derecha, también hay que hacer un homenaje a los fusilados por los de la izquierda”, sigue. “Ahora hay que poner una cosa equilibrada. Nosotros preferíamos dos lápidas, pero esta solución podría ser”.

Santos Urías Ibáñez. “Mi opinión es la que ha mantenido el comisionado”. “Nuestra opinión es la que ha trasladado Paquita Sauquillo”, dice este licenciado en derecho y sacerdote sobre la presidenta del organismo. “Mi opinión es la que ha mantenido el comisionado”.

Andrés Trapiello. El escritor expresa su opinión en un artículo publicado por EL PAÍS: “Quien ahora ha quitado los nombres no ha hecho otra cosa que lo que el Comisionado de la Memoria aconsejó en su día, insisto, por unanimidad”.

Valiente: "El comisionado era un organismo asesor"

Mauricio Valiente, integrante del Gobierno del Ayuntamiento con Manuela Carmena, explica por qué el Consistorio adoptó una decisión diferente a la que había recomendado el comisionado.

"Incluir los nombres de los fusilados en la posguerra por el franquismo fue una decisión del equipo de gobierno, y del pleno, posterior a oír la opinión del comisionado", explica. "El comisionado era un órgano asesor, no decisorio", razona.

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