Mantequilla de cacahuete: por fin algo que podemos copiar de la dieta estadounidense (aunque ojo a la letra pequeña)
El rey de los aperitivos es una bomba de nutrientes
El cacahuete viene a ser como el hijo adoptivo de los frutos secos: siempre se asocia a ellos, aunque en realidad es una legumbre de la familia de las fabáceas. Su nombre procede del griego, significa subterráneo y hace referencia a su modo de abrirse paso en esta vida. El cacahuete o maní es la semilla comestible del Arachis hypogea, una planta que rara vez supera los 50 centímetros de alto. Da flores amarillas, con vetas rojas. Cuando se marchitan, el tallo comienza a alargarse y crece hacia abajo, introduciéndose en el suelo. De esta forma, las semillas maduran bajo tierra, dentro de una cáscara leñosa que suele albergar dos o tres semillas. Para su recolección, se arranca la planta por completo, se separan las vainas de la mata y se dejan secar hasta que pierdan humedad. Los labriegos utilizan un método ancestral para saber si ya está en su punto: lo agitan y, si canta, ya está listo para procesar.
Esta planta es originaria del trópico sudamericano. Se han encontrado piezas de alfarería con representaciones de cacahuetes en zonas de Perú que datan hace 7.840 años. Los conquistadores españoles lo cataron por primera vez en sus incursiones por el imperio azteca. De ahí pasó a Europa y hoy es un producto que puede encontrarse en todo el mundo.
Su siembra es a finales de primavera, y su recolección a finales de otoño. Puedes encontrarlos con vaina, fácil de pelar, o sueltos. A su vez, las semillas sueltas pueden consumirse crudas (peladas o sin pelar) o peladas y fritas. En algunos puntos de España al cacahuete frito se conoce como panchito. Y cada vez es más normal encontrar crema o mantequilla de cacahuete. Menos frecuente en nuestro país es el aceite de cacahuete, muy usado, en cambio, en las culturas asiáticas como China, Laos, Vietnam y Camboya. Puedes encontrarlo prensado en frío, refinado o tostado. Este último se utiliza para sazonar platos o para aliños y salsas, pero también para freír, ya que aguanta muy bien las altas temperaturas.
Una bomba de nutrientes
Su nombre figura en la lista de honor de alimentos altamente energéticos. Cada 100 gramos de cacahuetes aportan 544 kilocalorías; 25,23 gramos de proteínas, un contenido muy apreciado por quienes siguen una dieta vegana, y 7,91 gramos de carbohidratos.
Pero los cacahuetes aportan, sobre todo, grasas (43,06 gramos). Casi el 50% es monoinsaturada, y el 29%, poliinsaturada, sobre todo de la serie omega 6. Además, contiene 8,1 gramos de fibra. Una composición sumamente nutritiva, por lo que la ración diaria no debe sobrepasar los 20 o 30 gramos. Cuando se toma en mayor cantidad, además de su aporte de energía, puede resultar pesado por el tiempo que necesita para su digestión.
100 gramos de cacahuetes aportan 544 kcal, 25,3 gramos de proteínas y 7,91 gramos de carcohidratos. Contienen sobre todo grasas, pero también son fuente de fibra, fósforo, potasio, magnesio, zing y vitaminas, como la niacina y la vitamina E.
El cacahuete también es fuente de fósforo (430 mg), que participa en el metabolismo, potasio (670 mg), que interviene en el mantenimiento de la tensión arterial en niveles normales, magnesio (210 mg), que ayuda a disminuir el cansancio, y zinc (3,5 mg), que contribuye al normal funcionamiento del sistema inmunológico. Una ración media de cacahuetes equivale al 15 y 12% respectivamente de las ingestas diarias recomendadas de fósforo y magnesio para un adulto. Si sueles sucumbir a la tentación de picotear panchitos (cacahuetes fritos y salados) ten en cuenta que, en ese caso, añades más grasa por la fritura y hasta un 1,1% de sal. Dicho de otra manera: un alimento que solo debes consumir de forma esporádica y en el marco de una dieta variada y saludable. Y, en todo caso, mejor sin sal, grasa o azúcar añadidos.
En el paquete de vitaminas, destaca la niacina (18,3 mg), que interviene en el funcionamiento normal de la piel y el sistema nervioso. Una ración de cacahuetes aporta un 29% de las ingestas recomendadas para una persona adulta. También es interesante su contenido en vitamina E (10,94 mg), con acción antioxidante.
El boom de la mantequilla de cacahuete
Consumir mantequilla de cacahuete era, hasta hace poco, una rareza que veíamos en las películas estadounidenses. Luego comenzó a introducirse entre los deportistas, por su alto valor energético y el aporte de proteínas, sobre todo, en caso de atletas vegetarianos. La gimnasta Simone Biles reconoce que toma un aperitivo de plátano y crema de cacahuetes antes de entrenar. La razón es un chute de potasio que se asocia al funcionamiento normal de los músculos, y por lo tanto, con la reducción del riesgo de calambres musculares.
Desde la Academia Española de Nutrición y Dietética, el doctor Ramón de Cangas, dietista-nutricionista y doctor en Biología Molecular y Funcional no ve un problema en consumirla a diario, siempre que no se te vaya la mano. “La crema de cacahuete sin azúcar añadido es un alimento que sí se puede consumir diariamente. Diferentes estudios sugieren que el consumo de frutos secos (nueces, almendras) y otros alimentos equivalentes (como cacahuetes, por ejemplo) no se relaciona con un incremento del peso corporal”, afirma. Otros estudios sobre los frutos secos refrendan que mejoran la salud cardiovascular y que su ingesta habitual se relaciona inversamente con la mortalidad. Bien es cierto que por su densidad energética deben ser consumidos de forma razonable. Esto también concierne a la crema de cacahuetes. Y por razonable entendemos untar generosamente un par de tostadas o añadir un par de cucharadas a un yogur. Comer crema de cacahuete sin límite no sería recomendable porque dispararía nuestra ingesta energética y podría incrementar (si se hace de forma frecuente) la grasa corporal.
Un pesto original y vegano
Aunque en la cocina española no es muy habitual, en otras culturas culinarias el cacahuete entero, troceado o en crema, es un ingrediente habitual en muchos platos. Buena muestra son las brochetas de pollo Satay con un pequeño bol de salsa de cacahuete para mojar, el arroz salteado con verduras y cacahuetes, hummus de garbanzos con cacahuetes o pasta al pesto con cacahuetes. Prueba alguna de últimas opciones para sumarte a los cada vez más populares lunes sin carne, un movimiento de carácter mundial que propone eliminar los productos de origen animal cada lunes del año y entre cuyos impulsores se encuentra Paul McCartney. En el libro de cocina The Meat Free Monday, escrito con sus hijas Stella y Mary, hay alguna que otra receta con cacahuetes.
Una manera de aprovechar su sabor suavemente dulce es añadirlo a un sándwich de aguacate y bacon. En la repostería estadounidense es habitual encontrarlo en cupcakes, tartas de queso o, simplemente, en una tostada con crema de cacahuetes.
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