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Siete comedias románticas que parecen ñoñas, pero te pueden servir para hablar de sexo con tus hijos

Desde masturbación hasta ETS, no falta de nada

Jacob, el personaje de Ryan Gosling en 'Crazy, Stupid, Love', da para sacar una conversación sobre el comportamiento de los ligones de manual.
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Es sábado por la tarde y tu familia al completo está en el sofá preparada para ver una película en Netflix. Cualquier otro verano esta imagen habría sido digna de una ficción, pero en el estío del coronavirus toca pasar más tiempo recogidos con los nuestros. Una comedia romántica parece la opción perfecta para una tarde distendida y, además, puede servir para iniciar esa charla sobre sexo que aún no te has atrevido a tener con tus hijos. En el cine sobran los títulos para este cometido. Aquí siete ejemplos con los que podrás hablar desde masturbación hasta enfermedades de transmisión sexual.

‘Crazy Stupid Love’, la infidelidad y las formas de ligar

Una pareja con hijos se separa cuando la mujer, Emily (Julianne Moore), se acuesta con un compañero de trabajo. Carl (Steve Carell), el marido despechado, se lanza con poco éxito a ligar a los bares. Hasta que conoce a Jacob (Ryan Gosling), que le da un cursillo acelerado de cómo triunfar con las mujeres y acumular conquistas como quien colecciona sellos. Vayamos por partes. El personaje de Moore “es interesante para poder hablar sobre qué opciones se tienen en una relación que no funciona o que no nos aporta lo que necesitamos. La infidelidad es una de ellas, pero no es la única. También podemos aprovechar para hablar sobre qué significa infidelidad y la representación tan diferente que tiene para cada persona”, aclara la psicóloga y sexóloga Ana Belén Rodríguez del centro SEES Ciudad Real.

El empeño de Carl por ser quien no es también da pie a una conversación. La experta recomienda hacer hincapié en que a la hora de conocer a alguien lo mejor es evitar aparentar: “Hay que insistir a nuestros hijos en que en una relación, sea esporádica o estable, hay que ser tal y como se es. Lo contrario genera unas expectativas que luego se pueden ver frustradas”, afirma. Esto es importante, aclara, porque una de las causas más frecuentes por las que una relación sentimental naufraga es el haber mostrado una apariencia que, con el paso del tiempo y el conocerse, no se corresponde con la realidad.

Por último, el personaje de Gosling es perfecto para “preguntarles qué fórmulas usan ellos cuando les interesa alguien y cómo se comportan con esa persona” y dejar claro que el trato de este ligón de manual a sus conquistas es de todo menos correcto. Entre otras cosas, les hace pasar una especie de examen para demostrar que son interesantes y, por tanto, merecedoras de su atención. Un ejemplo de lo que no se debe hacer con nadie. Para la experta es una buena manera de hablar sobre la importancia del respeto hacia todas las parejas sexuales. Y de ser sinceros a la hora de “comunicar la finalidad de cada relación y lo que queremos obtener de cada una de ellas” para evitar confusiones.

‘Cuando Harry encontró a Sally’ y los orgasmos fingidos

Chico conoce a chica, y sus opiniones tan diferentes sobre la vida les unen y separan a lo largo de los años. Esta película cuenta con una de sus escenas más conocidas de la historia del cine: mientras sus protagonistas están sentados en la mesa de una cafetería teniendo una conversación, Sally (Meg Ryan) finge un espectacular orgasmo para demostrarle a Harry (Billy Crystal) que fingir es muy sencillo y quizás no siempre satisface a sus parejas sexuales tanto como él cree. La potencia y la falta de pudor de Sally provocan más de un esguince de cuello entre los parroquianos, y hacen también que nosotros recordemos el momento más de treinta años después de su estreno.

La primera conversación que viene a la mente está clara: por qué se fingen orgasmos. Aunque sea ella quien haga monte la escena en la cafetería, no es una charla exclusiva para las hijas. Este engaño esconde un problema que no se debe dejar pasar: los motivos por los que alguien finge (los hombres también lo hacen) suelen ser porque no le apetece realizar el acto sexual y han accedido para evitar un conflicto con su pareja, o para acabar cuanto antes porque pueden no estar disfrutando. En definitiva, lo contrario a lo que debería ser una relación sexual. “En la sexualidad todo debe partir del deseo propio, si no pierde su condición de elemento positivo y de disfrute”, dice la experta.

Más allá de la revolución y de la reivindicación del placer femenino, la psicóloga y sexóloga va más allá de lo obvio con el siguiente argumento: “Me parece interesante señalar que experimentar un orgasmo no tiene por qué ser tan ruidoso y que, efectivamente, en la película se exagera para que forme parte de la comedia. Cada persona tiene una forma de expresar sus orgasmos, y aunque todos podamos compartir una base física parecida, cada persona lo vive y experimenta a nivel emocional de muchas maneras”, apunta, incidiendo en que los mejores orgasmos no tienen que ser necesariamente los más sonados. Una vez más, el cine nos muestra una imagen del sexo que no necesariamente es la real.

‘Con derecho a roce’ y el sexo sin compromiso

Jamie (Mila Kunis) es una cazatalentos que entabla una relación de amistad con Dylan (Justin Timberlake), un director de arte al que ha captado para desempeñar un buen trabajo en Nueva York. La afinidad entre ellos surge rápido y un día se plantean tener relaciones sexuales sin implicación sentimental, aprovechando su buena conexión. Para que ninguno de los dos salga dañado, pactan incluso sobre la Biblia que lo suyo será solo sexo.

Ya se lo dice a ambos la madre de Jamie en una de las escenas, que lo que están haciendo —acostarse sin un compromiso sentimental— no es precisamente algo nuevo y que ya se hacía “en los años 70”. Lo que lo diferencia es que, probablemente, en esos años no se hablara de ello con tanta naturalidad como ahora, baza que podemos aprovechar para ser nosotros también naturales y comentarlo con nuestros hijos: “Tener sexo sin compromiso es algo bastante común y divertido, siempre que se juegue con las mismas condiciones y que ninguno de los dos esté más implicado en la relación que el otro”, afirma la sexóloga.

Y hete aquí otra importante cuestión, porque (atención, que viene un poco de spoiler), en la película, como buena comedia romántica que es, ambos acaban perdidamente enamorados. Y eso pese a todas las reglas que se habían impuesto. Así que cabe reflexionar también con nuestros vástagos sobre cómo ven ellos la práctica de sexo sin amor y si creen que es posible que el sexo no derive, a la larga, en una relación afectiva. La experta sexóloga lo tiene claro: “Claro que es posible, no tienes por qué enamorarte de todas las personas con las que mantengas relaciones sexuales”, dice, y agrega que esa concepción viene del tan extendido mito del amor romántico.

‘Pretty Woman’ y problemas como la prostitución y los roles de género

Quizá sea, de la lista que les proponemos, la que mejor recordamos todos: tal fue su éxito y la cantidad de reposiciones que ha tenido. Aun así y por si acaso, refrescamos el argumento: magnate de las finanzas (Richard Gere) contrata a una prostituta (Julia Roberts) para que le acompañe a una reunión de negocios. El pacto inicial pronto da paso a otro tipo de relación, y ambos terminan enamorándose. Al final, él la rescata a ella de su vida en la calle y le procura una existencia de... ¿ensueño?

Lógicamente, la primera temática que Pretty Woman nos da pie para abordar es la prostitución. Sobre esto, la sexóloga es firme: “Es fundamental destacar que la realidad de la prostitución no es la que se plantea en la película. La prostitución es una forma clara de abuso sexual, en la que se ejerce una situación de poder y de superioridad sobre la prostituta”, desarrolla. Y es cierto que esa imagen no se corresponde con la de la cinta.

¿Y sobre los roles de género que plantea? Sabemos que han pasado más de veinte años desde su estreno, pero también por eso resulta interesante analizar la peli con las gafas modernas, y abrir el debate con nuestros hijos para saber cómo lo ven ellos. La experta recomienda hablar sobre feminismo: “Las mujeres no tienen que ser salvadas ni liberadas como si no pudieran hacer nada por ellas mismas para mejorar su situación vital. La actitud pasiva de Vivian Ward (Julia Roberts) y en manos de la voluntad masculina es claramente un rol de género muy extendido”.

‘Bridget Jones Baby’ y por qué es un error no usar anticonceptivos

En la tercera película de la saga, Bridget (Renée Zellweger) vuelve a estar soltera. Su matrimonio con Mark Darcy (Collin Firth) no fue a parar a buen puerto y sus amigos quieren que vuelva al mercado. En un festival conoce a Jack (Patrick Dempsey), con quien tiene una relación sexual de riesgo, según las palabras del personaje que afirma “no haberse vestido para la ocasión”. Y aunque la cosa no haya ido bien con Darcy, el corazón de esta británica siempre tiene un hueco para el hombre del jersey con el reno, con quien también mantiene una relación sexual. Esta vez, con un preservativo con fecha de caducidad del año en el que salió la primera película (2001). El resultado se intuye en el título: embarazada a los 43 años y sin saber quién es el padre.

La primera conversación está clara: la importancia de la protección en el sexo y no tanto por el embarazo, sino por el riesgo de contraer una Enfermedad de Transmisión Sexual. La charla puede partir de la escena en la que su amiga le recuerda a Bridget lo viejos que eran los condones: “Esta escena puede ayudar a hablar sobre la importancia de que los preservativos que utilicemos estén en buenas condiciones para evitar ITS (Infecciones de Transmisión Sexual) y embarazos no deseados. Se trata de nuestra salud sexual y con eso no se juega. Debemos incidir, aunque haya quien asegure que corta el rollo utilizarlo. Siempre es posible incluirlo con naturalidad dentro del juego erótico”, apunta Rodríguez.

Además de esto, durante toda la película —y en consonancia con ese rasgo del personaje de Bridget que siempre se echa toneladas de tierra encima—, ella se autodenomina como “chica fácil”, por el hecho de haber tenido relaciones sexuales con dos hombres en un periodo de tiempo de corto. “Esto puede ayudarnos a analizar las diferencias de trato que se le da a la mujer que tiene relaciones sexuales con varios hombres y al trato que se le da a un hombre que tiene relación con varias mujeres”. Por último, puede ayudarnos a señalarle a nuestros hijos que no resulta apropiado que mantengan relaciones si están ebrios porque, de ser así, la probabilidad de que tomen una decisión de la que luego pueden arrepentirse es mucho mayor a si deciden en plenas facultades.

‘Algo pasa con Mary’ y la importancia de tocarse a uno mismo

Ted (Ben Stiller) ha estado locamente enamorado de Mary (Cameron Diaz) desde el Instituto, pero un desafortunado accidente con la cremallera del pantalón truncó lo que iba a ser su primera cita en su graduación. Muchos años después, sus vidas se vuelven a cruzar (él hace todo porque pase) y por fin salen juntos. Aquí llega la mítica escena de la película que, según dicen las malas lenguas, incluso los actores tuvieron dudas sobre si era buena idea rodarla. Justo antes de la cita, Ted se masturba en el baño para relajarse y acaba con su propio semen colgado en la oreja. Al verlo, Mary lo confunde con gel fijador de pelo y se peina con él, quedando uno de sus mechones disparado hacia el cielo.

Viendo Algo pasa con Mary, podemos aprovechar para hablar de sobre masturbación con ellos, de qué es lo que ocurre durante y de cómo nos hace sentir: “Sobre todo, se trata de naturalizar esto como algo que de forma individual podemos disfrutar y que nos pertenece a cada uno. La masturbación permite conocernos mucho mejor y explorar nuestros gustos”. Y aunque en la película sea él quien se da el gusto, no está de más aclarar que las mujeres también pueden disfrutar consigo mismas (para algo tienen un órgano dedicado al placer).

También es posible hablar de la eyaculación y, por qué no, de los problemas que giran en torno a ella: “El tema de la eyaculación precoz puede salir en la conversación en el sentido de naturalizar que, si se está nervioso, puede que nuestro cuerpo se descontrole un poco”, explica la experta.

‘Vicky Cristina Barcelona’ y otras formas de amar

La última de nuestra lista es una auténtica muestra del tan en boga poliamor. Este vodevil del 2008 nos habla de las relaciones de amor entre varias personas y las dificultades que entrañan. Y con sello de Woody Allen e interpretaciones de Scarlett Johanson y nuestros patrios Javier Bardem y Penélope Cruz.

La psicóloga y sexóloga nos da unas recomendaciones para poner estas opciones sobre la mesa y orientarles: “Desde luego la relación que mantienen los tres protagonistas puede ser algo no habitual visto en una película, desde el punto de vista que el amor es en todas las direcciones y entre todos ellos. Realmente en nuestra sociedad hay unas normas establecidas generales de cómo debe ser una relación sobre todo en pareja y heterosexual, pero la realidad es que una relación puede ser como sus miembros establezcan, podemos construir nuestras relaciones a nuestra medida y como nos satisfagan”.

Por ello, la experta considera muy importante que cada vez haya más ejemplos de la diversidad sexual y de los distintos modelos de familia y de relaciones, algo que puede favorecer que los jóvenes encuentren el camino que más se ajuste a su sentir. Eso, sin perder de vista las reglas básicas que debemos transmitir y que son fundamentales en cualquier tipo de relación, sea monógama o poliamorosa: “Todos los integrantes de la relación deben tener claras las características de la misma; una vez más, la sinceridad y la transparencia serán fundamentales”, concluye.

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