Anabel Vázquez

La cosmética contemporánea, en su eterna huida hacia adelante, es como un paseo por Miami Beach

“Me gusta observar a quien trabaja bien, sin aspavientos, como si fuera fácil”

Quizás una joya tenga que ver con eso: con la necesidad de mirar. Las que me interesan de verdad son las vividas

Enseñamos los pies más que nunca. Las pedicuras son para todo el año

Me rindo ante una persona que converse con chispa, que maneje un vocabulario amplio, que invente palabras y expresiones. Me derrito.

No usé base hasta que tuve edad de votar ni me hice la manicura hasta los 30

Vivo deprisa para poder detenerme en lo lento, en aquello a lo que yo decido dedicarle mi mejor tiempo: una película, un masaje, una siesta.

“Le tengo miedo al pero, vivimos en una época en la que se usa demasiado”

Una de las grandes falacias cosméticas es que los perfumes son tan personales que no se pueden regalar.

“Tengo paciencia, pero no infinita. No termino películas, libros ni champús que no me gustan”

“Me apetece entrenar el cuerpo y también la libertad, cuidarla como cuido la piel”.

«Hay dos tipos de personas: quien viaja llevándose consigo la cosmética que usa en casa o quien lo hace cargada de muestras, botecitos que ha ido atesorando a lo largo del año y amenities robadas en hoteles».

Todo es política, aunque a veces, sencillamente, hace demasiado calor.

Todo lo grande comenzó siendo pequeño. No todo lo pequeño quiere ser grande. Muchos lo son porque lo desean con la fuerza de los mares y otros porque

«Propongo algo: regalemos lo que no usamos, lo que compramos fruto de un capricho y ahora miramos con desgana».

Joan Didion, en su ensayo Self-Respect: Its Source, Its Power, traducido en España como Sobre el amor propio, escribió que este “no tiene nada que ver con el aspecto de las cosas, sino con una paz distinta, un tipo de reconciliación privada”. El amor propio y el respeto por uno mismo nutren la autoestima encajada y a ellos se llega tras un análisis de lo que somos.

“La herencia va en dos direcciones. Los padres e hijos nos educamos unos a otros”.

¿En qué se parecen Cary Grant y un artilugio de silicona para estirar los dedos? En su sutileza, en lo imperceptible de su trabajo. También en que ambos

Una vez me intoxiqué con una ostra y tras regresar de las tinieblas decidí que quería comer ostras. Este gesto contrafóbico me define: lo que no me mata

Me piden que escriba sobre lo atemporal y yo respondo con un emoji con las manos en la cara, un emoji desesperado. Lo atemporal es lo ajeno al tiempo. No

«Hay algo en un gemólogo y en un perfumista. Ambos cruzan ciencia con poesía».

La he escuchado muchas veces. La frase dice así: “No me maquillo porque me veo rara. No soy yo”. Yo no tengo el más mínimo interés en ser yo: ni que fuera

¿Podemos dejar de fingir que la belleza está en el interior? Valga por delante que yo, a las personas que quiero las veo hermosísimas, y solo quiero a

«Las prendas sin miedo aguantan los vaivenes de las modas, no tienen que complacer».

El Rey destensa su imagen en agosto sin llegar a transmitir ocio total: trabaja un estilo que expertos definen como “plano, neutro y sin sobresaltos”