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En colaboración conCAF

Cha Dorina Hernández: “Colombia no sigue en manos de unos pocos con mirada machista”

La primera mujer palenquera en llegar al Congreso colombiano ha llevado su mirada como educadora y su discurso sobre raza y negritud

Che Dorina Hernández
Cha Dorina Hernández en el Capitolio Nacional en Bogotá (Colombia).Chelo Camacho
Carolina Rodríguez Mayo

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El primer pueblo libre de América, San Basilio de Palenque, fue fundado por Benkos Biohó en 1603, en lo que hoy es Colombia. Este pueblo, ubicado en un corregimiento del municipio de Mahates, fue también donde se crearon las rutas que llevarían a la libertad a centenares de personas esclavizadas en Cartagena, en el norte del país. Y significa mucho en la historia de la diáspora africana, pues fue la prueba de que el cimarronaje —el proceso de resistencia de las personas esclavizadas que escapaban de colonos y capataces en busca de su libertad— sí conquistó sueños de autonomía e independencia.

Pese a que San Basilio de Palenque es uno de los pueblos líderes de la independencia de Colombia, hasta apenas el año pasado llegó al Congreso de la República de Colombia una mujer negra palenquera: Cha Dorina Hérnandez, doctora en Ciencias de la Educación y Pedagogía Social, miembro del Pacto Histórico - la coalición del actual presidente Gustavo Petro- docente por vocación y una lideresa que trabaja por conducir al país por caminos que respeten y valoren la diversidad étnica y el rol de las mujeres en nuestra sociedad.

La congresista le hace un constante homenaje a su pueblo palenquero. Cada conversación la inicia hablando en su lengua y recalca la libertad como uno de los principios fundamentales a la hora de trabajar por su país y por su gente. En entrevista con América Futura, la congresista habla sobre sus planes, la sostenibilidad y sobre lo que significa para Palenque y las personas de la diáspora africana en Colombia verla ocupar un cargo político tan relevante.

Hernández en la Cámara de Representantes, el 27 de julio de 2022.
Hernández en la Cámara de Representantes, el 27 de julio de 2022.Santiago Mesa

Cha Dorina Hernández es también el vivo ejemplo de que las reparaciones históricas están abriéndose paso en Colombia y el mundo, y que escuchar a los líderes de comunidades étnicas implica entender los territorios como parte de un entramado más complejo y rico de lo que hoy se conoce. Ella es el ejemplo de que poner atención a las personas negras es apostarle a un discurso que ha sido silenciado por siglos y que está ganando terreno y mostrando cuán significativo es para la sociedad integrar estas voces a la política pública.

Pregunta. ¿Qué ha significado ser la primera representante palenquera?

Respuesta. Ser la primera palenquera en el Congreso tiene una gran significación, porque nosotros somos considerados unos de los primeros pueblos libres de América, pero, hasta ahora, podemos llegar a un espacio de poder. Esto lo que indica es que sí hay una continuidad de la historia cimarrona, de la historia de los palenques, que es la misma historia de lo que significa ser palenquero. Una palenquera es una mujer libre e independiente. Sea que la veas a ella o sea que veas la palangana que usa en su cabeza, en seguida te lleva a pensar en laboriosidad, independencia, resistencia, libertad, dignidad; porque ese tipo de trabajo que hace la palenquera lo hace precisamente para tener sus propias finanzas, para mantener su autodeterminación.

La idea de llegar al Congreso es precisamente poder tener esos referentes de lo que es ser palenque y de lo que es ser una mujer negra. Cómo podemos imprimirle eso al cambio de ordenamiento de país a través de las leyes y cómo hacer ese ejercicio de manera colectiva para que también quede allí esa mirada que es también Colombia en una legislación; cómo podemos pensar en el papel del Estado y llevar a esas acciones gubernamentales, legislativas, administrativas ese sentido de lo diverso que es el país, ese sentido de lo que es la igualdad. Llevar a esos lugares la conversación de todos los que somos pueblo que no hemos estado en ese espacio de poder patriarcal, estamos afectados por las mismas situaciones y cómo vamos a dinamizar lo que ocurre en Colombia. Esos son los grandes retos que nos abordan hoy y allí estarán los verdaderos cambios. El país no sigue en manos de unos pocos y, de unos pocos, que tienen una mirada machista.

P. ¿Cómo ha sido la experiencia como etnoeducadora dentro del Congreso cuando se sabe que en Colombia no se enseña lo suficiente sobre raza, racialización y negritud?

R. Nos ha tocado mirar cómo construir una narrativa que no venga desde el lamento, porque nos asocian a eso. Nos asocian a que andamos pidiendo, que andamos con la mano estirada, porque fuimos esclavizados, porque fuimos excluidos. Y la tarea es justamente romper con ese imaginario, porque nosotros existimos es justamente a partir de una autogestión que hemos hecho, unas autoreparaciones que hemos hecho. Y cuando hablamos de la mujer palenquera, hablamos de una mujer que no puede dejar de llevar a cabo su acción política, su acción cultural, su acción económica, porque, sino, no tiene su ser de palenquera [ser libre].

Hay una mirada de que somos menos y de que merecemos menos, de que somos los desposeídos y desterrados de posibilidades. Y de eso no se trata. Si nuestros territorios son tan ricos y son tan apetecidos, si allá siempre ha existido ese gran capital y, hoy, los megaproyectos, entonces, ¿por qué los seres humanos que somos de ese ecosistema somos los pobrecitos? Que hemos sido empobrecidos es diferente, no es que somos los pobrecitos. Como etnoeducadora, me ha tocado colocar en otro lugar esa mirada, de que nosotros somos los territorios geopolíticamente estratégicos de este país. Nosotros no somos pobres, nos han empobrecido. No estamos aquí en lamento ni estamos pidiendo. Estamos exigiendo y estamos buscando que Colombia no siga con esa posibilidad de excluir, de apartar, de discriminar, porque el país lo que ha hecho es desperdiciar unas posibilidades de riquezas. Seguir teniendo un capitalismo retrógrado, atrasado, conservador. Es importante ver cómo se articulan todos los derechos de las personas que hemos podido mantener ese territorio y poder crecer como Colombia. Este es un tema que nos interesa a todos como país y ahí es donde yo trato de incidir.


Cha Dorina Hernández lleva aretes con la forma del continente africano, en el edificio del Congreso, el 15 de noviembre de 2022.
Cha Dorina Hernández lleva aretes con la forma del continente africano, en el edificio del Congreso, el 15 de noviembre de 2022.Chelo Camacho

P. ¿Dentro de la agenda negra y palenquera, existe una preocupación por la sostenibilidad?

R. Estamos en la gestión, porque nosotros históricamente tenemos claro el tema de la sostenibilidad, porque nosotros hemos entendido el territorio, la naturaleza, nuestro contexto como parte de quiénes somos. Nosotros no nos separamos de ese ecosistema, porque atacar nuestras fuentes hídricas, atacar nuestra naturaleza, es atacarnos a nosotros mismos. En este momento estamos trabajando en que el derecho acompañe esas iniciativas, en las que las personas acompañan al territorio. No basta con que seamos diversos, seamos negros, seamos indígenas; sino que es necesario que nosotros determinemos lo que se hace en nuestros territorios, trabajar por nuestra autonomía desde lo financiero, lo administrativo y a nivel de Gobierno propio con unos códigos éticos y códigos culturales de sostenibilidad para el planeta.

P. ¿Cuáles serán las prioridades en su gestión como representante?

R. En términos generales necesitamos que desde el Congreso de la República se ordene este país, pero desde las leyes, y que estas permitan que estén al servicio de las mayorías del país. Eso es una responsabilidad nuestra. Ahora mismo las leyes están al servicio de las maquinarias, de los empresarios que han hecho una clientela y un mercado con todos esos derechos de la sociedad colombiana, entonces nosotros tenemos que legislar para que el país vuelva a estar al servicio de la mayoría. Necesitamos seguir trabajando por las reparaciones históricas de los pueblos que hemos sido excluidos: los afros, los indígenas, los campesinos, las diversidades. Necesitamos seguir estudiando y revisando qué ha pasado con nuestros territorios. Algunos de nuestros territorios son reserva de la nación. Es decir, están bajo una figura legal que los considera reservas naturales, pero esto se ha dado mientras ya estábamos habitando ahí los pueblos afro. Entonces, nos han dejado como terceros que viven en unos territorios baldíos, pero ahora nos están sacando por los megaproyectos. Existen unos documentos de archivo que dan cuenta de cómo las comunidades negras han estado habitando esos territorios, así que necesitamos legislar para que dichos territorios estén en manos de los pueblos a los que pertenecen. Necesitamos unos fondos respecto a esas reparaciones que vayan al saneamiento básico, a las vías de acceso, el agua potable, la salud. No basta con el discurso, se necesitan las posibilidades económicas para atender eso. Se necesita la movilización, la organización de nosotros como pueblo para autodeterminar de la mejor manera qué hacer con las posibilidades que estamos gestionando desde lo colectivo, desde nuestra filosofía Ubuntu, del ‘Soy porque somos’.

Cha Dorina Hernández afuera del Capitolio Nacional.
Cha Dorina Hernández afuera del Capitolio Nacional.Chelo Camacho

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Sobre la firma

Carolina Rodríguez Mayo
Profesora y escritora. Ha publicado en revistas colombianas como Literariedad, Sombralarga, Sinestesia, Volcánicas y Manifiesta. Fue parte de una antología de jóvenes poetas, Afloramientos por Fallidos Editores. Produce el podcast Manifesto Cimarrón donde conversa sobre negritudes, diversidad y resistencia.

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