Vídeo| El reto de los 4 minutos: músculos de hierro con solo un ‘fitball’
Es solo una pelota, pero utilizada con los ejercicios que indicamos se fortalece toda la musculatura
Cada vez es más común encontrarse con una fitball (o pelota de pilates) en la oficina o incluso en la casa del vecino. Esta bola, que surgió en 1963 como herramienta de terapia, ha abandonado en los últimos años su exclusividad físico-terapéutica y actualmente se emplea en multitud de entrenamientos deportivos. Esta semana, en El reto de los 4 minutos, Gonzalo Maganto nos muestra cómo usarla para ejercitar todos los grupos musculares del cuerpo. Con el entrenamiento que propone nuestro especialista los músculos llenarán tanto la camiseta que creerás que ha encongido.
Para ponerse manos a la obra, el primer paso es hacerse con un fitball adecuado al peso y altura de cada uno. ¿Cómo sé cuál es el tamaño correcto? Fácil: las caderas siempre tienen que quedar alineadas con las rodillas cuando estamos sentados en ella. "Si mides menos de 1,65 metros, tienes que usar la bola de 55 centímetros. El de 65 centímetros es para las personas que se encuentran entre 1,65 y 1,80 metros; y el de 75 centímetros es para aquellos que tienen una estatura superior a 1,80 metros", explica nuestro especialista. Estamos hablando de una herramienta versátil y asequible.
Los ejercicios con la pelota de pilates que nos propone Gonzalo Maganto son un complemento adecuado a cualquier rutina de entrenamiento. "Lo ideal es hacer estos ejercicios una vez a la semana. Rompe la monotonía y evita que nos cansemos de hacer siempre el mismo tipo de entrenamiento", apunta. Cualquier ejercicio puede adaptarse a esta modalidad, pero antes de trabajarlos en la pelota es importante dominar la técnica. "Si ya es complicado que la ejecución de cualquier ejercicio sea perfecta, aún lo es más cuando añades un elemento externo como la pelota de pilates, que se mueve y rompe nuestro equilibrio", afirma Maganto.
Como explica nuestro entrenador personal: "No hay ejercicio malo, sino ejercicios mal ejecutados". Emplear mal la fuerza de nuestro cuerpo puede causar lesiones, por eso es necesario ser consciente en todo momento del esfuerzo que realiza cada músculo. "Al trabajar en movimiento –la bola se desplaza y tenemos que hacer fuerza para que se mantenga en el sitio– el ejercicio es más intenso y más complicado", señala. Sin embargo, si logramos dominarla ejercitaremos todos los músculos del cuerpo con ella y también mejorará la posición corporal que adoptamos a diario.
Otros vídeos de nuestra serie El reto de los 4 minutos:
- Cinco ejercicios para presumir de unos glúteos duros.
- Seis ejercicios para que no te quejes más de la espalda.
- Así se hacen los abdominales perfectos.
- Pectorales y brazos fuertes.
- La bici estática, o cómo adelgazar sin salir de casa.
- Ponte en forma en casa y con solo dos toallas.
- Sí, estás haciendo mal las flexiones.
- Cinco ejercicios para tener unas rodillas resistentes.
- Por estos errores tus glúteos no están duros.
- Los 5 únicos ejercicios que tu cuerpo necesita para estar fuerte.
- 5 ejercicios para dormir a pierna suelta.
- 4 ejercicios para mejorar tu vida sexual y la de tu pareja.
- ¡Uf, qué resacón! Qué ejercicios hago.
- Vamos a acabar con la celulitis.
- 10 ejercicios para quitarte la camiseta sin complejos.
- ¡Uf, qué calor! 5 ejercicios para entrenar en la piscina.
- Por qué en la piscina ya no me duelen las rodillas.
- Empieza a perder kilos ya, en la piscina.
- Mis piernas van a ser una roca.
- Nunca vas a estar como Ronaldo o Pataky, pero te puedes acercar.
- No hay miedo, cogemos al ‘crossfit’ por los cuernos.
- Para correr durante más tiempo y más rápido.
Si quieres ponerte en contacto con Gonzalo Maganto escribe a enformacongonzalo@gmail.com
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.