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Aceitunas de silicona para cazar a los ladrones

Dos emprendedores jiennenses idean un dispositivo de seguridad para evitar robos en el campo

Antonio J. Mora
Un agricultor coge una aceituna.
Un agricultor coge una aceituna. Agrosecurity

El agricultor Antonio Berrio y su familia veían cómo, campaña tras campaña, les robaban parte de su cosecha de aceitunas. Cansado de esta situación, Berrio y su amigo Ricardo Cárdenas decidieron ponerse manos a la obra y diseñar un dispositivo de seguridad que evitara estos robos, en particular, y en el campo, en general. Así fue como nació Agrosecurity. Tal y como explican estos emprendedores, el proyecto se basa en el diseño de una aceituna artificial, a la que llaman señuelo, que incorpora en su interior un elemento de identificación por radiofrecuencia. Así, a través de un detector o lector, tanto en las cooperativas como los propios agentes de la Guardia Civil podrán averiguar si los frutos son robados. Este agricultor y este abogado señalan que la idea podría aplicarse a otro tipo de cultivos tales como uva, almendra y naranja, entre otros.

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"El señuelo consistiría en una aceituna fabricada, u otro fruto, con el peso, tamaño color y textura similar a la de una aceituna real, de tal forma que fuera prácticamente indetectable al tacto o a la vista", explica Cárdenas. Este se fabricaría en silicona, caucho, resina, plástico u otro material apropiado y, durante el proceso de moldeo, en su interior se incorporaría una etiqueta de identificación por radiofrecuencia. "Proporcionaría la información sobre el productor y la parcela dónde se va a ubicar", añade el emprendedor. El señuelo podrá ser colgado en el olivo o depositarse en el suelo. "Al parecer reales, los ladrones las mezclarán sin darse cuenta", continúa Cárdenas antes de apuntar que llevan dos años trabajando en el proyecto. Mezcladas con el resto de aceitunas, en la cooperativa o la Guardia Civil puede comprobar la titularidad de dicho producto con el lector. El sistema se completa con otro dispositivo para retirar los señuelos de la cinta transportadora para que no pasen a molturación.

Cárdenas pone como ejemplo la situación que la familia de su colega viene soportando desde hace años. "Ellos tienen las parcelas en la zona de la Sierra de Jaén, un terreno con olivos antiguos donde se producen muchos robos", expone. La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos resaltan que el año pasado se produjeron 37 robos al día en el campo español. Según los datos del Ministerio del Interior, en 2017, hubo 13.660 hechos delictivos en las explotaciones agrarias, una cifra que viene descendiendo desde 2013, cuando se alcanzaron 24.078 robos. Por comunidades, Andalucía está a la cabeza (4.700), seguida de la Comunidad Valenciana (2.425), Castilla La Mancha (1.540) y Castilla y León (1.140).

Antonio Berrio y Ricardo Cárdenas.
Antonio Berrio y Ricardo Cárdenas.

Los señuelos para cazar a los ladrones se podrán conseguir en máquinas expendedoras instaladas en las cooperativas. También barajan que sean vendidas directamente por las propias cooperativas. "Es muy importante que sean económicos", señala Cárdenas. Así, habrá cajas de entre tres y 100 unidades, con un precio de 3,99 euros en el caso de la más pequeña. Pero ¿y cómo se identifican esos cebos con el agricultor? "Los señuelos son identificados por cajas con un código único. Al ir a comprarlos en las máquinas expendedoras, el productor deberá introducir su número de socio de la cooperativa, así como el número de polígono, parcela y código PIN facilitado por la empresa de seguridad. De esta forma, ese código de identificación del cebo quedará automáticamente asociado a los datos de la parcela de dicho propietario", explica el abogado

En estos momentos, la empresa está en un proceso de búsqueda de socios. "La inversión total es de 10 millones de euros, aunque con tres ya podríamos lanzarlo al mercado", explica Cárdenas, quien señala que contarían con ayudas de la Junta de Andalucía y de fondos europeos. Asimismo, la pareja trabaja con distintos prototipos pensando en un modelo adaptado a la aceituna de mesa sevillana. "Estamos jugando con la densidad en busca de un señuelo que flote en el agua y cambie de color para poder retirarlo con facilidad durante el proceso de aliño", explica. Evidentemente, el señuelo se podrá aplicar a muchos tipos de variedades de frutas y hortalizas. "Ya hemos recibido llamadas de productores valencianos de naranjas interesados en el proyecto", concluye. 

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Sobre la firma

Antonio J. Mora
Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Fue redactor en la delegación en Andalucía durante más de seis años y, actualmente, es portadista web. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Málaga y Máster de periodismo de EL PAÍS, también trabajó en Diario Sur e Infolocalia. En 2009, ganó el premio nacional Alma de Periodista.

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