Cuando el banco se convirtió en una ‘startup’
Santander abre en México una fábrica digital para desarrollar herramientas tecnológicas para la entidad
A unos pasos del edificio corporativo del banco Santander en Ciudad de México se esconde la fábrica de todas sus innovaciones tecnológicas. Se trata de Spotlight, la factoría digital de la entidad, donde un grupo de desarrolladores, informáticos y expertos en finanzas trabajan en conjunto para hacer más eficientes los servicios digitales. Para lograrlo, el banco español trasladó al equipo a una oficinas colaborativas —con sala de juegos, salones de clases, cafetería y áreas de esparcimiento para emprendedores— en el barrio financiero de Santa Fe, separándolo de cualquier influencia del corporativo bancario. “Los bancos somos muy aburridos y aquí hemos creado un entorno más divertido”, explica Jorge Zenteno, director de Spotlight.
Zenteno ha echado a andar desde hace un año este esfuerzo tecnológico y ha comenzado desde cero, como en una startup. Pero Spotlight no es una startup. Su creación ha sido más bien a la inversa: con fondos de la entidad se ha buscado a un equipo que desarrolle proyectos y mejoras a los servicios digitales que el banco ya ofrece. Ante el crecimiento de las empresas de tecnología financiera (fintech, como se conocen en inglés), el banco Santander optó por ocuparse de sus herramientas en casa pero con un modelo poco convencional para un sector tan tradicional como el bancario. “Una fintech tiene que ir a buscar a los clientes y Spotlight ya tiene a los clientes de Santander, entonces vamos evolucionando sobre nuestra cartera de clientes entendiendo qué es lo que quieren y dándole un producto de acuerdo a esas necesidades”, cuenta Zenteno.
La financiación para Spotlight no es un problema, como en el caso de las startups que buscan oportunidades en los fondos de capital de tecnología. Santander ha puesto sobre la mesa una inversión de 300 millones de pesos (15,6 millones de dólares) para montar el proyecto. Zenteno reconoce que aunque la banca no está preocupada por costear este tipo de proyectos, puede aprender de las empresas fintech al momento de echar a andar un nuevo desarrollo. “La agilidad que han tenido las startups y las fintech en captar talento es muy importante”, apunta. Y precisamente está fue la razón por la que Spotlight ha crecido apartado del banco, para captar talento directamente de la industria tecnológica en la que la entidad está incursionando.
En los primeros meses la fábrica digital de Santander en México ha desarrollado la Suite Digital —una aplicación de servicios bancarios y educación financiera— y la Wallet o cartera digital, a través de la cual el cliente administra su tarjeta bancaria desde el móvil sin necesidad de acudir a una sucursal. “Lo que se busca es eficientar servicios que nos permitan generar más clientes o mejorar la experiencia del cliente”, explica Zenteno. El equipo de Spotlight trabaja de la mano de otras empresas tecnológicas y financieras como Mastercard, IBM, Microsoft y Accenture para echar a andar sus aplicaciones. Algunos integrantes de estas firmas trabajan en un espacio en la misma planta donde está la sede de Spotlight.
En la fábrica digital trabajan 120 personas que se dividen en 10 equipos. Cada grupo trabaja es interdisciplinario y trabaja en un proyecto distinto que no debe exceder de las tres semanas en su ejecución. Zenteno impulsa a los miembros de Spotlight a trabajar en equipo. “No los medimos individualmente, los medimos en conjunto”, señala. Algunos de los emprendimientos son colaborativos con los equipos del banco en España y Brasil, donde la entidad concentra la mayor cantidad de clientes. Para llegar hasta Ciudad de México, Santander trasladó a su grupo de tecnología desde la ciudad de Querétaro y, de la ayuda de una firma consultora, consiguió lo más complicado: el talento. “Lo más difícil fue entender el tipo de perfil que teníamos que buscar”, reconoce el director de Spotlight.
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