Europa se estrena en la exploración planetaria con el lanzamiento de la 'Mars Express'
La sonda europea, lanzada hoy por un cohete 'Soyuz', buscará agua en el planeta rojo
La Agencia Espacial Europea (ESA) ha estrenado esta tarde su programa de exploración planetaria con el lanzamiento desde Baikonur (Kazajistán) de la sonda Mars Express. Aunque son muchos los experimentos que esperan realizarse con los datos que envíe la nave durante sus dos años de vida, su misión fundamental es buscar el agua que supuestamente existe en el Planeta Rojo.
La nave, con el aspecto de un panal, mide 1,5 por 1,8 por 1,4 metros y su peso es del 1.223 kilos
La Mars Express ha iniciado a las 23.45 hora local (19.45 en España) en un cohete ruso Soyuz Fregat un viaje que durará seis meses, a una velocidad de 3 kilómetros por segundo. Si todo marcha bien la sonda entrará en la órbita del planeta rojo el 26 de diciembre. Como ocurrió en 1996 con la Mars Pathfinder de la NASA, la nave transporta una minisonda terrestre, la Beagle-2, que, seis días antes de la llegada a la órbita de Marte, será lanzada hacia la superficie marciana para la recogida de datos.
Debido a su reducido tamaño, el Beagle no tiene un sistema de guiado, por lo que no podrá recibir instrucciones desde el centro de control para su aterrizaje. Así que el el éxito de la misión depende de que la Express la lance en la trayectoria correcta. Todo el proceso se controlará desde Darmstadt (Alemania). La ESA asegura que esta misión es "pionera" no sólo por ser el primer viaje europeo a Marte: se trata del primer ejemplo "del nuevo estilo" de la agencia espacial, "más rápida, más precisa, más efectiva", pero sin peder de vista las exigencias de seguridad y calidad.
Un coste de 300 millones de euros
Frente a los seis años empleados en proyectos anteriores, esta misión sólo ha llevado cuatro años, y su coste ha sido también inferior, unos 300 millones de euros, mucho menor que el de otras misiones planetarias. El secreto está, fundamentalmente, en la reutilización de hardware e instrumentos ya existentes. Para la industria europea supone un gigantesco paso adelante, ya que la Mars Express abre la puerta a nuevas experimentaciones en todos los campos. "Nunca antes habíamos hecho algo así", asegura, en este sentido el director del proyecto, Rudi Schmidt. El próximo objetivo será Venus.
La sonda ha sido construida por un consorcio formado por 24 compañías de los quince miembros de la ESA, y la razón de que el programa se haya acelerado es que el espacio ofrece este año una ocasión única: hace 15 años que Marte y la Tierra no estaban tan cerca. Esta ventana se abrió el pasado 23 de mayo, que era la fecha inicialmente prevista para el lanzamiento, aunque justo antes de que la sonda fuera trasladada desde Toulouse (Francia) a Baikonur, los ingenieros descubrieron un fallo en uno de los módulos electrónicos, lo que obligó a aplazar la fecha al 6 de junio. La rapidez de las reparaciones ha permitido adelantar la operación en cuatro días.
Gracias a la sonda, la ESA podrá investigar en Marte al menos dos años. Los científicos esperan poder responder a cuestiones esenciales, como la presencia de agua y la posibilidad de encontrar señales de vida en el planeta eojo. La Express competirá con las estadounidenses Mars Global Surveyor (1996) y Mars Odissey 2001. Esta última supuso el primer éxito de la NASA en la exploración de Marte tras el fracaso de las dos sondas lanzadas a finales de 1998, la Climate Orbiter (que se acabó estrellando contra suelo marciano) y la Polar Lander, que se perdió al intentar aterrizar y fue localizada tiempo después, casi intacta.
La competencia con EE UU
Estados Unidos y Europa han iniciado una silenciosa competencia por la exploración de Marte, a donde la NASA enviará dos vehículos robóticos de 800 millones de dólares en busca de rastros de agua y vida extraterrestre. La NASA anunció esta semana que su primer vehículo de exploración será lanzado el domingo 8 de junio en la reanudación de sus investigaciones directas sobre la superficie de ese planeta.
Un segundo vehículo robótico seguirá días después para aprovechar la posición de los planetas en relación con el Sol y ambos deberán descender en puntos separados del planeta en enero del próximo año. Para la NASA, el éxito de esa misión ha adquirido especial importancia tras el desastre que se cobró la vida de los siete tripulantes del transbordador espacial Columbia el 1 de febrero.
Esta "temporada alta" marciana se explica por el posicionamiento ideal del planeta rojo que, en su órbita alrededor del Sol, estará a solamente 55 millones de kilómetros de la Tierra, una oportunidad que se presenta cada 26 meses.
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