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Ione Belarra e Irene Montero, en el traspaso de carteras: “Hoy Pedro Sánchez nos echa de este Gobierno”

La ya exministra de Igualdad ha deseado a su sucesora, Ana Redondo, “valentía para incomodar a los hombres amigos de 40 y 50 años del presidente del Gobierno”

Las exministras de Podemos Irene Montero y Ione Belarra, este martes.Foto: CLAUDIO ÁLVAREZ

Podemos se marcha del Gobierno en guerra contra el PSOE y anticipando una relación aún más conflictiva con Sumar esta legislatura. Irene Montero y Ione Belarra han sido ellas mismas hasta el final. Ambas han acudido la una a la despedida de la otra y han dicho lo que querían decir: “Hoy Pedro Sánchez nos echa de este Gobierno”, han asegurado las dos en sus discursos. Según ellas, la expulsión del Consejo de Ministros se debe a que Unidas Podemos ha hecho “lo que tenía” que hacer durante la legislatura pasada, en la que se conformó el primer Gobierno de coalición de la democracia. En el nuevo Ejecutivo no habrá representantes de Podemos: salen Montero, la única propuesta del partido para ocupar un sillón ministerial, y Belarra, la secretaria general.

El traspaso de carteras de este martes, con el tono beligerante de los discursos de ambas dirigentes, que cargan desde hace días contra el presidente y contra la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, por la “expulsión” de su partido de la coalición, inaugura una nueva etapa muy compleja. Las relaciones entre la líder de Sumar y Podemos están prácticamente rotas, y la formación de Belarra amenaza con ejercer su autonomía política en un contexto parlamentario muy ajustado. Podemos logró cinco escaños dentro del grupo de 31 diputados de Sumar en las elecciones del 23-J, y pretenden hacer valer su peso en cada votación. Aunque por ahora la dirección descarta pasar al grupo mixto, el pulso interno —que el viernes vivió uno de sus episodios más tensos después de que la organización rechazara la oferta de Díaz para que Nacho Álvarez, miembro entonces aún de la ejecutiva de Podemos, pero próximo a la titular de Trabajo, fuera ministro— amaga con empañar los primeros compases de la legislatura.

Como desde el primer día, las líderes de Podemos se han acompañado la una a la otra. El primer traspaso ha sido el de Igualdad, y fue Montero, dirigiéndose a Belarra, situada entre el público, la que nombró al jefe del Ejecutivo: “Pedro Sánchez nos echa de este Gobierno. Es precisamente por haber hecho lo que dijimos que haríamos: poner las instituciones al servicio de los avances feministas”. También Sánchez apareció en sus deseos para la nueva titular, la socialista Ana Redondo. No le deseó suerte, no creyó que fuera “lo más importante”; sino valentía: “Ministra, te deseo que nunca te dejen sola y que tengas valentía para incomodar a los hombres amigos de 40 y 50 años del presidente del Gobierno, porque el feminismo es un movimiento muy poderoso que conquista derechos haciendo preguntas que antes nadie se hacía y proponiendo nuevas respuestas”.

Belarra, ministra saliente de Derechos Sociales y Agenda 2030, incidió en esa misma idea en su discurso de traspaso de la cartera, muy aplaudido al inicio por toda la sala, aunque después las críticas a Sánchez no fueron compartidas por la mitad del auditorio: “No os oculto que hoy es un día difícil para mí. Sánchez y el PSOE consiguen hoy lo que no consiguieron en 2019, que es echar a Podemos del Gobierno. Esto no es solo injusto, sino que es un enorme error político porque tenemos a una ola reaccionaria enfrente”. Y añadió: “Nos echan precisamente porque se ha podido. Porque lo hemos hecho bien. Nos echan, pero no nos vamos, seguimos con la voluntad firme. Con la mirada puesta en volver. Porque se ha podido, se puede y os aseguro que se va a poder”. En ese acto en el ministerio, otra de las figuras más ovacionadas fue la de Álvarez, secretario de Estado de Derechos Sociales los últimos años, y que el viernes anunció su marcha de la política. Hasta en dos ocasiones recibió el respaldo unánime de la sala.

En el discurso de Montero también se filtró la voluntad de que la política no se reduzca “a mujeres haciendo cosas” y que el feminismo siga “desbordando”. Luego enumeró algunas de las cuestiones que quedan para la próxima legislatura, como la “lucha contra todas las violencias”, la apertura de los “centros de crisis” 24 horas para violencia sexual, “la ley antirracista” que quedó paralizada, el “derecho al cuidado”, o “proteger el derecho a ser quien eres”, en referencia a la polémica que hubo en torno a la libre autodeterminación de género en la llamada ley trans.

Esa norma, además de otras cuestiones, han hecho que los últimos cuatro años no hayan sido fáciles, ni para el ministerio de Igualdad, ni para el Ejecutivo de coalición, ni para el movimiento feminista. El malestar interno en las filas socialistas que generó que Sánchez entregara la cartera a Podemos, la ola reaccionaria ante el feminismo que ha ido extendiéndose a través de la entrada en las instituciones de Vox, la polémica en torno a la ley trans, las rebajas de penas y excarcelaciones de reos por delitos sexuales —lo que el Gobierno llamó “consecuencias indeseadas” de la Ley de Libertad Sexual o Ley del solo sí es sí—, la idiosincrasia de un ministerio que cada vez que ha existido ha estado sometido a todos los focos, y la estrategia política y comunicativa de Podemos en torno a ciertas cuestiones han sido algunos de los factores que han hecho de Igualdad un terremoto, no solo dentro del Gobierno. También en el feminismo, en el que una parte, contraria a Montero, se escindió hace ya dos años provocando una ruptura a la que ahora se enfrentará la nueva ministra, desconocida dentro del propio movimiento.

Activistas

Y con algunos activistas del feminismo y LGTBI en el ministerio para ese traspaso de carteras, Montero dio este martes los buenos días a “todos, todas y todes”, una pluralidad que marcó a lo largo de todo el discurso y que ha sido símbolo de su tiempo como ministra. Hizo también un agradecimiento “profundo y sincero” al personal funcionario del equipo y a quienes habían formado parte de la vida del ministerio, de las “limpiadoras” a la “escolta”, y reivindicó su labor al frente del departamento. “Habéis puesto el cuerpo para transformar este país”, alabó a su equipo. “Aquí tienes un equipo de profesionales del más alto nivel”, le dijo a su sustituta, a quien también deseó que se rodeara “del mejor equipo”, uno aún no conformado y que previsiblemente será especialmente necesario para una nueva ministra que no cuenta con experiencia en el ámbito feminista.

Montero recordó que “España ya es otra, gracias al feminismo”, aunque justo después advirtió: “La ofensiva reaccionaria está aquí y hay que tomársela muy en serio. Conjurémonos contra su violencia política, contra el machismo judicial y la ofensiva machista desde los poderes más reaccionarios del Estado”. Y terminó su discurso con un “que viva la furia trans, el orgullo LGTBI, que viva la lucha antirracista, y que viva la lucha de las mujeres”, que contrastó con el tono, más austero, de la ministra entrante.

La nueva ministra de Igualdad, Ana Redondo, y la saliente, Irene Montero, durante el traspaso de carteras, este martes en Madrid.Foto: ZIPI (EFE) | Vídeo: EPV

Redondo, que empezó hablando de la “casa abierta” donde caben “todos y todas” que para ella es el ministerio, siguió con el agradecimiento a Pedro Sánchez por “la confianza”, y otro, “profundo”, a Montero y a su equipo por “el trabajo y el esfuerzo sostenido por reivindicar y defender en todos los ámbitos” los derechos de las mujeres que, recalcó, se ha traducido “en avances”, y también para colectivos a “los que se ha dado voz y visibilidad”. La nueva ministra se refirió además a la “lucha sin cuartel por la igualdad” del equipo saliente, que no solo expresó “a título personal”: recordó el último informe del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), de la ONU, que “puso en valor la valentía” de los avances legislativos de los últimos cuatro años de la mano “de Irene Montero”.

“Ilusionada” pero consciente de “los obstáculos” que aún existen para la igualdad real y efectiva, Redondo hizo un repaso de algunas de las medidas que tomará en su cargo, ya anunciadas por Sánchez durante el debate de investidura, como la ley de representación paritaria, la ampliación del permiso por nacimiento hasta las 20 semanas, la universalización de la educación de 0 a 2 años, o el desarrollo de la normativa reglamentaria que “garantice los derechos de las personas trans y LGTBI”.

Habló de “diálogo y más diálogo”, de la transversalidad que han de tener las políticas feministas, pidió la “colaboración” de todos y todas para los próximos cuatro años, y, a cuatro días del 25-N, el Día Internacional contra la Violencia de Género, recordó, haciendo alusión a la última campaña del ministerio, a las 52 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de año y a las 1.237 desde que existen cifras oficiales: “Este 25-N saldremos como cada año todas juntas a decir se acabó, recordando a la gran María Jiménez, porque hoy el mundo es otro”.

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