Buenas noticias en las escuelas, aunque las universidades enfrentan la peor cara del virus

“Teníamos razón. Y no hay nada mejor que tener la confirmación práctica de una hipótesis”. Así mostraba su satisfacción el pediatra y epidemiólogo Quique Bassat tras conocer el estudio que demostraba que la apertura de las escuelas en España no está afectando a la incidencia de la pandemia, como ya ocurrió en Dinamarca o en Francia en la primera ola. Es la primera buena noticia que reciben las familias de los alumnos más pequeños, mientras observan con horror cómo fracasa la semipresencialidad y se van suprimiendo las primeras clases presenciales en la universidad y se confinan los primeros colegios mayores. Pero siempre hay motivos para el optimismo: esta semana nos detenemos en dos colegios, en Madrid y en Almería, gobernados por héroes cotidianos.

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1.Buenas noticias desde las escuelas

Más de un mes después de la vuelta a las aulas, las familias y las escuelas han recibido por fin una buena noticia: la apertura de las escuelas no es determinante en la expansión del virus en España, según las primeras evidencias científicas. Investigaciones como estas son esenciales para que los gobiernos puedan tomar decisiones más avaladas.

Quizá pueda servir de argumento para un retorno a las aulas más seguro y estable en países que aún no han reanudado sus clases con cierta normalidad, como Argentina. Allí, el 72% de los adolescentes quiere volver a las aulas, según una encuesta de Unicef y Google. Mientras tanto seguiremos asistiendo a retos titánicos, como el asumido por México para movilizar 161 millones de libros entre 36 millones de estudiantes para que pudieran trabajar desde casa.

A falta de una confirmación definitiva sobre la no incidencia de los colegios en la transmisión del virus, seguiremos asistiendo a dilemas como el que ahora enfrentan las escuelas españolas que encaran el otoño ¿pasar frío o mayor riesgo de contagio?

En los institutos, donde la semipresecialidad se ha abierto paso para poder acoger a todos los alumnos en aulas habitualmente masificadas, las carencias del sistema han llevado a las familias a rebelarse ante lo que consideran un atropello al derecho a la educación de los estudiantes.

2. Colegios a los que mirar

La historia de cómo vivieron el confinamiento dos escuelas merece una especial mención esta semana. La primera es la del colegio público Ramón María del Valle Inclán, de San Blas, en Madrid: la directora del colegio, Nuria Hernández, vivió desesperada las primeras semanas tras el cierre de los colegios porque las familias de sus alumnos no tenían para comer. Nuria lo contó en un reportaje en EL PAÍS, Saïd Hejal lo leyó mientras practicaba español, y todo cambió. El empresario de origen libanés decidió ayudarle, y juntos él y Nuria alimentaron a 2.000 familias en el confinamiento. La semana pasada por fin se conocieron en persona.

Rodrigo J. García cuenta en su blog Escuelas en Red cómo el colegio almeriense Clara Campoamor había optado por afrontar el confinamiento desde los afectos. En medio de una pandemia donde la educación a distancia era la pedagogía sin rostro, decidieron recuperar la mirada, los rostros y lo humano. Cómo lo hicieron es todo un aprendizaje para cualquier escuela del mundo.

3. ¿Y qué pasa con los parques?

Ahora que ya sabemos que la transmisión aérea de la covid es determinante y los científicos recomiendan fomentar las actividades al aire libre siguen sin comprenderse dos aspectos relacionados con los parques que EL PAÍS abordó esta semana: ¿Por qué no se da clase en los parques? y ¿por qué los parques siguen cerrados? #Niunparquecerrado es el lema con el que la Federación de Asociaciones de familias Francisco Giner de los Ríos, junto con otras organizaciones de la sociedad civil, reclamaba en un manifiesto que los parques se mantuvieran abiertos. De ello hablan esta semana en el portal Mamás & Papás varios expertos en que cuestionan esta medida que sigue en vigor en muchas ciudades, pese a las evidencias científicas que demuestran que los parques son espacios más seguros que los espacios cerrados.

4. La universidad contra el virus

La universidad se ha convertido en el principal frente de batalla contra el virus en el panorama educativo, con colegio mayores y residencias donde se están registrando los primeros confinamientos. En algunas ciudades universitarias, como Salamanca, políticos y rectores se han alineado para hacer frente al coronavirus y mantener las facultades abiertas. En sus campus extreman las medidas sanitarias y se castigan las imprudencias. 36 infractores han sido expulsados dos semanas desde el inicio del curso y esta semana se han iniciado los trámites para expulsar a otros 75 por participar en varias barras libres en bares en sustitución de las novatadas de principio de curso.

En Barcelona, 200 estudiantes permanecen confinados en dos residencias. Y los alumnos, ante la sospecha que sembró lo ocurrido en Valencia, donde se han suspendido las clases por un brote en otra residencia, se defienden ante los medios de comunicación: "Nosotros nunca estuvimos en una fiesta". Y añaden que conviviendo y en plena vida universitaria "es inevitable compartir espacios”. Las universidades españolas, en todo caso, no son la excepción. En Reino Unido esta misma semana tres universidades han cancelado sus clases por detectarse más de 3.600 contagiados en las universidades de Manchester, Sheffield y Northumbri.

Hasta la semana que viene.

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