Una residencia de estudiantes de Valencia realiza 697 pruebas PCR al detectar 13 positivos tras una fiesta
La Universidad Politécnica cede un pabellón deportivo para el cribado masivo mientras 43 alumnos permanecen aislados en sus habitaciones. Un sindicato denuncia a la institución por mala gestión
Un total de 650 estudiantes de la residencia universitaria Galileo Galilei de Valencia han sido convocados este viernes a pasar la prueba PCR del coronavirus tras detectarse 13 positivos el día anterior. Los alumnos han desfilado por el polideportivo anexo al colegio mayor, un centro privado pero emplazado en el campus de la Universidad Politécnica. El viernes de la pasada semana se dispararon todas las alarmas cuando la Politécnica detectó varios contagios, primero en Biotecnología y luego en otras facultades. Tras el rastreo, se descubrieron hasta un total de 23 positivos más en todo el campus de la Politécnica, cuatro de ellos residentes en el Galileo Galilei, una de las más grandes de España con habitaciones individuales, dobles y triples.
El rastreo llevó a las autoridades a emplear los test rápidos de antígenos de la UPV en la residencia, donde se detectaron hasta 13 casos más. En consecuencia, la Consejería de Sanidad ha puesto en marcha el dispositivo para realizar pruebas PCR masivas a todos los residentes, además de unas decenas de trabajadores docentes y administrativos de la universidad. En total, se han tomado 697 pruebas.
Las imágenes difundidas por las redes sociales muestran una fiesta multitudinaria que se celebró la semana pasada en la enorme azotea de la residencia. Las aglomeraciones de esta reunión han elevado el temor a un contagio masivo en todo el campus. Vicente Picasarri, director de la residencia, asegura que el centro no organizó la celebración. “La fiesta no estaba permitida, ni las actividades lúdicas que se programaron de inicio del curso. Pero la realidad es la que es los estudiantes son jóvenes y actúan a veces sin la responsabilidad requerida, aquí y en otros campus, pero tampoco hay que criminalizarlos”, señala. Sin embargo, el centro difundió por WhatsApp invitaciones a eventos de vóley playa y sesiones de tarde en la terraza durante el inicio del curso universitario.
El brote en esta residencia llegó al conocimiento del departamento de Prevención Sanitaria universitaria cuando algunos estudiantes fueron al centro de salud de la UPV con síntomas. El delegado de ese departamento, Sergi Planella, relata que cuando se detectó el brote, ya era tarde. “Se hizo la prueba rápida y en apenas 30 minutos salieron entre 14 y 15 positivos”, recuerda Panella quien cree que a estas alturas los brotes están descontrolados y repartidos en todos los departamentos de la universidad. “El primero fue de Agrónomos que venía de una fiesta que montaron en la calle. Se pudo hacer el rastreo porque fue a los cuatro días y de ese foco puede que venga el del Galileo o no, no se sabe a ciencia cierta. Se supone que el del Colegio Mayor viene de una fiesta del sábado. Montaron una fiesta ibicenca en la terraza y de ahí vino el brote gordo”, indica.
Los estudiantes se han mostrado remisos a hablar con los periodistas. Algunos han reconocido que se celebran fiestas no permitidas con asistencia numerosa tanto en la azotea del centro como en algunas habitaciones. “Yo no fui a la fiesta, pero mi habitación está en el primer piso y se oía perfectamente”, comenta en la cola de PCR una joven. A su lado, otro estudiante asiente y repite lo mismo: “Oír se oía”. “Mucha gente fue pero no la mayoría, ni la mayoría nos comportamos igual”, comenta un tercero. Desde los balcones de la residencia, varios estudiantes increpan a las cámaras de televisión.
Un estudiante que prefiere permanecer anónimo, indica que la que las fiestas son habituales en la residencia. “El fin de semana pasado la policía vino a la habitación que está al lado de la mía y los sacaron de allí. Pero la gente no entiende y seguirá haciendo fiestas y juntándose en habitaciones”, se queja. Este joven asegura que el Galileo Galilei no comunicó que había estudiantes contagiados cuando se conoció el brote a través de los medios de comunicación. “Llegó la hora de cenar como todos los días pero el comedor estaba cerrado a cal y canto. Otra gente de allí me dijo que había muchos contagiados y que nos subirían la cena a la habitación. El Galileo no dijo nada”, recuerda.
Panella asegura que hay una demanda en marcha del sindicato STEVPV contra la universidad por mantener al margen al departamento de prevención de la gestión de la crisis. “Es un accidente de trabajo y nos han mantenido al margen. Ayer fuimos a presentar una denuncia a la inspección de trabajo. Es una pena que con todo el esfuerzo que se está haciendo”, detalla. “Si no investigamos los orígenes del contagio, falla el sistema preventivo. El brote del Galileo Galilei es por la fiesta, es un verdadero desastre. Se está pensando tomar medidas desde la Consejería de Sanidad” reitera el delegado, quien asegura que desde su despacho, que tiene vistas al Colegio Mayor, puede ver como los estudiantes confinados se aglomeran en el comedor.
Cinco días después de la fiesta, el Galileo envió este jueves un comunicado a los padres de los residentes con las medidas tomadas. Confinamientos en las habitaciones, médico permanente en la residencia y la pensión completa gratuita los fines de semana para evitar que los estudiantes volvieran a casa. Sin embargo, muchos han optado por volver a casa de sus padres para pasar el confinamiento, según algunos residentes. “Ayer coincidí con mucha gente de la residencia en la estación que se iban”, relata el estudiante que reside en el Galileo Galilei, ya que siente que en la residencia “las medidas que han tomado son de risa”. “Ahí en el comedor, si llegas a hora punta. La cola llega hasta fuera del comedor. La gente no mantiene la distancia, están apretados, hay guantes al entrar y gel que da el centro y la gente no se los pone”, denuncia.
Pisarri asegura que “ninguno de nuestros estudiantes presenta síntomas, pero están nerviosos por el revuelo mediático que ha generado la noticia”. Afirma que solo unos pocos estudiantes se han marchado a sus casas y subraya que la Consejería de Sanidad les ha pedido a todos los jóvenes que permanezcan en la residencia.
Planella cree que los cribados masivos y el confinamiento de los afectados no será suficiente. “El brote es muy importante y mi opinión es que está descontrolado porque ya no se pueden hacer rastreos. Hay personal docente y administrativo infectado. Todos están aislados y esperando pasar el proceso de cuarentena”. Además, denuncia que ha habido una mala gestión por parte de la Universidad, que insistió en volver a las clases presenciales. “Nos están dejando al margen de cualquier acción cuando la ley es clarísima. Si no investigamos los orígenes del contagio, falla el sistema preventivo”, sentencia.
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