China recorta aranceles a EE UU pese al enfrentamiento por el coronavirus
La decisión forma parte de la tregua comercial firmado en enero entre los dos países
China reducirá a la mitad los aranceles sobre productos de EE UU por valor de 75.000 millones de dólares (68.000 millones de euros) a partir del 14 de febrero, anunció el jueves el Ministerio de Finanzas en Pekín. La segunda potencia mundial cumple así las condiciones de la tregua comercial firmada con Trump en enero. Mientras, Washington se prepara para adoptar medidas recíprocas. La decisión llega en un momento de tensión entre los dos países después de que China protestara por la reacción estadounidense a la epidemia del coronavirus.
El recorte se aplicará a los aranceles impuestos desde el pasado 1 de septiembre sobre 1.600 productos como la soja, el marisco, las aves de corral o las lámparas de tungsteno para la investigación médica. Tras esta decisión, las tasas del 10% pasarán al 5%, y las que estaban en el 5% se recortarán al 2,5%.
El anuncio llega un mes después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el viceprimer ministro chino, Liu He, firmaran en Washington la tregua en la guerra comercial que ambos países libran desde hace casi dos años. Entre otros compromisos, China acordaba aumentar sus compras de productos estadounidenses en unos 200.00 millones de dólares en los próximos dos años. Pero tras ese acuerdo el enfrentamiento entre las dos potencias creció. Pekín ha acusado a EE UU de generar pánico en torno a la enfermedad después de que fuera el primer país en prohibir la entrada de viajeros procedentes de China y ser también el primero en evacuar a su personal consular de Wuhan, la ciudad donde comenzó la epidemia. “EE UU aún no ha ofrecido ninguna ayuda sustancial a China. Lo que ha hecho solo puede generar y propagar miedo”, dijo el lunes un portavoz del Ministerio de Exteriores.
China dice ahora que continúa comprometida con la meta de eliminar todos los gravámenes adicionales a las importaciones respectivas impuestas desde que comenzó la guerra comercial a principios de 2018.
Pekín ya había anunciado la cancelación del aumento de tasas que aplicaba a diversos productos médicos procedentes de EE UU para facilitar su importación y emplearlos en la lucha contra el coronavirus, que ha matado ya a 566 pacientes —casi todos en China— e infectado a más de 28.000 personas en este país.
Actividad paralizada
El impacto económico del coronavirus agrava el temor de que Pekín no pueda ampliar en el plazo exigido sus compras de productos estadounidenses. El asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, había declarado que la epidemia, que ha paralizado la actividad económica de la segunda potencia mundial, va a retrasar las compras.
Desde el comienzo de la cuarentena en una quincena de ciudades de Hubei, el foco de la epidemia, y el parón prolongado por las fiestas de Año Nuevo lunar, luego prorrogadas para evitar una operación retorno masiva, las fábricas continúan cerradas.
No es el único que ha apuntado esa posibilidad. El periódico Global Times, controlado por el Partido Comunista, apuntaba que el Gobierno de Xi Jinping se plantea apelar a una cláusula que prevé exenciones en el cumplimiento de la tregua comercial con EE UU por causas de fuerza mayor —“desastre natural u otro acontecimiento imprevisible ajeno al control de las partes”— debido al impacto del coronavirus. El diario, que cita a un experto comercial cercano al Gobierno chino al que no identifica, matiza que es improbable que las conversaciones con Washington sobre la posibilidad de aplicar esa cláusula no comenzarían hasta pasado el primer trimestre.
Los analistas dan por seguro que el coronavirus, y las duras medidas que ha adoptado China para intentar impedir su propagación, tendrán un efecto importante, aunque solo temporal. Oxford Economics rebajó sus previsiones de crecimiento de China para este año del 6% al 5,4%, aunque consideró probable una recuperación en el segundo trimestre.
El secretario de Agricultura de EE UU, Sonny Perdue, admitió su país tendría que ser tolerante si la epidemia en China supone un obstáculo para que Pekín cumpla sus compromisos de compras de productos agrícolas.
Las dos potencias se enzarzan sobre Taiwán en la OMS
La situación de Taiwán genera fuertes roces entre China y Estados Unidos dentro de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La isla no es miembro de la institución internacional por las objeciones de China, que la considera parte de su territorio y que, por tanto, considera que ya está representada en ese foro por Pekín.
La declaración de la OMS de una emergencia internacional debido a la epidemia de coronavirus en China ha reabierto el debate. El embajador de EE UU ante la organización, Andrew Bremberg, instó el jueves a la institución a "tratar directamente con las autoridades de salud pública" en Taiwán en la lucha contra la infección.
“Es un imperativo técnico que la OMS presente datos de salud pública visibles sobre Taiwán como un área afectada”, insistió Bremberg en una reunión del consejo ejecutivo de la organización en Ginebra. La isla ha prohibido la entrada de los viajeros que hayan pisado suelo chino en los 14 días previos a su viaje. Ese plazo es el máximo de incubación del virus.
China reaccionó con furia a la sugerencia estadounidense, que consideró un intento de “inflar” la situación en torno al estatus de Taiwán. “No malgasten nuestro tiempo”, protestó el delegado chino.
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