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El Senado, último obstáculo para legalizar el aborto en Argentina

La Cámara Alta debate el martes dar sanción definitiva a una ley que permite la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14

Una mujer emocionada tras la decisión de la Cámara de Diputados de Argentina de aprobar un proyecto de ley que permite acceder libre y legalmente al aborto.
Una mujer emocionada tras la decisión de la Cámara de Diputados de Argentina de aprobar un proyecto de ley que permite acceder libre y legalmente al aborto.Natacha Pisarenko (AP)

“Desde hace décadas estamos esperando este momento. El aborto legal es un reclamo social y transversal”, dicen en una carta más de 1.500 personalidades de la cultura argentina. “Es tiempo de hacer historia. El mundo nos está mirando”, agrega el documento hecho público este domingo, a dos días de la votación decisiva. El martes, el Senado comenzará a debatir el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo que permite el aborto libre hasta la semana 14. La norma ya fue aprobada en la Cámara de Diputados y resta el voto de los senadores. Si gana el “Sí”, Argentina se convertirá en el primer gran país de América Latina en reconocer el derecho a las mujeres de decidir sobre sus cuerpos, tras los pasos de Uruguay, Cuba, Guayana y ciudad de México.

A falta de un día, el resultado de la votación es incierto y partidarios y detractores pelean voto a voto para inclinar la balanza a su favor. Un par de indecisos mantiene en secreto su voto, se desconoce si el expresidente Carlos Menem —internado en grave estado a sus 90 años por una insuficiencia renal— estará en condiciones de votar por el ‘No’ de forma remota desde la clínica y un puñado de legisladores analiza modificar su postura respecto a 2018, cuando la Cámara Alta rechazó legalizar el aborto por 38 votos en contra, 31 a favor y dos abstenciones.


¿Qué ha cambiado desde entonces? Dos años atrás, el presidente Mauricio Macri estaba en contra, pero habilitó el debate legislativo y anunció que no vetaría la ley en caso de aprobarse. Su sucesor, Alberto Fernández, es el primer mandatario en ejercicio en respaldar el aborto legal. Sostiene que criminalizar esta práctica no ha disuadido a quienes están decididas a interrumpir su embarazo. “Sólo ha permitido que los abortos ocurran clandestinamente en cifras preocupantes. Cada año se hospitalizan alrededor de 38.000 mujeres por abortos mal practicados”, dijo al enviar el proyecto de ley al Congreso.

En 2018, último año con datos oficiales, 35 mujeres fallecieron por complicaciones derivadas de abortos hechos en la clandestinidad. “Si este proyecto se aprueba, no vamos a violentar las creencias de nadie. Vamos a tener menos sufrimiento de mujeres y menos muertes evitables”, coincide la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, coordinadora del equipo que redactó el proyecto de ley. La norma contempla que las personas gestantes puedan abortar de forma gratuita y segura en la salud pública a través, en la mayoría de casos, de atención ambulatoria mediante píldoras abortivas.

Brecha de género

La legislación vigente en Argentina sobre el aborto se remonta a 1921 y contempla penas de hasta cuatro años de cárcel para quien interrumpe su embarazo, excepto en caso de violación o riesgo de vida para la madre. Hace un siglo, las mujeres no podían votar ni menos aún ser diputadas ni senadoras. Hoy, en poder del 40% de las bancas del Senado, la brecha por género en esta votación es también evidente: entre quienes han anticipado su voto hay al menos 16 mujeres a favor y 9 en contra. Entre sus colegas varones, se cuentan hasta el momento 16 a favor y 24 en contra.

Es la novena vez que se presenta un proyecto de interrupción voluntaria del embarazo en el Congreso argentino, pero la primera que está redactado e impulsado por el Gobierno. El Ejecutivo acompaña además la iniciativa con una propuesta para reforzar la atención materno infantil durante el embarazo y los primeros mil días de vida del bebé para aquellas mujeres que decidan dar a luz.

La presión del Ejecutivo sobre sus legisladores fue clave para la aprobación de otras leyes previas que también contaban con una amplia oposición desde sectores religiosos y conservadores, como la ley de matrimonio igualitario en 2010 y la ley de identidad de género, en 2012. El Gobierno intenta que senadores del oficialista Frente de Todos que en 2018 votaron en contra cambien de postura, pero hay también algunos opositores que podrían reaccionar a la inversa para frustrar una victoria gubernamental.

En caso de empate, decidirá la titular del Senado, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien votó a favor convencida por su hija Florencia y por las estudiantes de secundaria que encabezaron las marchas de la marea verde a favor del aborto legal en 2018. El activismo de las más jóvenes, sumado al de las más veteranas y a la discusión legislativa de ese año contribuyeron a que el aborto dejase de ser un tabú y se convirtiese en un tema de intenso debate en la opinión pública.

Pese a la pandemia de covid-19, miles de personas pasarán la noche en vela en las calles hasta el momento de la votación, previsto para la madrugada del 30 de diciembre. La plaza frente al Congreso volverá a dividirse con vallas para separar a manifestantes verdes —pro aborto legal— y de celestes —en contra—, como ya ocurrió dos semanas atrás, cuando fue el turno de la Cámara de Diputados, que aprobó el proyecto de ley por 131 votos a favor, 117 en contra y 6 abstenciones. “Argentina ya votó, Argentina es celeste”, aseguraban la madrugada del 11 de diciembre quienes se oponían a la interrupción voluntaria del embarazo. “Será ley”, “estamos haciendo historia”, respondían desde el otro lado de la plaza.

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