El viaje de las bicis desde el trastero al taller de reparación

El pequeño taller de Eduardo García contiene un increíble catálogo de herramientas. Del techo cuelgan ruedas, hay decenas de minúsculas cajas con tornillos que parecen miniaturas, maillots, candados, sillines y, también, una pegatina de la Expo 92 en la puerta del baño. Pero el recargado espacio tiene ahora un nuevo inquilino. Es un cuaderno donde García apunta las citas previas con sus clientes en intervalos de media hora. Sus páginas están repletas. Tiene 16 visitas al día, pero no hay hueco hasta finales de la próxima semana.

“Estoy desbordado”, cuenta desde su pequeño taller Ciclo Triana, ubicado pleno corazón de este barrio sevillano. Aunque arregla algún que otro pinchazo, la mayoría de quienes le llevan sus bicicletas buscan ponerla a punto. “Son las típicas que llevan años guardadas sin uso alguno y ahora sus propietarios quieren utilizarlas de nuevo”, dice García. Tiene 46 años, entró en el taller a los 14 y tiene más trabajo que nunca. Y eso que Sevilla es un paraíso ciclista desde hace una década, gracias a la creación de una completa red de carriles bicis seguros y protegidos.

La inmensa mayoría de talleres de reparación de bicis tienen largas listas de espera desde que pudieron abrir sus puertas el pasado 4 de mayo. Son varios factores los que han impulsado este “fortísimo incremento” de los usuarios con ganas de subirse a las dos ruedas, según la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (Ambe). Por un lado, las declaraciones del ministro de Sanidad, Salvador Illa, quien dijo a mediados de abril que era preferible acudir al trabajo “andando o en bicicleta” frente al transporte público, donde era más factible un posible contagio. Por otro, la carta enviada por Teresa Ribera, ministra para la para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a la Federación de Municipios para solicitar que potenciaran la bici como medio de transporte. Además, se ha unido la posibilidad de hacer deporte cada mañana o tarde en unas ciudades que aún mantienen niveles de tráfico muy por debajo de los anteriores a la crisis del coronavirus. “Evitas aglomeraciones, te puedes mover más lejos, es más saludable y reduces el riesgo de contagiarte. Todo ello está produciendo un impacto positivo en el interés por las bicis”, subraya Carlos Núñez, secretario general de Ambe, entidad que reúne a fabricantes, distribuidores e importadores de material relacionado con el ciclismo.

Los datos del último barómetro de la bicicleta en España, de diciembre de 2019, reflejaban que en España alrededor de 1,5 millones de personas usan la bici a diario y cuatro millones varias veces por semana. También que el 90% de los españoles saben conducirla y que el 70% tienen, al menos, una en casa. Muchas de ellas estaban acumulando polvo y óxido en el trastero, el balcón o algún rincón de la casa, pero ahora han sido rescatadas, con una necesaria puesta a punto en el taller antes de ponerse a pedalear. Es el caso de Auxi Vega, que tras cuatro años sin usar su bici decidió apostar por ella “para tener más libertad en los paseos de la tarde”. La llevó a reparar a FixiDixi, en el madrileño barrio de Lavapiés, y, tras un chequeo de 35 euros, ya la disfruta. Como ella, la mayoría de clientes de esta cooperativa acuden "para poner las bicicletas a funcionar tras muchos años sin tocarlas”, dice Henrik Hjort, uno de los socios. “No paran de entrar llamadas, mensajes por Instagram o Whatsapp, estamos trabajando muchísimo”, añade Hjort, que apenas tiene citas disponibles para la semana que viene.

“Hay que aprovechar el momento”

El mecánico danés, que llegó a España en 2007 y dirige el taller desde 2011, cree que es el momento de saborear los paseos por ciudades como Madrid sin coches en algunas de sus calles, por los nuevos carriles bici dibujados en muchos municipios —aunque algunos sean temporales— y zonas con un tráfico muy reducido. “Es una maravilla, hay que aprovechar el momento”, afirma. “Es el medio de transporte ideal y, además, ahora evitas el contacto con la gente”, insiste Sara Díez, propietaria de MYS Bicicletas junto a Manuel Cuesta. Enamorados de la Costa del Sol, ambos llegaron hace tres años desde León a Málaga para abrir su negocio. “Estamos viviendo una avalancha de gente, pero también hay mucha esperando a que pasemos a la fase 1 —Málaga deja atrás este lunes la fase 0— para no tener que venir con cita previa”, asegura Díez, que también vende bicicletas e incluso las alquila con distintas tarifas planas: 50 euros un mes, 20 euros una semana y 12 euros de jueves a lunes.

Para la Asociación de Marcas y Bicicletas de España no es solo el momento de disfrutar el pedaleo urbano, también el de las Administraciones para poner en marcha medidas para potenciar las bicicletas como medio de transporte habitual, algo que también están pidiendo las asociaciones ecologistas. Su secretario general cree positivo modificar el urbanismo y, también, facilitar el acceso a la compra de estos vehículos. “Hay que ganar espacio y animar a la gente a que se suba a las dos ruedas”, afirma. La entidad ha escrito una carta a Teresa Ribera para realizar diversas propuestas de movilidad en favor de la bicicleta. Reducir al 10% el IVA o subvenciones directas para la compra de bicicletas —como ya ha anunciado la Comunidad Valenciana o países como Italia— son algunas de las medidas incluidas en el documento, firmado por Íñigo Isasa, presidente de la Ambe. Mientras se hacen o no efectivas, la ciudadanía sigue haciendo cola para poner a punto sus bicis en el taller. Paciencia.

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