Primer paseo por las calles peatonalizadas en Madrid: “¡Ay, los corros...!”
Los grandes parques siguen cerrados y los tramos cortados al tráfico en 29 calles de la capital han tenido distinta acogida
Julia Vega, Julio Cruz, Carmen Pozo y Agustín Rodríguez se encuentran casi todas las mañanas en algún punto de la calle de Menéndez Pelayo, junto al parque del Retiro. Las dos parejas -todos rondan los 80 años- se saludan, se paran y forman un círculo en la acera para charlar separados por más de un metro. Este sábado la calle era suya: han estado en medio de la carretera gracias a la peatonalización de 1.620 metros de esta vía, que rodea dos laterales del Retiro. Este tramo es el más largo de la capital de los que se cortará los fines de semana en un intento de reducir las aglomeraciones en las aceras. Se hace en otras 28 calles de los 21 distritos: en total 19,4 kilómetros, apenas un 0.21% de los 8.900 kilómetros de calle que hay en Madrid.
El Retiro, como el resto de parques grandes y amplias zonas verdes de la capital (Madrid Río, Casa de Campo, Pradolongo, Dehesa de la Vila...), sigue cerrado, por lo que en la primera franja para hacer deporte y pasear (de seis a diez de la mañana) en Menéndez Pelayo había ambiente de gimnasio. Runners y paseantes, muchos en mallas y zapatillas, ocupaban los tres carriles por los que no pasarán coches los sábados y domingo: no se ha cortado el del bus. Con el cambio de turno de las diez se aprecia menor afluencia. Quizás por eso, porque estaban prácticamente solos y llamaban la atención, el encuentro de este sábado les ha durado muy poco a Julia, Julio, Carmen y Agustín.
- Ay, los corros, los corros… - les ha advertido una mujer al pasar.
- ¿Qué pasa, si estamos separados? - ha contestado Carmen.
- ¿Ves? Yo me tengo que desviar porque estáis en medio - ha añadido otro viandante.
Inmediatamente después, el grupo de cuatro amigos se ha dispersado y cada pareja ha seguido su camino. “¡Qué lástima! ¡Son ganas de protestar!”, ha lamentado Carmen.
Aunque el corte de calles ha sabido a poco para muchos sectores, los vecinos que se pueden beneficiar de uno de estos tramos lo agradecen. En la acera es “imposible” caminar sin tocar a nadie, cuenta Manuel, de 68 años. Paloma, su esposa, añora su caminata diaria con su perro por el parque. “Pero si lo abren, los de entre semana [los vecinos que van todos los días] nos iríamos por los callejones, porque los conocemos bien, aunque no nos dejen”, cuenta. Ella asegura que sería la primera en saltarse las limitaciones.
En Villa de Vallecas, la medida no ha tenido la misma acogida. “Qué más da que peatonalicen, si aquí hacemos lo que nos da la gana. En Vallecas y en toda España”, se queja Rafael, de 71 años, que camina por la acera de Sierra Gorda porque no sabía que la calle estaba cortada para él y sus vecinos. Este es uno de los tramos peatonalizados más cortos de la ciudad, 305 metros.
Los vecinos apenas han notado el cambio. Los policías municipales que vigilan el tramo aseguran que esta mañana no ha pasado casi gente y que nadie ha ido expresamente a pasear. A cinco minutos ya tienen su calle peatonal, el Paseo de Federico García Lorca. “Es una gilipollez, ya tenemos el paseo”, cuenta Paulino, de 60 años. “¡Ponte mascarilla, que vas a caer como las gaviotas, desgraciado!”, le grita a un amigo.
A ocho kilómetros de allí, entre Atocha y Cibeles, los madrileños pasean a sus anchas por el Paseo del Prado, que durante el mandato de Carmena se cerraba al tráfico los domingos. 986 metros y varios carriles para caminar sin miedo a cruzarse con nadie. “Estábamos cansados del pasillo de casa. Por aquí vamos estupendamente”, cuentan Concha y José Luis, de 70 y 73 años, que defienden que se abra el Retiro, Madrid Río y Casa de Campo, pero solo hasta las ocho de la tarde. “A esa hora salen los jóvenes, que son los que más se saltan las normas, porque con 15 años no tienes el miedo que tienes cuando te hacer mayor”, asegura Concha.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha dicho este sábado que con la peatonalización de los 19,4 kilómetros de calles se abre “una nueva ciudad” y ha apelado a la responsabilidad de los madrileños. Asociaciones vecinales y Más Madrid en el Ayuntamiento consideran que una medida que solo se lleva a cabo los fines de semana no es suficiente y señalan además que no todos los vecinos se benefician de estos cortes. Muchos no tienen a un kilómetro de su casa esos espacios liberados del tráfico.
Las llamadas de atención entre vecinos son habituales estos días, incluso tiene lugar algún enfrentamiento, como el que le pasó Laura, de 69 años, este viernes. “Ayer, al lado del hotel Palace, una chica caminaba con el brazo estirado para que nadie se le acercara. Le dijimos que en vez de subir el brazo se pusiera mascarilla. Nos acabó llamando fachas porque estamos ya todos muy girados”.
Madrid sigue en fase cero: estas son las actividades permitidas
Ni reuniones de hasta 10 personas (aunque hay quien aprovecha los paseos o el deporte para ello), ni terrazas, ni mercados al aire libre, ni espectáculos y museos con un tercio del aforo. Ninguna de estas actividades de las que se ha hablado durante toda la semana, y que irán incorporando las zonas de España que pasan a fase 1, estará permitida todavía en la Comunidad de Madrid. Un recordatorio de las actividades que sí están permitidas.
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