Las hipótesis se cumplen: la crisis climática deja temperaturas récord y más olas de calor
El pasado junio fue el más cálido registrado hasta ahora en el planeta. Varios estudios inciden en la relación entre el calentamiento y los fenómenos extremos
Ni son sensaciones, ni son hipótesis de lo que podrá ocurrir en un futuro si la humanidad no frena sus emisiones de gases de efecto invernadero para combatir el calentamiento global. Hasta tres informes difundidos este martes constatan los efectos del cambio climático a lo largo del planeta en forma de temperaturas récord y de fenómenos extremos como la reciente ola de calor que ha sufrido Europa. Porque, en esta ocasión, la crisis climática en la que está inmerso el mundo ha golpeado con fuerza a Europa.
Este junio ha sido el "más cálido jamás registrado", ha destacado el Servicio de Cambio Climático del programa Copernicus de la UE. En Europa, por ejemplo, las temperaturas han estado dos grados centígrados por encima de lo normal. Y la reciente ola de calor ha tenido un papel determinante al disparar los termómetros hasta marcas nunca vistas en Francia principalmente, aunque también en Suiza, el norte de la Península Ibérica, Italia, Austria y la República Checa.
Los registros de temperaturas fiables arrancan en 1880. Y el anterior mes de junio más cálido en el planeta databa de 2016. Según los datos de Copernicus, la temperatura media de este último junio ha estado 0,1 grados por encima de la de aquel junio de 2016. En el caso de Europa, el junio más caluroso se remontaba a 1999 y este mes ha superado esa marca en casi un grado centígrado.
Copernicus incide en el papel determinante que ha jugado la última ola de calor, que ha durado cinco días y fue causada por una masa de aire caliente proveniente del desierto del Sahara. "Aunque es difícil atribuir directamente esta ola de calor al cambio climático, estos eventos climáticos extremos se espera que sean más comunes a medida que el planeta continúe calentándose", apunta este programa europeo.
Hasta hace poco eran "bases teóricas", explica José Ángel Núñez Mora, uno de los responsables de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en la Comunidad Valenciana. Pero ahora, añade este investigador, "quedan pocas dudas de que estamos en un planeta más cálido". Y, como pronosticaban los expertos de la ONU hace casi dos décadas, ese calentamiento está haciendo que las olas de calor como la de la semana pasada sean más frecuentes y duras.
Núñez es el autor de un informe de Aemet en el que analiza las olas de calor que se han registrado en España desde los años ochenta. El informe, difundido también ayer, concluye: "La frecuencia de episodios cálidos o extremadamente cálidos ha aumentado en las últimas cuatro décadas". En concreto, apunta el análisis, la frecuencia de estos fenómenos ha sido "diez veces superior en las dos primeras décadas del siglo XXI que en la década de los ochenta y noventa del siglo XX".
El informe de Aemet coincide con otro más difundido este martes y elaborado por World Weather Attribution (WWA), un grupo internacional de investigadores que estudian la relación de los fenómenos extremos y el cambio climático inducido por la actividad del hombre. El informe de WWA se centra en Francia, que fue golpeada de forma muy intensa por esta última ola de calor. De hecho, como indican estos investigadores, el 28 de junio se registró el récord de temperatura máxima en una estación de medición urbana en Francia: 45,9 grados centígrados.
El informe del WWA, que se basa en un análisis preliminar de los datos, concluye que el cambio climático hizo que la ola de calor en Francia haya sido cinco veces más probable. Además, el análisis apunta que se está produciendo un "incremento muy grande de la temperatura en estas olas de calor". En concreto, los investigadores sostienen que estos fenómenos extremos son ahora cuatro grados más cálidos de los que se registraban a principios del siglo XX. Para Friederike Otto, del Instituto de Cambio Ambiental de la Universidad de Oxford y uno de los autores de la investigación de WWA, estos datos son un "recordatorio de que el cambio climático está ocurriendo aquí y ahora". "No es un problema solo para nuestros hijos", ha añadido este investigador.
Escenarios
En la misma línea, el estudio de Aemet, que analiza el impacto en la Península y Baleares de la última ola de calor, destaca que esta fue también "extraordinaria por su intensidad", ya que dejó varios récords de temperaturas en varias provincias. Ese estudio añade: "Todas las conclusiones obtenidas son coherentes con las previsiones contenidas en los escenarios de cambio climático que se vienen realizando desde hace décadas". En el informe elaborado por Núñez se resalta que el Panel Intergubernamental de Expertos de Cambio Climático (IPCC, sus siglas en inglés) ya describió en 2001 "cómo aumentaría la frecuencia de olas de calor al aumentar la temperatura media".
"Ya no son hipótesis o predicciones", asegura el estudio de Aemet. "Ahora, a punto de finalizar la segunda década del siglo XXI, ya lo estamos viendo y sufriendo. Avanzamos por un planeta más cálido que el que conocieron nuestros antepasados", concluye.
Y la mayoría de científicos sostiene que este calentamiento global está inducido por la actividad del hombre, principalmente, por la quema de los combustibles fósiles que emiten millones de toneladas de gases de efecto invernadero. Si junio ha sido un mes de récord de temperaturas, mayo ha sido un mes de récord de concentraciones de dióxido de carbono (CO2) –el principal gas de efecto invernadero– en la atmósfera. Así se constató en el Observatorio de Mauna Loa, ubicado en Hawaii, Estados Unidos. En mayo, de media, se registró una concentración de CO2 de 414,8 partes por millón (ppm); se trata, según la Organización Mundial de la Meteorología, de una concentración nunca vista desde que existe el ser humano.
Cuatro muertes
Un agricultor de 66 años de edad falleció el 28 de junio de un golpe de calor cuando se encontraba trabajando en su propiedad en El Cuervo (Sevilla). Se trata de la cuarta víctima mortal a causa de la ola de calor que ha golpeado la Península. A esta víctima se une otra más en Córdoba, una en Logroño y otra en Valladolid.
El informe de WWA difundido este martes subraya los problemas añadidos que acarrean las olas de calor en junio: "Las olas de calor de principio de temporada tienen un impacto más severo que en verano", apunta el informe. Esto se debe a que "no ha comenzado la temporada de vacaciones" aún y "la gente tiene menos oportunidades de evitar las temperaturas más altas".
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